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La primera escritora

Enheduanna

    Enheduanna o Enkheduanna (2285–2250 a. C.) fue una poetisa y escritora acadia, considerada la autora más antigua conocida y una de las primeras mujeres en la historia de cuyo nombre se tiene identificación. Ostentó el importante cargo, político-religioso, de « Suma Sacerdotisa » en el templo del dios Nannar (la Luna) Se trataba de una princesa, hija del Rey Sargón I de Acadia, vivió en la ciudad-estado de Ur , en el sur de la región de sumeria.

   Su nombre – que en realidad no era «un nombre» , sino un título – se ha transliterado como Enheduanna, En-hedu-ana o En Hedu Anna puede tener diversas interpretaciones.

    Princesa y poetisa Lunar de Acadia, hija del rey Sargón de Akadia. Fue la autora más antigua de la que se tenga conocimiento alguno, y la primera mujer en formar parte de la historia técnica. Conocida como la gran sacerdotisa de Nanna, también fue músico y considerada como la primera cronista, ya que fue ella quien escribió la crónica del derrocamiento de su padre y el destierro de su familia. Su existencia histórica está demostrada por un disco de alabastro hallado en la zona más secreta del templo de Nanna en Ur, y por otras piezas de joyería.

    Cada sílaba del nombre de Enheduanna tiene un sentido: “En” quiere decir “alta sacerdotisa”, “hedu” “ornamento” y “anna” significa “cielo”, según una investigación realizada por Ale Mendé en el 2014.

Enheduanna o Enkheduanna fue una poeta acadia de finales del siglo XXIV a. C. Nació en la ciudad de Ur hija del rey Sargón I, también conocido como “El Grande”, fue el primer rey que bajo su mandato en la ciudad de Ur, unificó las ciudades Estado de la Alta y Baja Mesopotamia en un único imperio, controlando una vasta región desde el Mediterráneo al Mar Rojo hasta su muerte en 2215 a.C. La madre de Enheduanna fue Tashlultum quien se casó con Sargón y tuvieron muchos hijos.

    Célebre en Mesopotamia por haber sido una poetisa brillante. La más célebre de sus obras es un himno dedicado a Inanna de Ur (a veces llamado Exaltación de Inanna), y otros cinco poemas le son igualmente atribuidos. Sus temas son religiosos: himnos al dios Nanna y a su templo de Ur, más también a la diosa Inanna, protectora de la dinastía de Akkad. Enheduanna es la autora más antigua de la Historia, porque escribió los primeros textos que se pueden atribuir a un autor. Es también la única mujer entre los grandes autores de la literatura mesopotámica.

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    Sumeria y Babilonia fueron las primeras ciudades en establecer astronomía y matemáticas. Estas disciplinas fueron creadas y controladas por los sacerdotes y sacerdotizas de las ciudades. Por esto, Enhendu era la principal regente de la astronomía y matemáticas.

     Fue nombrada por su padre Gran Sacerdotisa del Dios de la Luna Nanna o también llamado como Sin, el puesto era sumamente poderoso ya que era la única que podía nombrar a cualquiera de los mandatarios de la ciudad por lo cual sus funciones en este puesto fueron marcados sobre la religión y la política.

    Vivió en un templo cercano a lo que hoy es el Golfo Pérsico, mantuvo el puesto de Gran Sacerdotisa hasta la fecha de su muerte, la cual aún no se tiene una fecha exacta, al reverso de una tabletas aparecidas con su nombre del temprano primer milenio, contiene un texto el cual podría estar haciendo referencia a su nacimiento según la traducción
Poetisa, músico y compositora.

Steatite bowl, probably Inanna, with star and snake

     A lo largo de la vida de Enheduanna y principalmente durante su cargo como sacerdotisa, escribió una gran variedad de poemas e himnos religiosos en su mayoría escritos para el Dios de la Luna Nanna y a la Diosa Sumeria, Inanna del Amor. A través de sus poderosos conjuros a Inanna, la diosa del amor y de guerra, ella cambió el curso de la historia y fue recordado por siglos después de su muerte. Su escritura es tan compleja, los estudiosos la llaman la «Shakespeare de la literatura sumeria.» Sus himnos funcionan como conjuros de varias capas, entretejiendo aspectos políticos, personales, rituales, teológicos, históricos y jurídicos.
Pepe Cervera, -periodista y biólogo español- en el 2013 manifestó que:
“en la actualidad se conservan 42 himnos que enaltecen diferentes ciudades de Sumeria y Acadia como Eridu, Sipary Esnunna”.

In the Beginning, There Was Enheduanna, Sumerian(2285-2250 B.C.E.) by Michelle Barthel Kratts

Lista de composiciones de Enheduanna

Nin-me-sara, «La exaltación de Inanna», 153 versos, editado y traducido primero por Hallo y van Dijk (1968), más tarde por Annette Zgoll (1997) en alemán. Los primeros 65 versos se dirigen a la diosa con una serie de epítetos, comparándola con An, el dios supremo del panteón. Luego En-hedu-ana, hablando en primera persona expresa su infelicidad por estar exiliada del templo y las ciudades de Ur y Uruk. En-hedu-ana pide la intercesión de Nanna. Los versos 122–135 recitan atributos divinos de Inanna.
In-nin sa-gur-ra (nombrada por incipit), 274 versos (incompleto), editado por Sjoberg (1976) usando 29 fragmentos.
In-nin me-hus-a, «Inanna y Ebih», primero traducido por Limet (1969)
Los himnos del templo, editados por Sjoberg y Bergmann (1969): 42 himnos de longitud variada, dirigidas a los templos.
Himno a Nanna, editado por Westenholz

La mayor parte de la obra de Enheduanna está disponible en traducción en el Electronic Text Corpus of Sumerian Literature («Cuerpo de texto electrónico de literatura sumeria»). También ha sido traducido y compilado en una narración unificada por el erudito sumerio Samuel Noah Kramer y la poetisa Diane Wolkstein. Su versión, publicada bajo el título Inanna, Queen of Heaven and Earth: Her Stories and Hymns from Sumer, fue publicada por Harper Perennial en 1983.

Westenholz editó otro himno fragmentario dedicado a En-hedu-ana, aparentemente por un compositor anónimo, indicando su apoteosis, convirtiéndose en una deidad tras su muerte.

Viviendo en el año 2300 a. C., la suma sacerdotisa sumeria Enheduanna se convirtió en la primera autora de registros históricos al firmar su nombre en una colección de himnos escritos para cuarenta y dos templos en la mitad sur de la antigua Mesopotamia, la civilización ahora conocida como Sumer.Cada uno de sus himnos confirmó a los fieles de cada ciudad el carácter único y la importancia de la deidad patrona. Los himnos recopilados se convirtieron en parte del canon literario de la notable cultura sumeria y fueron copiados por los escribas en los templos durante cientos de años después de la muerte de Enheduanna.

«Yo, la que alguna vez se sentó triunfante
fui arrojada del santuario,
como una golondrina [Lugal- Anne]
me hizo volar por las ventanas,
y mi vida se fue consumiendo….”

«¡Soy tuya! ¡Siempre será así!
Aunque tu corazón se enfríe para mí
Aunque su comprensión… compasión…
He experimentado tu gran castigo.»

«Señora de todas las esencias, llena de luz,
Mujer vestida con el resplandor de la bondad
A quien aman los cielos y la Tierra,
Del templo amigo de An,
Te vistes de grandes ornamentos,
Deseas la diadema de las grandes sacerdotisas
Aquellas que sostienen las siete esencias,
Tú las has tomado y las has colgado
En tu mano.
Tú has reunido las santas esencias
Y te las has puesto
Ajustadas en tus pechos.

(…)

Como un dragón has llenado la Tierra
Con veneno.
Como un rayo cuando ruges sobre la Tierra,
Los árboles y las plantas van cayendo delante de ti.
Eres la sangre que desciende de la montaña,
Eres la primera,
¡Inanna, Diosa de la Luna, del Cielo y de la Tierra!
Lanzas tu fuego y lo derramas en nuestra nación.
Señora que vas montada en una bestia,
An te da los atributos, las órdenes santas;
Y tú decides.
Tú estás en todos nuestros rituales.
¿Quien puede entenderte?…»


Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres, Juan 8:31-38

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