Aquella noche


luceros en tus pupilas,
la caricia de tu pelo
y una pasión encendida.

con la adorada dulzura
del carmín y de los besos
robados a la locura.

luz, amor y fantasía,
al arrullo de tus besos
la pasión cobraba vida,
desde la primera vez
que te vi, te amo, mi vida
y siempre te adoraré,
hasta el final de mis días

duerme el amor, nace el día.

¿Quièn te amó?
¿Quién se murió de amor
Salve Madre

Salve Madre…
Fuiste explendor de sueños tempranos
con todo el amor de tus momentos amados con pasión
y el maternal gozo de un refugio cierto
en nuestras desventuras.

Jardín dorado de la belleza pura
que solo da una madre
en trocitos de alma y cuerpo
fundidos con deseos de ventura
cumplidora extensa y fe de nuestras vidas.

Eterna verdad entre bondades
como sombra protectora
subida siempre al carro de la lucha
de tiempos dificiles y de momentos alegres…

Salve madre en tus deberes reinas
siempre en mis pensamientos
como flor de mi vida
y esperanza nuestra.

Salve, ahora que el barco de tu vida
recala en las tranquilas aguas
de nuestros recuerdos.


Nunca mueren los recuerdos a lomos de la memoria
corren entre pensamientos alegrias y vivencias
en el corazón del tiempo yacen trocitos de gloria.

Nunca mueren los ancestros que ayer su cariño daban
nacidos de sacrificios lágrimas sonrisas llamas
de amor infinito y dulce con la fe que regalaran
Nunca mueren los recuerdos, duermen al lado del alma.
El amor

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor”.
Carta de Pablo de Tarso a los Corintios 13, 1-13
El verdadero amor, el amor ideal, el amor del alma, es el que
sólo desea la felicidad de la persona amada, sin exigirle en
pago nuestra felicidad.
Oigo flotando en olas de armonías, rumor de besos y
batir de alas; mis párpados se cierran… ? ¿Qué sucede?
¿Dime? ¡Silencio! ¡Es el amor que pasa!
Gustavo Adolfo Bécquer
Amor, que el pecho mío continamente agita,
es dulce y es impío, y es más que una avecita
volátil y ligero.
¡Ay! de su dardo fiero, ¿quién consiguió victoria?
Renueva, amada mía, renueva la memoria
de cuando Atis ardía, tu dulce amor odiaba
y a Andrómeda estimaba.
Safo, Poetisa lírica griega

Con hojas de menta
sobre un viejo tronco
vi que un pajarillo
queria cantar
Lloraba de pena,
y en mis manos
le di de beber
aguita del rio
con hojas de menta.
Una rosa lloraba
por un clavel
para que no sufriera
fui y la corte
y al poco tiempo
fui a aquel lugar
y el clavel se habia muerto
de soledad.
Si yo pudiera
mover las manillas
del reloj del tiempo
estaria a tu verita
en este momento,
ay, quien pudiera,
ay, quien pudiera
cerrar los ojitos
que el tiempo pasara
cuando yo mis ojos abriera.
Que me quedé prendido
en el negro de tus ojos
tu quisiste que bailara
a tu aire y a tu antojo
porque me quieres parar
si no se para la tierra
ni los cielos ni la mar.
Manuel Carmona
