To the land of dreams I´d like to fly,
where birds and fairies surround the skys,
and fishes with them.
Where elves, flowers and butterflies dwell.
Come to the land of dreams
and you will see yourself with imagination
flying with the wind, flying with me..
A la tierra de los sueños me gustaría volar donde pájaros y hadas surcan los cielos y mil peces con ellos. Donde moran elfos, flores y mariposas. Ven a la tierra de los sueños y te verás con la imaginación volando con el viento, volando conmigo ..
La fantasía es la capacidad humana para imaginar hechos, sucesos o situaciones que pueden ser posibles o imposibles, reales o irreales. La palabra, como tal, proviene del latín phantasia, y esta a su vez procede del griego f φαντασία (phantasía). La fantasía supone un nivel más elevado de imaginación, pues implica la facultad de una persona para inventar, crear o producir con su mente mundos o situaciones imaginarias o quiméricas. En este sentido, la fantasía puede expresarse a través de la creación artística en la producción de obras como pinturas, esculturas, novelas, películas, piezas musicales, etc.
En nuestra vida, es común que tengamos pensamientos de naturaleza fantástica sobre cosas que queremos hacer o que nos gustaría haber hecho. Este tipo de fantasías, que nos permiten proyectar nuestros sueños y nuestros anhelos, son positivas. Sin embargo, según la psicología, a veces las fantasías pueden ser un indicador de que nuestra mente está utilizando mecanismos de defensa para evadir situaciones reales que nos generan desagrado o angustia.
La fantasía también puede ser un género cinematográfico, literario o de cómic. De hecho, un clásico del cine animado de Disney se titula Fantasía, pues en el filme ocurren cosas mágicas y sobrenaturales. Finalmente, como fantasía también puede hacerse referencia a joyas de poco valor, como bisutería o prendas que simulan joyería real.
La expresión onírica se puede hallar en diferentes contextos. En el contexto literario, se puede observar la expresión el mundo onírico con el fin de demostrar los sueños que poseen cada personaje o para indicar momentos que los autores sufren producto de locura, fiebre o por la ingestión de alguna sustancia. En el mundo de la pintura, el término onírico se refiere al cuadro realizado con un elevado grado de fantasía o surrealismo al punto de considerarse que fue producto de un sueño.
El onirismo se identifica por alucinaciones visuales que puede ser acompañada por el sentido del tacto o alusiones auditivas, cuando surgen combinaciones de algunas de las alusiones antes referidas es lo que se conoce como delirio onírico.
La fantasía también puede ser entendida como el grado superior de la imaginación o el pensamiento ingenioso. Estos pensamientos pueden plasmarse en obras artísticas, como cuentos, novelas o películas.
El género fantástico es aquel que presenta elementos imaginarios y sobrenaturales en su argumento. Se trata de un género que viola las reglas de la realidad, con animales que hablan, monstruos, personas inmortales y seres que viajan en el tiempo.
En su sentido más amplio, se halla presente en la literatura, cinematografía, historieta, videojuegos, juegos de rol, pintura, escultura, drama y, sobre todo, en la mitología y relatos antiguos, donde tuvo su origen. Se caracteriza por no dar prioridad a una representación realista que respete las leyes de funcionamiento del mundo real. En ese sentido se suele decir que el género fantástico es subversivo, pues viola las normas de la realidad.
Generalmente se lo distingue de otras formas artísticas como la ciencia ficción –en la que también se subvierten los mecanismos de funcionamiento de la realidad conocida– aduciendo que la causa de los fenómenos observados en obras de corte fantástico siempre tienen que ver con fuerzas sobrenaturales mientras que en la ciencia ficción hay causas «cientifizadas», con explicaciones que buscan la racionalidad dentro de su ruptura con el orden conocido. Por eso, algunos autores opinan que la diferencia entre el relato fantástico y el de ciencia-ficción radica no tanto en los hechos sobrenaturales como en el modo en que el autor presenta y explica los mismos.
–¿Me preguntas qué serás allí? ¿Y qué eres aquí? ¿Qué sois los seres de Fantasía?
¡Sueños, invenciones del reino de la poesía, personajes de una Historia Interminable!
¿Crees que eres real, hijo? Bueno, aquí en tu mundo, lo eres. Pero si atraviesas la Nada,
no existirás ya. Habrás quedado desfigurado. Estarás en otro mundo. Allí no tenéis ningún
parecido con vosotros mismos. Lleváis la ilusión y la ofuscación al mundo de los hombres.
¿Sabes, hijo, lo que pasará con todos los habitantes de la Ciudad de los Espectros que
han saltado a la Nada?… –No –tartamudeó Atreyu. –Se convertirán en desvaríos de la
mente humana, imágenes del miedo cuando, en realidad, no hay nada que temer, deseos de
cosas que enferman a los hombres, imágenes de la desesperación donde no hay razón para
desesperar..
–Calma, pequeño necio gruñó el hombre-lobo–. En cuanto te llegue el turno de saltar a la Nada,
serás también un servidor del poder, desfigurado y sin voluntad. Quién sabe para qué les servirás.
Quizá, con tu ayuda, harán que los hombres compren lo que no necesitan, odien lo que no conocen,
crean lo que los hace sumisos o duden de lo que podría salvarlos. Con vosotros, los pequeños se
harán grandes negocios en el mundo de los hombres, se declararán guerras, se fundarán imperios
mundiales… Gmork contempló al muchacho un rato con los ojos semicerrados, y luego añadió:
–También hay una multitud de pobres zoquetes, los cuales, naturalmente, se consideran a sí mismos
muy inteligentes y creen estar al servicio de la verdad, que nada hacen con más celo que intentar
disuadir hasta a los niños de que existe Fantasía. Quizá tú les seas útil precisamente a ellos..
Pablo MaestresPorque no hay otra cosa en la Tierra donde esté la salvación
Las crónicas de Narnia (en inglés: The Chronicles of Narnia) es una heptalogía de libros infantiles escrita por el escritor y profesor anglo-irlandés C. S. Lewis entre 1949 y 1954. Relata las aventuras en Narnia, tierra de fantasía y magia creada por el autor, y poblada por animales parlantes y otras criaturas mitológicas que se ven envueltas en la eterna lucha entre el bien y el mal. Aslan, un legendario león creador del país de Narnia, se constituye como el auténtico protagonista de todos los relatos (si bien los cuatro hermanos Pevensie: Peter, Susan, Lucy y Edmund, aunque ausentes directamente en dos títulos, sirven de hilo conductor). La saga es considerada un clásico de la literatura infantil, y es el trabajo más conocido del autor, habiendo vendido más de 100 millones de ejemplares, y siendo traducida a más de 41 idiomas. Las Crónicas de Narnia se han adaptado varias veces, completa o en parte, por la radio, la televisión, el cine y el teatro. Además de numerosos temas cristianos tradicionales, la serie toma los personajes y las ideas de la mitología griega y la mitología romana, así como de los cuentos de hadas tradicionales británicos e irlandeses..
Nada hay cuidadosamente ocultado que no haya de revelarse
ni secreto que no llegue a saberse”. Evangelio de Lucas 12:2
“No hay bien alguno que no nos deleite si no lo compartimos”.
Séneca
Tras la dictadura de primo de rivera, bajo la tutela de alfonso XIII y por la mala situación del país, en abril de 1931, la izquierda española ganó las elecciones, proclamándose la ii republica española. Las repúblicas pueden estar compuestas por partidos políticos tanto de derechas como de izquierdas, en cualquier caso, la joven república, comenzo con un partido de izquierdas, pero muy pronto se le arrebató la oportunidad de continuar, por el alzamiento militar, apoyado por la nobleza, monarquía, la iglesia y el capitalismo del momento, pese a todo esto, durante ese periodo de libertad entre dictaduras, con la nueva constitución realizada por la república, en tiempos en que los trabajadores eran meramente esclavos analfabetos, se construyeron miles de escuelas por todo el país, jamás en la historia de españa los trabajadores y estudiantes, obtendrían tal cantidad de derechos de todo tipo. Logicamente muchos se opusieron a esta forma de estado, simplemente por motivos económicos y pérdida de privilegios, entre ellos, el clero, la monarquía y la nobleza capitalista. Leer la constitución de 1931 y podreis comprobarlo. La misión de este video, es limpiar de falsedades y calumnias de todo tipo, que durante casi 40 años, de dictadura han arrojado sobre el periodo republicano para desvirtuar y confundir a la opinión pública venidera, pero apesar de eso, los republicanos siempre podremos alzar nuestra bandera con orgullo por que, fuimos la forma de gobierno elegido por el pueblo en las elecciones, con el objetivo de luchar contra la tiranía y la explotación, además, podemos decir bien alto, que la guerra no la comenzamos nosotros, simplemente tuvimos que defender el asalto militar al estado español.
Nació Rosalía de Castro en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837. En su partida de nacimiento figura como ««hija de padres incógnitos»», puntualizándose, sin embargo, que ««va sin número por no haber pasado a la Inclusa»».
Durante mucho tiempo la irregularidad de su nacimiento originó cierto desconcierto en la crítica, quizá porque se juzgaba impertinente o poco respetuoso con tal excelsa figura de las letras gallegas indagar en lo que parecían «trapos sucios» de la familia. Afortunadamente esos tiempos han pasado y hoy existen estudios rigurosos que permiten conocer perfectamente los antecedentes familiares de Rosalía.
Su madre, doña María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía, de familia hidalga venida a menos, nació el 24 de noviembre de 1804. Doña Teresa tenía treinta y dos años y tres meses cuando nació Rosalía. Su padre, don José Martínez Viojo, nacido el 7 de febrero de 1798 acababa de cumplir treinta y nueve, y era sacerdote; no pudo, por tanto, reconocer, ni legitimar a su hija, aunque sí parece que se interesó por ella y encargó de su cuidado a sus hermanas.
Fueron las tías paternas de Rosalía, doña Teresa y doña María Josefa, quienes se hicieron cargo de la chiquilla en los primeros tiempos, llevándola a vivir con ellas, primero en Ortoño en la casa familiar llamada «Casa do Castro», y después en Padrón.
Un detalle que queda sin aclarar es la personalidad de la madrina de Rosalía, la mujer que la llevó a bautizar y que, según la partida de nacimiento, se llamaba Francisca Martínez y era ««natural de San Juan del Campo»». Según los datos de Caamaño Bournacell, no era hermana del padre (pese a la similitud de su primer apellido, por otra parte muy corriente). ¿Podría ser alguien enviado por doña Teresa de Castro? No se sabe.
Parece, a la luz de los hechos conocidos, que la madre no se atrevió a afrontar sola el nacimiento de su hija en los primeros momentos, ya que en la partida de bautismo Rosalía parece como hija de ««padres incógnitos»». Es una actitud disculpable y explicable por la presión social e incluso por la vergüenza que debió de producir aquel nacimiento «sacrílego» en la familia materna.
Aunque no sabemos con exactitud en qué momento doña Teresa se hizo cargo de su hija, se van encontrando testimonios que indican que lo hizo cuando Rosalía era aun una niña. En un registro del Ayuntamiento de Padrón del 17 de septiembre de 1842, dado a conocer por Manuel Pérez Grueiro (véase Andrés Pociña y Aurora López, Rosalía de Castro. Estudios sobre su vida y su obra, p. 24), consta que reside en aquella localidad doña Teresa de Castro, con su hija Rosalía y una criada llamada María Martínez. En ese registro se dice que el estado civil de doña Teresa es el de soltera y que tiene treinta seis años (dato erróneo, ya que, partiendo de la fecha de nacimiento del Libro de Bautizados de Iria Flavia, había nacido el 24 de noviembre de 1804; estaba, pues, a punto de cumplir treinta y ocho años). Rosalía tiene en ese momento cinco años y siete meses. ¿Fue entonces cuando su madre se la llevó a vivir con ella? Mientras no aparezcan otros documentos, se puede considerar que probablemente esa es la fecha en la que madre e hija comenzaron a vivir juntas.
Un capítulo interesante desde el punto de vista psicológico lo constituyen las relaciones de Rosalía con su madre. No sabemos si doña Teresa vio con frecuencia a su hija mientras ésta vivió con la familia paterna; quizá sí. Y el hecho de vivir con ella desde los cinco años explica el profundo cariño que llegó a inspirar a su hija. Rosalía se casa en el año 1858, interrumpiéndose la convivencia entre las dos mujeres. Doña Teresa muere repentinamente cuatro años más tarde, en 1862. Rosalía escribe entonces un tomito de poesías, A mi madre, donde da muestras de un gran dolor y sobre todo de un sentimiento de soledad que ya no la abandonará nunca. Nada pudo llenar el hueco que había dejado la madre en su vida.
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Rosalía debió de sentir por su madre, además de cariño, compasión y agradecimiento. Como tantas protagonistas de sus poemas, su madre era la pobre mujer enamorada y engañada por el varón. Pero era también la mujer que, finalmente, se enfrentó a la sociedad para reconocer el fruto de su desliz y reparar así su falta. En su primera novela La hija del mar, Rosalía brinda un homenaje al valor de su madre cuando, refiriéndose a una niña expósita dice: ««Hija de un momento de perdición, su madre no tuvo siquiera para santificar su yerro aquel amor con que una madre desdichada hace respetar su desgracia ante todas las miradas, desde las más púdicas hasta las más hipócritas»».
No sabemos hasta qué punto estos acontecimientos de los primeros años de su vida y su nacimiento irregular influyeron en el carácter y en la obra de Rosalía. La crítica ha tendido a destacar la importancia de aquellos hechos. Rof Carballo señaló la coincidencia de ciertos rasgos de su mundo poético con la ausencia de una «imago» paterna en la formación de su personalidad.
José Luis Varela interpreta el símbolo de la negra sombra poniéndolo en estrecha relación con la «oscuridad» de sus orígenes.
Xesús Alonso Montero destaca la presión social que sufrieron la niña y la madre y cómo ese ambiente condicionó la personalidad adulta de Rosalía.
En cuanto a mí, no me cabe duda de que algunos caracteres de su visión del mundo -por ejemplo, la vinculación de amor, remordimiento, pecado- están íntimamente relacionados con su historia familiar.
Aunque la sociedad gallega tenga frente a los hijos naturales una actitud más abierta y comprensiva que otras sociedades, el hecho de ser «hija de cura» debió de inclinar la balanza negativamente del lado de las reticencias. No parece extraño que en una niña sensible e inteligente la falta de padre y su condición de fruto de amores prohibidos influyeran en su carácter y en su concepción de la vida.
¿Qué clase de instrucción recibió Rosalía? Parece que fue escasa. No sabemos si cursó estudios, aunque los biógrafos se inclinan a pensar que no, excepto algo de Dibujo y Música en las aulas de la Sociedad Económica de Amigos del País. Un índice de su escasa escolaridad son las abundantes faltas de ortografía de los autógrafos que conservamos de ella.
Un capítulo importantísimo en su vida son sus relaciones con Manuel Murguía con quien contrae matrimonio el 10 de octubre de 1858. Las opiniones de la crítica sobre la vida en común de la pareja son tan contradictorias que pueden sumir al lector en la perplejidad.
Xesús Alonso Montero afirma ««siempre he creído que la decisión de casarse con este hombre es un acto propio de quien, abrumado por las circunstancias, se ve en la necesidad de aceptar la menor oportunidad»».
Por el contrario, leemos en Bouza Brey: ««Daman do seu home, pois, entróu Rosalía na groria, xa que foi o primeiro ademirador das suas escelsas coalidás poéticas, con sacrificio escomasí das propias, como ben señala o escritor don Xoán Naya; e nunca xamáis lle pagará Galicia a don Manuel Murguía o desvelo que puxo en dar a conocer as vibracións de aquel esquisito esprito. O nome de Murguía ten de figurar ó frente de toda obra de Rosalía polo amoroso coido que puxo no seu brilo frente á recatada actitude da súa esposa, apartada sempre dos cenáculos onde se forxan, con razón ou sin ela, as sonas literarias»».
Si en su vida íntima fueron felices o desgraciados, si hubo por parte de Murguía infidelidad, ya sólo lo sabrán ellos y algunos que no han querido decirlo. A nosotros nos toca únicamente exponer los hechos que conocemos y darles nuestra propia interpretación.
Un hecho que me parece altamente significativo y que ya comenté en otro lugar es la destrucción de las cartas de Rosalía que realizó su esposo, al final de su vida. El propio Murguía nos cuenta este episodio:
Como ya se acercan los días de la muerte, he empezado por leer y romper las cartas de aquella que tanto amé en este mundo. Fui leyéndolas y renovándose en mi corazón alegrías, tristezas, esperanzas, desengaños, pero tan llenas de uno que en realidad, al hacerlas pedazos, como cosas inútiles y que a nadie importan, sentí renovarse las alegrías y dolores de otros tiempos.
Verdaderamente la vejez es un misterio, una cosa sin nombre, cuando he podido leer aquellas cartas que me hablaban de mis días pasados, sin que ni mi corazón ni mis ojos sangraran. ¿Para qué?, para que me decían. Si hemos de vernos pronto, ya hablaremos en el más alla.
Si es cierto que, gracias a su esposo, Rosalía se lanzó a la vida literaria y eso le hemos de agradecer, también lo es que nos privó, con la destrucción de las cartas, de un elemento importante para conocer su carácter y su obra. ¿Cuántos misterios de su poesía, cuántas alusiones que nos desconciertan por ignorar su verdadero significado, no se hubieran aclarado conociendo sus cartas? Murguía era consciente de la importancia de ellas, aunque insista repetidamente en que sólo interesan a ellos dos:
Pero si las leí sin que mi alma se anonadase en su pena, no fue sin que el corazón que había escrito las líneas que acababa de leer, se me presentase tal como fue, tal cual nadie es capaz de presumir.
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Es, pues, la imagen de Rosalía ««tal como fue, tal cual nadie es capaz de presumir»» lo que Murguía destruyó para la posteridad. Cabe preguntarse por qué. Quizá porque la imagen de su vida matrimonial no era tan perfecta o ejemplar como él hubiera, a posteriori, deseado.
En las escasas cartas o fragmentos conservados, encontramos reproches unidos a confesiones de cariño, exigencias o disculpas por esas exigencias, que pueden parecer excesivas. Veamos algún ejemplo:
Mi querido Manolo: No debía escribirte hoy, pues tú me dices lo haga yo todos los días, escaseas las tuyas cuanto puedes, pues casualmente los dos días peores que he tenido, hasta me aconteció la fatalidad de no recibir carta tuya. Ya me vas acostumbrando, y como todo depende de la costumbre, ya no hace tanto efecto; sin embargo, estos días en que me encuentro enferma, como estoy más susceptible, lo siento más. Te perdono, sin embargo, aunque sé que no tendrías otro motivo para no escribirme que el de algún paseíto con Indalecio, u otra cosa parecida.
Veamos otro fragmento:
Estando lejos de ti vuelvo a recobrar fácilmente la aspereza de mi carácter que tú templas admirablemente, y eso que, a veces, me haces rabiar, como sucede cuando te da por estar fuera de casa desde que amanece hasta que te vas a la cama, lo mismo que si en tu casa te mortificasen con cilicios.
La impresión que sacamos de los escasos restos conservados es que Rosalía encontró en Murguía uno de los pocos apoyos de que disfrutó en su vida, que le consideraba como ««la persona a quien más se quiere en el mundo»», que muchas veces no se sentía correspondida en la misma medida, y que, entonces, o rabiaba o hacía ««reflexiones harto filosóficas respecto a la realidad de los maridos y la inestabilidad de los sentimientos humanos»».
Un punto de la biografía de Rosalía en el que hubo bastante confusión se refiere al número de sus hijos e, incluso, a su sexo. Tras los trabajos de Caamaño Bournacell -ya citado- y de Bouza Brey, la cuestión ha quedado aclarada. Tuvo los hijos siguientes:
Alejandra, nacida en mayo de 1859 en Santiago de Compostela, casi a los siete meses exactos del matrimonio de sus padres. Murió en 1937.
Aura, nacida en diciembre de 1868 (obsérvese el largo intervalo sin descendencia). Murió en 1942.
Gala y Ovidio, gemelos, nacidos en julio de 1871. La primera murió en 1964; Ovidio, en 1900.
Amara, nacida en julio de 1873. Murió en 1921.
Adriano Honorato Alejandro, nacido en marzo de 1875, murió en noviembre de 1876 a consecuencia de una caída.
Valentina, nacida muerta en febrero de 1877.
Sombra from anabel amiens on Vimeo.
Murió Rosalía el 15 de julio de 1885. Recordemos sus últimos momentos a través del relato de González Besada:
(…) recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejaba sin publicar, dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: «Abre esa ventana, que quiero ver el mar», y cerrando sus ojos para siempre, expiró…
Desde Padrón, en donde murió Rosalía, no puede verse el mar. Impresionan esas últimas palabras de una persona para quien el mar fue una perenne tentación de suicidio. Recordemos sus versos:
Co seu xordo e costante mormorio
atráime o oleaxen dese mar bravío,
cal atrái das serenas o cantar.
«Neste meu leito misterioso e frio
-dime-, ven brandamente a descansar».
El namorado está de min… ¡o deño!
i eu namorada del.
Pois saldremos co empeño,
que si el me chama sin parar, eu teño
unhas ansias mortáis de apousar nel
Rosalía penetraba, por fin, en ese mar-muerte donde tanto había anhelado reposar.
La gloria y el honor sean concedidos a esta procer de las lenguas galegas y españolas
que dignificó la palabra, la poesía y el valor intrínseco de la mujer y su mundo interior.
Rosalía de Castro, (born February 1837, Santiago de Compostela, Spain—died July 15, 1885, Padrón, near Santiago), the most outstanding modern writer in the Galician language, whose work is of both regional and universal significance.
In 1858 Castro married the historian Manuel Murguía (1833–1923), a champion of the Galician Renaissance. Although she was the author of a number of novels, she is best known for her poetry, contained in Cantares gallegos (1863; “Galician Songs”) and Follas novas (1880; “New Medleys”), both written in her own language, and En las orillas del Sar (1884; Beside the River Sar), written in Castilian. Part of her work (the Cantares and some of the poems in Follas novas) expresses with sympathetic power the spirit of the Galician people—their gaiety, their wisdom and folklore, their resentment of Castilian domination, their love of their homeland, and the sorrows of poverty and emigration. About 1867, however, Castro began to write more personally, describing in verse her own deepest feelings—remorse, repressed desire, the anguish of living, the desolation of spiritual loneliness, fear of death, the transience of affection, the feeling that everything is in vain. Her complete works appeared in 1973.
Dedicado a Dña. Maite de Cortés Lladó y a tantos amig@s galegos que formaron
parte de mi vida y que siempre guardaré en mi recuerdo. — Antonio Ign. Duque
La compañía de teatro ‘Las Niñas de Cádiz’ han sido elegidas como pregoneras del Carnaval de Cádiz 2018. Las hermanas López Segovia: Ana, Alejandra y Rocío junto a Teresa Quintero han aceptado la propuesta del Alcalde de Cádiz: José María Santos, para dar el Pregón del Carnaval de Cádiz 2018, que se celebrará en la plaza de San Antonio el próximo 10 de febrero.
Caballito de cartón,
llévame hasta los confines del mundo de la Ilusión
y teje una alfombra grande entre los brazos del sueño
para que traigan los Magos la verdad de un Mundo Nuevo
En esta mágica noche grandes luceros azules
entre carrozas de plata con mil reflejos de luces
envolverán corazones de esperanzas infantiles.
Escondida en un rincón con la tristeza en el alma
una muñeca morena con lágrimas de cristal
ha forjado una corona en los confines del mar,
venía con esa gente que abandonó la fortuna
que en un lugar de miseria allí tuvieron su cuna
que sus juguetes son armas, que su vida: la ruina.
Estrellita de Ilusión píntame horizontes nuevos
haz que por unos momentos estalle en el Universo
la comprensión, el amor y un momento de silencio
por los que Dios olvidó entre los pliegues del tiempo.
de dos almas esa noche,
luceros en tus pupilas,
la caricia de tu pelo
y una pasión encendida.
Rondando en el firmamento
de tu cuerpo la ternura
desgrana el amor su celo
con la adorada dulzura
del carmín y de los besos
robados a la locura.
Me distes todo tu ser
luz, amor y fantasía,
al arrullo de tus besos
la pasión cobraba vida,
desde la primera vez
que te vi, te amo, mi vida
y siempre te adoraré,
hasta el final de mis días
Buscan las luces del alba
el corazón de la luna
el rumor se desvanece,
duerme el amor, nace el día.
¿Quién te soñó?
¿Quièn te amó?
¿Quién se murió de amor