Andalucía

Abrimos la semana con el terremoto político que han provocado las elecciones andaluzas. Todas las televisiones, radios y periódicos nos bombardean con sus análisis y no vamos a ser menos. En algunos casos podemos ver que estos análisis tienen un punto de razón y en muchos otros – increíblemente en la mayoría de ellos – no creo ni que se acerquen a explicar el fenómeno andaluz.
1.- Lo que hemos visto ayer en las elecciones no es una muestra de fascismo o de deriva autoritaria como les gusta explicar a los medios sensacionalistas. Lo que hemos visto es el hartazgo del pueblo andaluz con las políticas neoliberales del gobierno de Susana Díaz (que no olvidemos, gobernaba de la mano de Ciudadanos). Esto y no otra cosa ha provocado la victoria de las derechas.
2.- Además tenemos que considerar otro factor, que es que a raíz del desastroso gobierno de Rajoy, también la derecha se fue resquebrajando. Primeramente en el crecimiento y consolidación de Ciudadanos, con un Albert Rivera que llevaba meses instalado en un discurso de extrema derecha y neoliberal (ambos calificativos no son excluyentes). Pero al hundirse el gobierno de Rajoy en este verano, debido a la corrupción, desde algunos sectores de la extrema derecha social y empresiarial se le ha dado via libre a VOX, partido de corte ultraderechista en línea con lo que vemos en Europa. Seguramente veían que el PP era insalvable. Bueno, yo no equipararía a VOX al populismo de derechas francés o alemán, que me parecen mucho más sofisticados y tratan de incluir obreros desencantados con la izquierda, si no a la ultraderecha húngara o polaca, más de corte nacional-católico y esencialmente reaccionarias.
3.- Al respecto de esa extrema derecha social de la que hablo, estamos viendo en los últimos años el alcance que este sector reaccionario tiene en el mundo empresarial, en la judicatura, en los cuerpos de seguridad del estado y también en la prensa. No en vano existe desde hace 30 años un fenómeno que se le llama “la Caverna” que lleva inculcando un discurso y unos argumentos compatibles con la ultraderecha más rancia. Este bombardeo mediático diario, auténtico discurso de odio, hace bascular el Partido Popular todo lo posible hacia la derecha.
Ante el auge del fascismo en Europa y ahora en el estado español, unos de los mayores difusores han sido los medios de comunicación. Si la Caverna ya tenía su espacio radiotelevisivo y en la prensa de papel y digital, también los medios autodenominados de izquierda (La Sexta, Cuatro, El País, etc.) hacen de altavoces de los argumentos de la ultraderecha, al proporcionar minutos en prime time y columnas a los personajes reaccionarios que todas y todos conocemos. Tanto agitar que viene el lobo, al final se le coge cariño al lobo. Tan malo no será, ¿no?.
4.- En definitiva, la ausencia de políticas que benefician claramente a las clases populares, a la mayoría social, la entrada en todas las guerras culturales que tan hábilmente sabe jugar la derecha dura y que hacen que la seudo-izquierda haga el ridículo por su defensa de lo políticamente correcto, ponen a esta población que vota izquierdas ante una disyuntiva. ¿Votamos a los de siempre? ¿Nos quedamos en casa y que se vayan a la mierda? Pues esto ha pasado. La izquierda «real» española está realmente ausente del mapa político y esto se hace notar. La que existe no da confianza alguna. Podemos (izquierda socio-liberal) ya ha tocado su “techo de cristal” y en varias regiones (y en el EuroParlamento) se están apuñalando los unos a los otros ya sea por el poder o sea por que no se aguantan. Y el PSOE, pues no pasa de ser una tapadera de las políticas neoliberales con un barniz de colores. Para que nos hagamos una idea la Liga Norte en Italia está haciendo una política social muy parecida a la del gobierno español (eso sí, con ataques a la inmigración, pero es que el PSOE también los hace!). Pero encima lo hacen dando la imagen de que defienden la soberanía italiana ante los tiburones neoliberales europeos, cosa que Pedro Sánchez no hace (y hasta parece que les abre las puertas de par en par!).
5.- Por último la carta catalana. Definitivamente el “a por ellos” da votos. Ni siquiera la izquierda intentó revertir esta oleada de odio. Y no se revierte diciendo que los catalanes son buena gente. Nada que ver. Se revierte oponiendo a esa idea de España reaccionaria la de otra España construida por sus pueblos y sus gentes en su pluralidad. Pero eso se acabó el año pasado. El 1 de Octubre catalán ha exacerbado el nacionalismo español y ha fanatizado aún más si cabe a una derecha que ahora tiene un argumento con el que tapar sus corruptelas y su descaro. Y las izquierdas calladas y dando su apoyo al Rey y legitimando la represión.
La ultraderecha política ha venido para quedarse y ahora planean el asalto a los parlamentos regionales, a algunos ayuntamientos y al Congreso de los Diputados. Ahora tienen presupuesto propio y no dependerán de mecenas de dudosa reputación. La verdad es que está bien que surja una ultraderecha patriotera. Ya sabíamos que existía, estaba dentro del PP, se sospechaba que dentro de C’s también. Pues ahora tienen su espacio político y se puede cuantificar al fin a los herederos de los cuneteros.
El problema de este país no es la ultraderecha si no la falta de proyecto de las izquierdas. Viendo la prensa del 3 de Diciembre no dan ninguna señal de que hayan entendido nada.
Para los movimientos populares, nuevamente nos toca hacer de Andalucía una tierra ingobernable. Supongo que se entiende que no es lo mismo la movilización masiva en la calle que los votos. No por sacar a la calle a 100.000 personas o por montar una huelga general vas a ganar unas elecciones. En unas elecciones también votan quienes no se movilizan nunca, o quienes simpatizan con la represión. Pero lo que nos interesa de la movilización es la construcción de sujetos amplios que lleguen hasta el último rincón del territorio y que puedan confrontar las políticas del gobierno. ¿Acaso no nos lo están demostrando los Chalecos Amarillos en Francia?
Pero no solo es montar una movilización y esperar a que legislen a nuestro favor. Se trata de tomar nuestras vidas en nuestras manos y construir los cimientos de una nueva sociedad, hecha para todas las personas que la integran. Hay que dejar de lamentarse y construir organización popular. Hay que abandonar los espacios de confort y apelar a las clases oprimidas, acompañarlas y buscar conjuntamente momentos de ruptura y contrapoder.
Por lo que respecta a Catalunya. Hoy en Catalunya la gente se ha levantado con un “Vámonos ya. ¡Qué hacemos en España todavía!”. Llevo años oyéndolo. Cuando hay una reacción (de la justicia, de los políticos, de la prensa) muy facha o muy pasada de rosca se suele oir eso por aquí. Pues mira, llegan los de VOX y dicen, “catalanes, queremos que os vayáis. Pero que os vayáis vosotros del país cruzando los Pirineos”. Nuevamente, ante la incapacidad de una izquierda española de aglutinar a la población y de proponer un programa de ruptura (incluso cuando ha habido 20.000 madrileños que han hecho votaciones por la República esta semana) se debe hacer reconocer, la única ruptura viable es la independencia de Catalunya. Habrá que lograrla a pesar de la caterva de paniaguados que están dirigiendo el Procés (que parece que no quieren la independencia y hacen todo lo posible por decepcionar a sus bases dejándolas tiradas ante la represión).
La ruptura catalana es un revulsivo también para España entera, por cierto. No se trata de dejar en la estacada a las valiosísimas personas de izquierdas que hay en el estado, sino de pegarle un puñetazo al tablero a ver qué pasa. Exactamente esto han hecho los andaluces y andaluzas ayer. Es momento de incendios. Europa entera se quema, América está en llamas y el cénit del petróleo y la crisis climática están al caer.
Retrato from anabel amiens on Vimeo.
maldito dios de muerte y su creencia
maldita está la tierra por la sangre
que ese día rasgó tal inocencia
Esto es lo que buscan las derechas.
¡Esto es lo que buscan las derechas!
Un mundo infeliz


Aldous Huxley

No sé lo que opinaría de nosotros, la humanidad, si alguien pudiera observarnos desde el espacio exterior, y no me refiero a ninguna clase de ente divino, sino a un tipo de inteligencia extraterrestre. El estudio del ser humano como especie no dejaría de causarle asombro, risa y pena y un poco de repugnancia también. Al no tener implicaciones humanas, podría ser objetivamente crítico e imparcial, algo que una persona, por muy ecuánime que pretenda ser, es imposible que lo consiga.

Bien, dicho esto, pasemos a las conclusiones que supuestamente podría obtener en su análisis del peculiar bípedo que habita como especie predominante en ese remoto e insignificante punto azul pálido que es el planeta Tierra.

Para empezar, observaría que físicamente el ser humano no es gran cosa. La mayor parte de los animales nos supera por mucho en algún aspecto corporal: son más fuertes, más rápidos, más resistentes y más naturales que cualquiera de nosotros. Sólo hay algo en lo que somos manifiestamente superiores: la inteligencia, la capacidad de razonar y comprendernos a nosotros mismos como individuos e indagar asimismo en el universo que nos rodea. Pero esta innata cualidad humana, en lugar de hacernos mejores y más nobles, nos ha hecho crueles y engreídos al otorgarnos un poder superior sobre los demás seres vivos.

En cuanto a la organización social de los humanos, no dejaría de pasarle por alto la mediocridad, cuando no la simple estupidez, bajeza moral y rapacidad de que hacen gala la mayoría de los dirigentes políticos de cualquier escala y nación. Me da igual, desde alcaldes de pueblo a jefes de Estado, si echas un vistazo general, la verdad es que el panorama resulta completamente desolador. Es difícil encontrar un líder de cierta talla, y cuando lo encontramos, por norma general solemos acabar matándolo. Entiéndase que me refiero a esa clase de personas singulares que, a modo de referentes éticos en el devenir histórico de la humanidad, nos aportaron valor, conocimiento y esperanza: Espartaco, Zapata, Gandhi, Durruti, Malcolm X, entre otros muchos, fueron algunos de esos héroes populares que se enfrentaron al poder y sacrificaron su vida por el bien común. Su ejemplo traspasa las fronteras e influye en millones de personas en todo el mundo. Me temo que apenas quedan líderes así hoy día, si es que existe alguno. Al igual que el lince ibérico, son raros de ver, no pueden vivir libremente y corren peligro de extinción.

No soy partidario de la figura de un jefe como guía de masas, ni me gusta la figura tergiversada mesías redentor, aunque comprendo que algunos individuos, por su altura ética e intelectual, pueden servir de referencia e inspiración para mucha gente. De todas formas, creo que es mejor que cada uno piense y actúe por sí mismo. Que cada persona sea su propio líder natural. Pero ya sabemos que asumir esta responsabilidad es difícil, arduo y peligroso. Uno tiene que aprender a pensar por sí mismo y, peor todavía, debe hacerse responsable de sus propias decisiones. La sociedad no promueve la libertad individual. Por el contrario, prefiere un rebaño humano guiado por un pastor. No obstante, la fórmula se ha comprobado que únicamente beneficia a una minoría, la que ostenta el mando, en perjuicios de la inmensa mayoría, que apenas cuenta para nada y debe conformarse con obedecer dócilmente las órdenes del amo.

Es fácil comprobar la veracidad de mis palabras. Basta con leer un poco de historia o con echar un vistazo a la situación actual del mundo.

Miras a un lado y ves a Putin, un tipo de cuidado, con una mirada fría, siniestra y amenazante, forjado como agente soviético de la temible KGB; es abogado y político profesional, una mezcla de fatales consecuencias. Pobres rusos, si no habían padecido ya suficiente con los zares y los comunistas, ahora les toca experimentar en su carnes el capitalismo salvaje al estilo neoliberal. En muchos sentidos Rusia me recuerda a España, ambos son países sin suerte, con una historia atroz de gobernantes déspotas, corruptos e inútiles, sin la menor preocupación por el pueblo, al que tratan como si fuera escoria.

Para echarse a temblar son también los mandatarios de China y su aterrador ejército de generales bajitos con gorra de plato y el pecho cuajado de medallas, que han convertido a toda la nación en una gran fábrica que abastece de productos al mundo entero. Una cultura milenaria de miseria y opresión para el sufrido pueblo chino. Otro ejemplo especialmente aborrecible de jerarca tiránico es el hijo y heredero del anterior dictador norcoreano, ese cabeza de patata con un aspecto perversamente aniñado. O los brutales militares sudamericanos machacando a sus desgraciados pueblos golpe tras golpe, sin permitirles levantar la cabeza, siempre al servicio de una oligarquía opresora. África está sumida en un perpetuo horror de esclavitud, sangre y cadáveres masacrados desde hace siglos. Sin olvidar a la civilizada y culta Europa, que ha padecido dos guerras mundiales consecutivas y ha sido escenario de las peores atrocidades cometidas contra el ser humano. La verdad es que no sé hacia dónde dirigir la mirada; en todas partes es lo mismo: políticos que más que dar confianza dan miedo.

O bien podemos fijarnos en los fundamentalistas religiosos, ya sean de un credo u otro, judíos o musulmanes, católicos o protestantes, pues a pesar de que todos declaran que son religiones de amor, a la hora de la verdad no tienen escrúpulo alguno en asesinar piadosamente al prójimo cuando piensa diferente. No me explico cómo pueden contar con millones de fieles que obedecen como borregos a sus profetas y patriarcas. La falsedad resulta tan evidente, que no entiendo cómo alguien se puede tragar tal cúmulo de patrañas y engaños, sin más base que unos supuestos mensajes divinos que solamente unos pocos elegidos pueden interpretar para el resto de creyentes. La fe necesaria para creer nos exige dejar en suspenso la razón, o dicho de otra manera, las creencias religiosas requieren prescindir de nuestro rasgo más señalado: la inteligencia humana. La mente, ese gran misterio aún por desvelar, es la clave de la supervivencia, al permitirnos aceptar lo bueno y útil como verdadero y desechar lo malo y pernicioso como falso. Y las religiones, a mi entender, se encuentran dentro de este último apartado.

Ya sé que es simplificar demasiado un asunto complejo que ha preocupado al conjunto de los mortales desde sus albores; es más, el sentido trascendente de la existencia constituye uno de los rasgos que definen su humanidad. Pero es lo que pienso de esta superchería extendida por el mundo entero como una plaga.

No puedo concebir un Dios que consienta el sufrimiento del mundo. Un mundo en el que resulta muy duro vivir, sobre todo por el daño deliberado que el propio ser humano, en su estupidez y maldad, inflige a todo cuanto existe, empezando por sí mismo.?. Sinceramente, creo que nos iría mejor si nos deshiciéramos de tales mentiras y asumiéramos la verdad de la vida, aquí y ahora, y sustituyéramos las arcaicas, caducas e ilusorias creencias religiosas por una moral enteramente humana, basada en la dignidad y la libertad del individuo, un código ético de conducta que respetara los derechos individuales de cada persona y nos sirviera para vivir mejor unos con otros.

En este recorrido por la actualidad planetaria, tampoco podemos olvidarnos de la reciente estrella del firmamento político, el famoso y televisivo Donald Trump, el nuevo presidente norteamericano, en este caso empresario y político, dos términos que unidos deberían ser considerados opuestos, contradictorios y hasta ilegales. ¿Qué decir que no se haya dicho ya de semejante individuo?

No tengo la menor duda de que nuestro visitante estelar pegaría un salto en el espacio al comprobar quién dirige actualmente la Casa Blanca, uno de los mayores y más terroríficos centros de poder que existen en la Tierra. Y desde luego, cuando escuche hablar a Trump, con su estúpida, insufrible y malvada verborrea, pensará que la humanidad ha enloquecido al permitir que alguien como él ocupe un cargo de tanta responsabilidad. Es una vergüenza para el género humano que un personaje de su calaña pueda detentar algún tipo de poder sobre la gente.

Si ha comenzado su controvertido mandato entre manifestaciones masivas y fuertes críticas populares, no sabemos qué sorpresas puede depararnos en el futuro, pero sospecho que ninguna buena. Un chiflado megalómano, paranoide y psicópata de sus dimensiones puede llevarnos a la catástrofe.

Espero equivocarme por la cuenta que nos trae a todos, pero no me extrañaría nada que, tarde o temprano, acabe provocando una guerra sobre algún pobre país indefenso -si llega el caso, confiemos que sea a pequeña escala- como medio de subir en las encuestas de popularidad americanas. Es un viejo truco que se ha empleado con éxito garantizado en el pasado. Ya lo utilizaron algunos de los más nefastos presidentes estadounidenses -Reagan con la invasión de Granada y los bombardeos a Libia, Bush padre e hijo en las guerras de Iraq y Afganistán y Obama, sanguinario destructor de Libia y el Yemen, por ejemplo- aunque prácticamente la totalidad de gobernantes americanos ha recurrido, en un momento de crisis, a esta vieja estrategia populista. Qué importa un poco de sangre derramada si es por el bien de “América”. Lo importante es que las banderas ondeen al son del himno nacional. El fin está claro: conseguir que la población se olvide de sus problemas cotidianos y entregue sus libertades civiles rendidamente y sin cuestionar en manos de una autoridad salvadora. ¿Una exageración? ¿Un absurdo? Nada deseo más que equivocarme en mis funestas predicciones. Pero ahí está la historia para demostrar que es posible, demasiado posible.

Las personas somos fácilmente manejables y la clase dirigente tiene experiencia en manipular a la opinión pública a su antojo. El gobierno americano lo ha hecho en repetidas ocasiones. Lo hizo en la Primera Guerra Mundial, cuando EE UU era un país neutral y gracias al empeño del presidente estadounidense de entonces, Woodrow Wilson, otro abogado y político profesional, entraron a formar parte de la contienda. El hundimiento del transatlántico británico RMS Lusitania como elemento desencadenante de la entrada en el conflicto no fue más que un mero pretexto, ya que fue hundido en 1915 y Estados Unidos declaró la guerra a Alemania dos años más tarde. Yo me inclino a pensar que, como en la mayor parte de las guerras, fueron razones económicas y políticas principalmente las que llevaron a tomar tal decisión.

La Segunda Guerra Mundial fue ganada por los aliados, gracias sobre todo a los valientes americanos que vinieron a sacar las castañas del fuego a los pobres e indefensos europeos. Es cierto, el inmenso poderío militar norteamericano se empleó en hundir a la malvadas hordas nazis (que lo eran, indudablemente) liberando así al mundo entero para la democracia capitalista, como bien nos ha contado el cine en innumerables ocasiones. Sin embargo, esta historia mil veces repetida olvida un hecho fundamental: el sacrificio heroico de los soviéticos, pues no en vano murieron millones de ellos durante aquel terrible periodo.

Bien, no quiero ponerme catastrofista, pero la realidad es innegable. Podría continuar con un ejemplo tras otro: Corea, Vietnam, Cuba, Chile, Nicaragua, Granada (el país, no la provincia española, mediante la operación militar Furia Urgente), Libia, Iraq, Afganistán… ¿Adónde quiero ir a parar con este cúmulo de datos históricos? Sencillo, a que nos manipulan como quieren y nos usan como si fuéramos carne de cañón. Y lo peor de todo es que cuentan muchas veces con el propio respaldo de las ovejas que llevan al matadero.

En las contadas ocasiones en que la gente trabajadora ha tratado de sacudirse el yugo de sus amos y verdugos -la rebelión de los esclavos en la antigua Roma, la Comuna francesa o la revoluciones mexicana, rusa y española del 36, por citar unas pocas muestras- el fracaso ha sido completo. A lo largo de la historia, los rebeldes fueron sistemáticamente sometidos y aplastados. Pero lo que no pudieron, ni podrán jamás, es acabar con la esperanza de un mundo mejor. La idea permanece invencible: una ilusión que sirve para guiar a la humanidad doliente. Y esta utopía de justicia social es la que, a través de todo tiempo y lugar, ha encarnado el ideal anarquista. Pues allá donde se libre una lucha por la libertad y la dignidad del ser humano, para mí representa lo que entiendo por anarquismo.

De todas maneras, más preocupante que la maldad de los perversos, es la pasiva indiferencia de la gran mayoría silenciosa. Pienso si acaso tenemos los políticos que nos merecemos. Al fin y al cabo, no dejan de ser el reflejo de la sociedad cruel, injusta, desigual y enferma que hemos creado entre todos.

Otro importante tema a debatir es averiguar quién manda realmente en el mundo. Sabemos que los gobiernos tienen una esfera de influencia y poder bastante limitada, condicionados y sujetos como están por otros factores determinantes para la marcha de un país, como son primordialmente las grandes empresas multinacionales, los grupos de presión mediática y la banca, a los que hay que sumar los partidos políticos, sindicatos y religiones principales, cuyas cúpulas dirigentes influyen en mayor o menor medida en las decisiones políticas, sociales y económicas que afectan a toda la nación. La población común, es decir, la inmensa mayoría de nosotros, apenas tenemos nada que decir en este asunto. Se nos consulta en las elecciones para guardar las apariencias democráticas y basta. Luego, el político de turno tiene las manos libres para hacer y deshacer a su gusto, sin responsabilidad personal, sin rendir cuentas a nadie, sin respetar sus compromisos electorales. Y únicamente cuando nos empujan al límite, se encontrarán con la decidida y firme oposición de los ciudadanos. A nosotros nos reservan otra importante función: contribuir con los impuestos al sostenimiento del gasto general y soportar las decisiones de unos dirigentes que suelen gobernar en defensa de sus propios intereses de clase.

Las grandes empresas multinacionales ostentan uno de los sistemas de poder más importantes a escala mundial, por su volumen de actividad, por su capacidad de incidir sobre las economías nacionales, por su extensión global, por los millones de trabajadores que emplean y por la concentración en unas pocas manos de su capacidad directiva. Se trata de uno de los ámbitos de intervención más potentes que podemos encontrar en este momento.

Los inmensos recursos económicos que manejan sitúan a las grandes multinacionales por encima del PIB de muchos países. Por citar un dato revelador, dos de las mayores empresas españolas por ingresos son el Banco Santander y Repsol, aun estando situadas lejos de los puestos de relevancia entre las más ricas del mundo. Sin embargo, los beneficios anuales del Banco Santander superan con creces el presupuesto de naciones como Angola o Libia.

Las compañías multinacionales son explotadoras y agresivas con los países en los que operan. Los salarios de los trabajadores se reducen y sus derechos laborales son suprimidos, lo que hace que los costes de los productos sean menores. Su objetivo primordial es generar el máximo de beneficios, o lo que es lo mismo, enriquecer a un reducido grupo de personas a costa de la explotación de los trabajadores y de los recursos naturales, sin reparar en los medios utilizados, ya que el fin básico -ganar dinero- se impone por encima de cualquier otra consideración.

Además, destruyen el mercado nacional y local con su política de precios, imposible de mantener por los pequeños y medianos empresarios. Las grandes corporaciones utilizan su inmenso poder para adueñarse de los mercados, hasta que sus competidores son literalmente eliminados. Esta explotación desmedida y sin control está suponiendo un alto coste ecológico para el planeta. La destrucción de ecosistemas completos por parte de grandes industrias químicas, mineras y petroleras, se lleva a cabo con total impunidad, como pudimos comprobar en el vertido de petróleo en las costas gallegas, o peor todavía, con los miles de muertos y heridos ocasionados por el desastre de Bhopal en la India.

En esta alianza entre el gobierno, la banca y las grandes empresas, se fraguan medidas políticas y económicas favorables a sus intereses particulares en forma de ayudas millonarias, exenciones de impuestos y amnistías fiscales, regulaciones laborales y demás leyes y normativas encaminadas a incrementar su poder y riqueza. Estos poderes conchabados se dedican a explotar, exprimir y ordeñar hasta la última gota al contribuyente, a toda la masa de gente trabajadora y honesta que ha de ganarse la vida duramente con su esfuerzo diario. Somos nosotros y no ellos con sus cuentas millonarias y sus lujosas mansiones, los que hemos de afrontar la dureza de una existencia condicionada por una mala organización social y una pésima gestión de los recursos colectivos. Y el ingente tesoro nacional, toda la riqueza producida por los trabajadores, va a parar en gran medida al bolsillo de unos cuantos desaprensivos. Estamos hartos de las noticias que desvelan el gran negocio a escala mundial que se traen entre manos políticos, banqueros y empresarios, a costa como siempre de los mismos: tú y yo y todos nosotros, la gente que realmente mueve el mundo con su trabajo cotidiano.

Diversos colectivos populares, sindicatos, partidos, ONG y otras asociaciones, llevan a cabo campañas contra los abusos de las corporaciones industriales, pero el poder de estos gigantes es inmenso y poco pueden hacer. Para evitar la ruina y el caos hacia el que nos conducen inexorablemente, no basta con la débil oposición de estas organizaciones. Hay que luchar. Pero es una lucha que requiere de la unión y la participación de todos nosotros.

Y los sindicatos, ¿qué tienen que decir a todo esto? La verdad es que bien poca cosa. Acuden a las mesas de negociación como víctimas propiciatorias. La patronal se ha pasado por la piedra a los sindicatos y éstos permanecen mudos y ajenos ante el atropello al que son sometidos los trabajadores.

Sin embargo, no olvidemos jamás que el sindicato es la única defensa real y efectiva con que cuenta la clase trabajadora. Gracias a la lucha obrera se consiguieron la mayoría de las mejoras laborales: seguro médico, jornada de ocho horas, vacaciones, subidas salariales, convenios colectivos… Sin la ayuda y la fuerza que le ofrece la unión sindical, los trabajadores se verían totalmente perdidos. Retornaríamos a situaciones de vasallaje propias de un lejano pasado. Es fundamental volver a reflotar las asociaciones sindicales y crear organizaciones independientes, fuertes y unidas. Para nosotros, los trabajadores, es un empeño vital.

Bien, centremos ahora la atención en los españoles. Dirijamos la lente del telescopio espacial, no hacia las estrellas, sino hacia un pequeño país situado en el borde occidental de Europa, una península que compartimos con Portugal. España, mal que nos pese, es un país de segundo orden. Nuestras viejas glorias forman parte de un pasado remoto. La verdad es que no pintamos gran cosa en el orden mundial. Nuestro papel ha quedado reducido al de meros comparsas de las grandes potencias.

Y lo que podemos aquí observar tampoco resulta demasiado tranquilizador. La tan alabada democracia española, el menos malo de los sistemas políticos, según ha sido definido, mantiene las viejas estructuras de poder de la época franquista. Aplicando la vieja máxima de Lampedusa, cambiaron las cosas para que todo siguiera igual. Podemos comprobarlo fácilmente echando un vistazo a nuestros actuales políticos, banqueros y empresarios, muchos de ellos con raíces que llegan hasta la dictadura. Un apunte ¿Os habéis fijado bien en la cara que tienen la mayoría de nuestros dirigentes, en sus rostros faltos de humanidad? La verdad es que me estremezco sólo de pensarlo. Dan temor, desconfianza y asco.

La complicidad entre la política y los grandes poderes financieros posibilita que los ricos amasen ingentes fortunas, más allá de todo límite razonable. Como contrapartida, los gigantes industriales tienen en su cuenta a ex presidentes, ministros, políticos, jueces e intelectuales de diversa ralea. Además, mediante el control de los medios de comunicación se aseguran una cobertura positiva, de tal manera que es posible ver anuncios como el de Repsol, que más que una petrolera, cuyos beneficios pasan por diezmar la tierra sin miramientos como hace en realidad, parece un grupo ecologista dedicado al sostenimiento del planeta.

El grado de corrupción que impera en nuestro país en estos tiempos ha alcanzado cotas realmente alarmantes. La impunidad y la indecencia campan a sus anchas. Salvando las distancias, la situación actual guarda muchos paralelismos con la etapa gansteril americana de los años veinte. Podemos encontrar políticos corruptos y policías y jueces venales al servicio de una élite empresarial, que tal vez no deje muertos tirados en las calles, pero que tiene un poder letal mucho mayor que el de las bandas mafiosas durante “la prohibición”. Hay muchas formas de matar a una persona y no todas son claramente violentas. Pero violencia es dejar a familias sin cobijo, a trabajadores sin empleo, a enfermos sin atención sanitaria, a niños y ancianos sin los cuidados que necesitan. Es un tipo de violencia soterrada, que mata callando.

Cuando una persona pierde su trabajo, pierde estabilidad, se ve acuciado por deudas y por problemas de diversa índole, aunque su origen sea el mismo, en una serie implacable de dificultades a las que resulta imposible hacer frente: el cuidado y la manutención de los hijos, la hipoteca de la casa, la luz y la calefacción, el gasto del coche… Cuando un trabajador se queda sin empleo puede perder su hogar y, con el tiempo y la presión suficientes, puede incluso perder el norte y terminar haciendo algo irreparable. Está abocado a caer más fácilmente en la delincuencia. La pérdida del trabajo puede destrozar a una persona. Estar sin empleo mucho tiempo puede hundirte.

Lo sé por experiencia. He estado en paro varias veces, las suficientes para saber de qué va el asunto. En cierta ocasión, me largué de un empleo detestable que odiaba a muerte, poco después me echaron del piso por no poder pagar el alquiler y me vi en la calle. Acudí a pensiones y hostales, pero deseaba ahorrar hasta la última moneda y, además, esos lugares me resultaban fríos e inhumanos. Me deprimían. Así que durante una breve temporada, hasta que la suerte cambió, me estuve alojando en mi viejo Seat 1.200 Sport, estrecho y reducido espacio para alguien como yo, donde pasaba las noches en la apartada soledad de un parque público de las afueras de la ciudad.

Visto esto con la distancia suficiente, se me antojan locuras de juventud. Estaba solo por aquel entonces y nada me importaba demasiado. Sabía que tarde o temprano volvería a encontrar un trabajo, esperanza de la que muchos ahora carecen. Sin embargo, asomarme al abismo, me infundió miedo. Lo confieso sin ámbages. Me asustó pensar que podría verme sin techo y sin dinero para sobrevivir. Y no era una simple cuestión de merecimientos. Podía pasarle a cualquiera. Hasta a los mejor preparados. Bastaba un resbalón en forma de despido, enfermedad, accidente o cualquier otra contingencia inesperada, para rodar inevitablemente hacia el fondo de la fosa social.

Soy de esa clase trabajadora que necesita el sueldo diario para subsistir, es decir, para pagar y comer. Desde que comenzó la provocada crisis económica allá por el año 2008, hay más personas que piensan igual que yo. Todos hemos cobrado una mayor conciencia de la mala situación que vivimos. Todos somos más conscientes de que el rico es cada día más rico y el pobre cada día más pobre, y el que tiene un trabajo, aunque sea un empleo de mierda de los que tanto abundan actualmente, se puede considerar afortunado.

Recuerdo que antes podías ver en el telediario manifestaciones y huelgas, hoy los mineros, mañana los agricultores, pasado los obreros de los altos hornos o de los astilleros. Ahora no sé si hay sindicatos, pues nunca se les ve por ningún sitio. Bien es cierto que, con la escasa fuerza que tienen, poco pueden hacer. Los trabajadores están tan enfrentados, aislados y asustados que soportan abusos e injusticias sin rechistar, totalmente abatidos como clase social. Lo hemos perdido todo, no solamente las mejoras laborales tan duramente conquistadas en el pasado, a costa de enormes esfuerzos y sacrificios, peor es haber perdido el ánimo de lucha y, me atrevería a decir, que hasta nuestra propia dignidad como seres humanos. En fin, estamos derrotados. Hay que reconocerlo. Si al menos fuéramos capaces de protestar como último recurso, pero ni siquiera eso; nos sacrifican en completo silencio y apatía. Esto no sucede únicamente en nuestro país. Es un mal generalizado, pero oculto y callado y, no por eso, menos nocivo y letal para el conjunto de la sociedad.

En fin, creo que es suficiente. No quiero hablar de guerras y refugiados, de epidemias y hambrunas. No deseo comparar la opulencia y derroche de unos con la pobreza y la miseria de otros. No tengo valor para seguir hurgando en las viejas heridas de este sufrido mundo. Y, hastiado de tanto sufrimiento inútil y gratuito, cierro mis ojos, que no mi conciencia, ante los males ajenos. Como lenitivo, busco consuelo en la naturaleza, en el arte, en alguna gente, en todo lo bueno y hermoso que también alberga este pequeño rincón del universo.

La Tierra es nuestra casa, un hogar temporal que algún día lejano habremos de abandonar forzosamente. Nuestro futuro como especie depende de la capacidad que tengamos de alcanzar las estrellas. Mientras tanto, debemos cuidar nuestro lugar de origen, el sitio que nos ha visto nacer y nos define como humanos. Cada vez estoy más convencido de que la ciencia nos salvará si no nos extermina antes.

Desconozco lo que opinaría nuestro hipotético visitante cósmico, pero supongo que la conclusión más evidente a la que llegaría tras observar nuestro comportamiento es que somos una especie peligrosa para nosotros mismos y para los demás seres vivos, provengan éstos de nuestro entorno terrestre o del espacio exterior. En consecuencia, la Tierra debería mostrar un cartel con este mensaje: “¡Cuidado, personas sueltas!”, como señal de advertencia para el resto del universo.?No sé vosotros, pero creo que ya hace mucho tiempo que deberíamos haber tomado las calles. Y tras la calle, el gobierno de nuestros intereses humanos y como trabajadores. Decidir por nosotros mismos, en lugar de delegar en otro. Ser los verdaderos artífices de nuestra vida. Pero supongo que no lo verán mis ojos.

Al finalizar este somero análisis de la situación mundial y nacional, no puedo por menos que sentirme mal. Y no es para menos. Sólo puedo lanzar una llamada de socorro: ¡Que paren este mundo, quiero bajarme!

Me cuesta terminar el artículo con una visión tan amarga, pesimista y, tal vez, excesivamente desalentadora.

La gente debe organizarse en movimientos populares a través de los cuales consiga asumir el control real de su destino. La gente puede crear esa clase de poder colectivo que es preciso para cambiar sus vidas y transformar la sociedad. La gente tiene que saber que es fundamental ejercer presión sobre los poderes establecidos para abordar las cuestiones que más importan. En definitiva, la gente necesita imaginar un futuro sin guerras, sin pobreza, sin opresión, sin la explotación del hombre por el hombre, en la que la vida sea más libre, justa y humana para todos. Esta es la clase de utopía que persigue el anarquismo. La otra opción es continuar como hasta ahora, en una carrera que probablemente nos conduzca hacia el desastre total.

Vamos, pues, a capear el temporal, y luchar porque vengan tiempos mejores para todos. Tenemos que hacerlo, primero por nosotros mismos, y luego por las generaciones futuras. No podemos permitirnos caer en la desesperación y el desánimo. Ya que estamos vivos, debemos actuar. Y una de las maneras más altas y nobles de hacerlo es por un ideal.

En este momento crucial en que nos encontramos, con una humanidad aquejada por infinidad de males y problemas, en pleno debate por la supervivencia, el anarquismo puede suponer nuestra última tabla de salvación. ¿Y por qué el anarquismo, precisamente? Porque cuando todo va mal y no hay consuelo, solamente nos queda la esperanza de soñar que aún es posible un mundo mejor.
no es un privilegio de la Democracia,
es absolutamente esencial a ella. ».

Oda a la mierda


comed mierda, basuras, diez mil millones de moscas no pueden equivocarse

engendrado entre mi vientre
que con sopores calientes
sofoca la hez de las almas

en explosión controlada
y ahora perfuma todo él
esta pestilente estancia

no pudiera el más amigo hacer por uno el favor
de aflojarse el cinturón dejando al aire el ombligo.
mientras que sale el “mojón” sentir como se destroza
la mierda sobre la loza acompañando su olor
la deposición gloriosa de un enorme cagajón.
el oloroso montón, suben vapores prohibidos
de aromas de algo comido, de esencias para inhalar
acompañando sonidos de unos “cuescos” al azar.

van saliendo de su hogar, un nuevo placer alzado
a los más sublimes gozos distribuyéndose en trozos
y burbujas humeantes de brillantes excrementos
e inenarrables momentos de porquerías en trance.
mil truenos causando espanto salieron de su barriga
y evacuando al mar y al cielo sus deíficas boñigas
salpicaron las esquinas del Olimpo de los cielos.

como orzas que revientan, una con punta de lanza,
otra roma, otra laxa y otras en forma de lezna.
Trabajo

Algo que debes saber
sinceridad te impedirá alcanzar la paz que tanto anhelas; se trata de una cosa
que vienes sospechando desde hace ya bastante tiempo, pero que hasta ahora te
habías negado a aceptar.
La inmensa mayoría de la gente que te rodea ve las mismas cosas que tú ves, escucha
lo mismo que tú escuchas, tiene acceso a los mismos libros que tú lees, hasta
saborea, huele y siente casi, más o menos, las mismas cosas que tú; por eso te
cuesta tanto entender que sean incapaces de percibir, con la misma claridad que
tú, la inhumana crueldad de la esclavitud del trabajo asalariado, el trato
despersonalizado en las relaciones humanas, el antinatural hacinamiento de
multitudes en ciudades carcelarias, la total mercantilización y burocratización
de todas las esferas de la vida… Tampoco puedes entender que no sientan la misma
irresistible necesidad, que sientes tú, de huir de tal Estado de cosas; de alejarte
de ello lo más posible. Todo lo cual agrava, aún más, el tormento que te provoca
vivir en un mundo como en el que vives.
Pues bien, ya va siendo hora de que aceptes otra gran verdad: Si ellos no son capaces
de darse cuenta de lo que tú sí, ese no es tu problema, sino el suyo. Como ya he
dicho antes, vivís en el mismo mundo, respiráis el mismo aire, bebéis el mismo agua,
coméis los mismos alimentos, veis, oís y sentís, más o menos las mismas cosas, por lo
que si no son capaces de llegar a las mismas conclusiones a las que tú has llegado
¿crees que por muchas palabras que utilices, y por más que las adornes, podrás hacerles
comprender lo que viendo, oyendo o respirando no pueden (o no quieren) comprender?
No se trata de una cuestión de educación, de inteligencia o de mayor o menor perspicacia,
sino de valor para afrontar una situación que es fácilmente perceptible para la inmensa
mayoría de los seres humanos, “que esta civilización está podrida”, pero que se niegan
a reconocer por lo que ello implicaría.
Acéptalo de una vez: lo que los demás hagan o dejen de hacer no es tu problema. Tú haz
lo que tengas que hacer, no pierdas mucho el tiempo en explicarles tus razones a los
demás y, sobre todo, no te sientas culpable por ello. Si ellos no comprenden de forma
casi automática la necesidad de romper con esta civilización, inútil será que trates
tú de explicárselo. Toda aquella persona a la que te cueste más de un minuto hacerla
entender la inhumana condición de la civilización actual, no merece ni un segundo más
de tu tiempo, entre otras cosas, porque es muy probable que se haya corrompido hasta
tal punto, que haya dejado ya de ser un ser humano. Sería como tratar de explicarle
a un yonqui, en pleno mono, la inconveniencia de tomar drogas.
En cualquier caso, si quieres, puedes seguir intentando convencerles con palabras,
pero te advierto que no será más que una pérdida de tiempo, pues ¿cómo iban a sentir
que tienen necesidad de médico los que se consideran sanos?; y lo peor de todo es
que tu esfuerzo, con toda probabilidad, sólo servirá para desviarte del camino que
habías decidido recorrer.
“Es un imbécil quien exige pruebas para creer en aquello que es incapaz de percibir
y tonto seria el que se esforzara en hacer creer algo a semejante imbécil”.
Cuando salgo del trabajo y me dirijo a tomar el metro, la gente camina a
paso rápido y miles de personas bajan diariamente las escaleras para tomarlo.
Al parecer, la gente está acostumbrada a aquello. ¡El metro parece una
verdadera lata de sardina!, todos apiñados empujándose para entrar. Muchas
veces tengo que dejar pasar hasta 5 trenes porque vienen todos llenos, hasta
que me decido y entro al sexto empujando a la gente y cayendo en el juego
del tira y afloja, a codazos. ¡Es horrible!.
Parece que la gente reclama al gobierno, pero después se les olvida reclamar
y después se acostumbran al desajuste, a la improvisación, a la mala calidad
de vida en pro de la urbanización.
Imagino que como la mayoría del trabajo está aquí y que año a año llegan más
profesionales a la gran capital y que día a día nacen más niños y año tras año
van más pingüinos (escolares) al colegio, esta cosa muy pronto va a colapsar.
¡Centralización! que estupidez. Las provincias están quedando sin trabajo y
los padres tienen que viajar enormes distancias a las grandes urbes para traer
el sustento al hogar quebrando así a la familia.
Un día comprendí que todo estaba mal. ¿Por qué tengo que trabajar tanto? maginé
mi vida en una hoja, en una línea de tiempo. Lunes a viernes levantándome a las
5 am para entrar a las 8:00 am y para salir a las 18:00 hrs y llegar con suerte
al hogar a las 21 hrs. Cansado y con sueño. Me imagine de viejo, “mi vida se la
entregué a otros”, a una corporación, a una empresa, que me estrujó lo más que
pudo hasta quedar inservible. ¿Todo por dinero?.
No solo me di cuenta de eso, sino que también descubrí que éste sistema Capitalista
absorbe toda la energía de las personas. Son verdaderas sanguijuelas y vampiros
corporativos. Te ofrecen créditos incluso sabiendo de que no puedes pagar. Crean
una ilusión de que lo tienes todo y hacen que las personas se apiñen en ciudades
haciéndote dependiente de supermercados, del agua, de suministros energéticos.
¿Qué pasará cuando ocurra una crisis y corten los suministros?. Por lo menos en el
campo tenías como obtener tu propia cosecha.
Depositan los sueldos en líneas de crédito las cuales recortan dinero por seguros,
por mantención de tarjeta y cuanta tontería se les ocurre. Muchas veces, la gente
trabaja para cubrir sus líneas de sobregiro y viven para pagar el llamado “pago mínimo”.
Nos convertimos así en ESCLAVOS DE LA DEUDA. Lo chistoso de todo esto, es que hay
gente que defiende el actual sistema.
Los niños.. ¡Estamos creando a unos monstruos de niños!.
Pasan casi todo el día solos pegados en el televisor aprendiendo basura. Yo recuerdo
que cuando niño jugaba a lo Robin Hood al lado de un cerro que tenía un enorme bosque,
era divertido. Pero ya no hay tiempo para compartir con nuestros hijos ¿Por qué? Por
el maldito trabajo. Ellos nos exigen compartir con ellos y nosotros por lo general
estamos cansados o de mal ánimo.
Antes yo recuerdo que podía viajar por todo el país de paseo familiar y bastaba solo
tomar el auto y poner gasolina. ¿Pero ahora? Llenaron de peajes todos los caminos,
bloquearon las entradas a casi todas las ciudades para pagar un peaje que cae en
inversionistas extranjeros. El país amigos míos lo están vendiendo de a poco.
El agua potable no nos pertenece ya que pertenece a inversionistas estranjeros.
Ellos tienen el control de la luz y el agua (es un monopolio). Tenemos que importar
gas porque con todos los medios que tenemos aquí, no se les ocurre colocar plantas
aquí termoeléctricas, o solares, o sacar provecho de la energía eólica o la del mar
(por medio de las olas). Es tan patético todo, en Bolivia querían privatizar el agua
de la lluvia (eso quería decir que no podías juntar agua de lluvia porque esa agua no
era tuya mira que estupidez más grande. Menos mal que nuestros hermanos del país de
al lado protestaron y no permitieron esto. En estos momentos yo mismo me siento esclavo
del sistema, porque sin querer, tengo que trabajar para mantener a la familia, para
pagar la luz, el agua, el gas, los alimentos, etc. Sin trabajo no puedo a menos que me
haga independiente por lo cual estoy luchando.
Quizás sería bueno que toda esta economía se fuera abajo y comenzar de cero como en la
antigüedad, con el trueque y todo eso. Y tener todos nosotros nuestras cosechas,
animales para alimentarnos y que la tecnología fuera renovable como generar luz con
paneles, pero todo eso es una utopía, porque las grandes corporaciones cada vez nos
estrujan más. Nosotros la clase media somos mayoría y podemos generar un cambio y los
de arriba lo saben y nos temen. Lamentablemente no estamos para nada unidos.
Favorablemente el capitalismo actual, está convirtiéndose en una burbuja a punto de
estallar y se viene una nueva crisis económica a final de año. Ahora se viene la super
influenza humana recargada (terrorismo yanqui) sobre el país del norte para este
invierno. Ya están asustando a la gente para que compre la supuesta vacuna que tiene
la cura. Por dios! Mi suegra tuvo AH1N1 y no fue más fuerte que una gripe. La gente
que ha muerto, ha muerto por derivaciones de otras enfermedades como asma y enfermedades
pulmonares. Pero la gente tiene tanto miedo, que corre a vacunarse y ni siquiera saben
que se están inyectando. Les recomiendo que investiguen sobre la gripe española que mató
a más de 50 millones de personas y que la causa fue la vacunación masiva de personas
(lean de esto, es importante). Les recomiendo amigos,. NO SE VACUNEN.
Gracias a Dios, la gente está comenzando a despertar a pesar de que nos inyecten toxinas
y nos mantengan adormecidos. Mucha gente se está dando cuenta de que algo raro pasa.
Amigos, tenemos un potencial enorme. Busquen en su interior y liberense de lo que los oprime.
Esta libertad es una libertad falsa.
Como dijo Cicerón, La libertad no consiste en tener un buen amo, sino en no tenerlo.


Era Carnaval
Blanca y Jacinto
Muere por hambre un matrimonio de ancianos en plena “memocracia” española
Seis días solos, sin comida, viendo pasar juntos todos aquellos años donde también existió la felicidad, tristes de verse abandonados por un estado en manos de demonios, una lenta agonía, la que da el morir por inanición, cuando el cuerpo se va degradando, consumiendo lentamente hasta no poder más.
Esos fueron los seis últimos días de Jacinto y Blanca, los dos ancianos muertos por hambre en el barrio de Arenales, Las Palmas de Gran Canaria, un municipio que según su arrogante alcalde del PP, aspira a ser la capital económica del norte de África, sede de las sanguinarias multinacionales de los diamantes y el petróleo.
Jacinto de 75 años y Blanca Nieves de 68, sufrían el tremendo dolor de la miseria, mientras la ciudad celebraba su carnaval del despilfarro, cientos de miles de euros en pan y circo en una isla al borde de la hecatombe social, con más de doscientas mil personas que solo hacen una comida al día, con uno de cada tres niños sufriendo malnutrición y empobrecimiento extremo, cientos de miles de familias sin ingresos, haciendo cola cada día en los bancos de alimentos.
La vergonzosa hipocresía de los políticos criminales del régimen español conduce a millones de personas al abismo de la barbarie, de sufrir el inmenso sufrimiento de Jacinto y Blanca, víctimas de un tipo de terrorismo mas cruel que nadie persigue, que mata lentamente, que asesina entre robos y tramas corruptas, siguiendo los dictados de bandas mafiosas como el BCH, la Unión Europea o el FMI.
Morir de hambre ya es una causa más de muerte en el estado español, los medios de comunicación lo ocultan, como tapan los miles de suicidios por razones económicas cada mes, personas que desesperadas no aguantan más las presiones y el chantaje de la genocida banca usurera, respaldada por políticos corruptos sin escrúpulos para seguir asesinando.
Un recuerdo emocionado a estas personas, a las millones que sufrimos la aberración de un gobierno de psicópatas santurrones, capaces de todo para seguir enriqueciendo a sus putrefactos clanes familiares y empresariales.
Que Dios, en su misericordia les acoja en su seno.
Gobierno Terrorista
Gobierno de España: Retiren la ley de telecomunicaciones que permite a las telefónicas expropiar azoteas para instalar antenas
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¿Sabías que, por ley, los operadores de telefonía pueden instalar una antena en tu azotea sin tu permiso?
Como lo oyes. El día 29 de Abril se aprobó la nueva Ley de Telecomunicaciones que permitirá a las compañías telefónicas instalar antenas de telefonía móvil en cualquier azotea sin que ni la comunidad de vecinos ni el ayuntamiento pueda hacer nada al respecto. A partir de ahora, las operadoras solo tienen que pedir al Ministerio de Industria la autorización para colocar antenas en una determinada azotea que será catalogada como «servidumbre de paso especial». Y declara a las operadoras como posibles beneficiarios de la expropiación de bienes en comunidades de propietarios para poder instalar las antenas.
Firma esta petición para que no se aplique la ley que permite a las telefónicas hacer libre uso de nuestras azoteas, porque cada vez hay más evidencias que relacionan la cercanía de estas antenas con el aumento de casos de cáncer.
Firma y difunde esta petición porque no podemos permitir que este país siga remando en la dirección que imponen las grandes empresas, mientras los ciudadanos practican la supervivencia extrema.
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Carceles de tortura, terror y muerte
Una víctima mas del régimen «memocrático»
Las atenciones sanitarias a los presos que están esparcidos por las cárceles del Estado español son deplorables e inhumanas y sus consecuecias terribles.
Instituciones Penitenciarias Está Negando Tratamiento Médico A Presos Con Hepatitis C, Lo Que Puede Derivar En Desarrollo De Cáncer Y Muerte
El 1 de abril de 2014, el preso político del PCE(r) y compañero sentimental de Isabel, Manuel Arango Riego, efectuó una llamada telefónica desde la cárcel de Zuera (Zaragoza) informando del fallecimiento de Isabel en esa misma cárcel de Zuera, sin poder aportar más detalles, salvo que habría sido en torno a las horas del mediodía y que pudiera haber sido producido por sus enormes problemas -no atendidos en todos estos años- de sus dificultades respiratorias.
Isabel Aparicio Sánchez había cumplido 60 años el pasado 2 de febrero. Llevaba presa política desde 2007 y ya había pasado anteriormente por prisión otros ocho años (octubre 1979 a enero 1988). Madrileña, militante histórica del PCE(r) desde su fundación en 1975, llevaba con innumerables problemas médicos no atendidos desde su ingreso en prisión.
Aún en su última llamada la semana pasada se mostraba positiva pues parece “que le iban a hacer algún caso con el tema de la sinusitis crónica, alguna revisión”, tras tantos años de desatención, anulación o no concesión de visitas a médicos extrapenitenciarios.
Recordamos y denunciamos que Isabel tenía enfermedades de carácter grave que no habían sido tratadas en ningún momento, ni derivadas a hospitales, por lo que su gravedad estaba añadiéndose cada día, hasta ocasionar su muerte el 1 de abril entre los muros de la cárcel de Zuera.
No fue jamás tratada de su artrosis degenerativa general, ni de su osteoporosis, ni de sus problemas de respiración y sinusitis grave y crónica, ni del desplazamiento de sus vértebras lumbares, ni de su hernia de disco.
Ahora ha muerto en prisión, esta insuperable comunista, esta militante obrera que ha dado hasta su último aliento de vida en pro de la lucha obrera y popular.
¡Isabel Aparicio Sánchez, semilla de libertad!
¡Ni olvido ni perdón!Enlace directo descarga informe

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Antídoto para Zombis
Su tabaco, gracias
Estoy enfermo y cansado de la incultura contra el tabaco que se ha apoderado del mundo entero. He tenido suficiente con escuchar “no fume, es malo para usted”o «el tabaco mata». La ignorancia que traiciona tales observaciones es absolutamente abismal, sobre todo viniendo de personas que deberían saber mejor. Así que para todos aquellos que me han preguntado ¿por qué fumo realmente, Voy a explicar mis razones en este artículo.
Los activistas antitabaco me han parecido ser del tipo intolerante, juiciosos seguidores autoritarios. Ellos creen y repiten como loros, frases pegadizas cargadas emocionalmente, tomadas directamente de las propagandas gubernamentales contra el tabaquismo. Los médicos y no fumadores por igual son culpables de esto. Se sienten correctos al proveer de tales “consejos” y sin embargo no se dan cuenta de lo enfermos que se ven ellos mismos; y se olvidan de que, en muchos casos, sus propios problemas de salud fueron cuesta abajo cuando dejaron de fumar. Gracias a un pensamiento bastante serpentino, si son algún día diagnosticados con una enfermedad grave, más tarde culparán a sus “años de fumadores”, pasando por alto a los verdaderos culpables de las enfermedades de hoy en día: dietas chatarra con alto contenido de hidratos de carbono y la toxicidad a escala industrial que ha inundado a nuestro medio ambiente.
Sí, los cambios en la dieta, sobre todo desde la introducción de la agricultura mecanizada, la Revolución Industrial, los venenos transgénico-culinarios de Monsanto y la llegada de la Edad Moderna “iluminada”, han destruido sistemáticamente nuestra salud. El desajuste entre nuestra fisiología antigua que prosperó con poco o nada de alimentos de origen vegetal comestibles y nuestra dieta actual está en la raíz de muchas de las llamadas enfermedades de la civilización: la enfermedad coronaria, la obesidad, la hipertensión, la diabetes de tipo 2, cáncer, enfermedades autoinmunes, osteoporosis, etc, pero yo no estoy aquí para hablar de eso. Mi objetivo es defender los derechos de las personas que deciden fumar. Tal vez le sorprenda saber que, mientras que el porcentaje de la población que fuma se ha reducido en los últimos años (debido a la propaganda del gobierno), la incidencia de la enfermedad cardíaca no ha disminuido y los casos de cancer se han quintuplicado desde entonces. La razón, ¡shock! ¡horror!, es que ¡fumar no es el verdadero problema, para empezar!.
Casi todos los fumadores que conozco se sienten culpables de fumar y están planeando dejar de fumar algún día utópico cuando la vida se vuelva “menos estresante”. Por la forma en que van las cosas, ¡Buena suerte con eso! Llegué a Europa cuando todavía había una cultura de fumar y no era visto como el profundo “mal” que es hoy. Las prohibiciones europeas de fumar fueron introducidas durante mi tiempo aquí, y casualmente, el estado general de la sociedad se ha deteriorado gravemente durante el mismo tiempo. ¿Puede ese deterioro tener algo que ver con el reemplazo de la nicotina, – un producto químico que mejora el aprendizaje y la memoria, con los medicamentos tranquilizantes y la tecnología disociativa de la Big Pharma, la gran industria farmacéutica?
Desde mi punto de ventaja en la profesión médica, todo el mundo y sus amigos están tomando algún tipo de píldora calmante que adormece sus sentimientos y les aleja aún más de la realidad. Está más allá de mi comprensión como una persona que come alimentos que son totalmente convergentes con su fisiología, y toma drogas para encubrir los efectos nocivos de esa alimentación, puede presumir de ser una autoridad en cualquier asunto relacionado con la salud. He descubierto que, por lo general, los que parecen más des-aliviados (:Disised en el artículo original en inglés. Hago un juego de palabras ya que : Disísed significaría desaliviados y la palabra disís se traduce como enfermedad,) son los que se sienten con más derecho auto-justificado a utilizar el tabaquismo como el chivo expiatorio de todos los problemas de salud del mundo.
Recuerdo cuando la gente solía fumar en aviones, trenes y en los restaurantes. ¡Realmente no hace tanto tiempo! ¿Cómo han cambiado las cosas tan rápidamente? Tengo colegas que me dicen que solían fumar en sus oficinas mientras asistían a los pacientes. Me parece que sin duda las cosas eran mejores en aquel entonces ¡Cuando aún éramos capaces de pensar!.
El tabaco tiene nicotina, que está relacionada a la acetilcolina, y esto es muy importante, de hecho, como vamos a aprender.
La acetilcolina es un neurotransmisor responsable del aprendizaje y la memoria. También es calmante, relajante y también es un factor importante en la regulación del sistema inmune. La acetilcolina también actúa como un freno importante para la inflamación en el cuerpo y la inflamación está relacionada con todas las enfermedades conocidas. Por ejemplo, la inflamación del cerebro está relacionada con todos los trastornos conocidos del estado de ánimo, del comportamiento y la atención y todas las enfermedades neuro-degenerativas.
Los receptores de la acetilcolina, también conocidos como receptores colinérgicos, se dividen en dos categorías basadas en los productos químicos que imitan o antagonizan las acciones de la acetilcolina sobre sus muchos tipos de células diana. En los estudios clásicos, la nicotina, aislada del tabaco, fue uno de los productos químicos utilizados para distinguir los receptores de acetilcolina. Es por eso que hay receptores nicotínicos de acetilcolina.
Las personas que fuman a menudo experimentan deterioro cognitivo cuando dejan de fumar. Este empeoramiento se debe al hecho de que la nicotina actúa como un agonista (es decir, imita) de los receptores de acetilcolina que son importantes para el aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas. Infusiones diarias de nicotina en realidad aumentan el número de receptores de acetilcolina.
Como en una especie de “bendición del cielo”, la inflamación local y sistémica es calmada por el cerebro a través de lo que se llama la vía colinérgica antiinflamatoria, que es un mecanismo consistente en el nervio vago y su neurotransmisor, la acetilcolina, un proceso dependiente de un receptor nicotínico de acetilcolina.
La nicotina, el agonista prototipo del receptor nicotínico de la acetilcolina, contrarresta la producción de citoquinas inflamatorias y ha demostrado efectos protectores contra el envenenamiento de la sangre.
La nicotina también se ha utilizado para prevenir la insuficiencia renal y mejorar la función renal. Los receptores nicotínicos en el cerebro están asociados con la plasticidad neuronal y la supervivencia celular, que es la razón por la cual el tabaco se ha relacionado con mejorías en el razonamiento y la concentración. La nicotina se ha utilizado para tratar la colitis ulcerosa, una enfermedad caracterizada por la inflamación del intestino grueso. ¡Es evidente a partir de la literatura médica disponible que los beneficios son de largo alcance cuando se trata de este compuesto natural. la nicotina, que actúa como un anti-inflamatorio y facilita la creación de nuevas células cerebrales!
Los médicos y anti-fumadores están, en mi opinión, totalmente engañados sobre este tema. Dicen cosas como “fumar es malo, ya que cuenta con miles de productos químicos como el arsénico y el cadmio”. ¡Por el amor de Dios, hay niveles mucho más tóxicos de arsénico en los pollos que comen! Las granjas industriales avícolas producen cantidades enormes de desechos concentrados y subproductos del procesamiento avícola con los que luego se alimenta a los cerdos, vacas y peces que están cargados de arsénico. Las concentraciones peligrosas de arsénico en el agua potable son una amenaza global, ya que inducen tanto a cambios genéticos y como epigenéticos relacionados con el cáncer de pulmón y otras enfermedades.
Sí, el tabaco tiene sus contaminantes, pero éstos se encuentran en el agua que bebemos, el aire que respiramos, en la comida del bebé, lo que sea, en concentraciones incluso más altas. Una estimación conservadora es que más de 80.000 nuevos productos químicos se han introducido en la sociedad desde la década de 1800, sólo unos pocos cientos han sido probados en seguridad, lo que ni siquiera toma en consideración la nanotecnología y los OGMs, que ya son omnipresentes en la cadena alimentaria. Según la Agencia de Protección Ambiental de los E.E.U.U., alrededor de 2,5 millones de libras de químicos tóxicos se liberan anualmente por las grandes instalaciones industriales. ¿Y las autoridades están preocupadas por una planta que produce nicotina, el químico natural que mejora el aprendizaje y la memoria?.
Realmente es para reirse. ¿Ven lo que la educación el adoctrinamiento corriente les hace a sus cerebros? Ustedes respiran miles de productos químicos cada vez que inhalan aire, les guste o no, estando o no sentados al lado de un fumador.
El aire exterior contiene algunos de los más repugnantes cócteles de contaminantes. La mayoría de la gente tiende a pensar que la contaminación del aire tiene efectos en los pulmones, pero la exposición al tráfico y la contaminación del aire también pueden desencadenar ataques al corazón. Pero la gente tiene razón, la contaminación del aire causa cáncer de pulmón. Un estudio del gobierno muy esperado de más de 12.000 mineros, ha descubierto que la exposición al escape del motor diesel, aumenta significativamente el riesgo de cáncer de pulmón: para los NO fumadores, el riesgo fue siete veces mayor.
Los autores del estudio dicen “también que se observó una interacción entre el tabaquismo y 15 años de retraso del REC, acumulativo [marcador para calcular la exposición al escape de diesel, de tal manera que el efecto de cada una de estas exposiciones fue atenuada en la presencia de altos niveles de la otra7”. ¿Qué significa eso?. Significa que la investigación sugiere que las personas que fuman son menos vulnerables a los efectos tóxicos de la inhalación de los gases de diesel que las personas que no fuman.
No tienen ni idea de cuántas veces nos hemos encontrado una y otra vez con las propiedades protectoras del consumo de tabaco. Cuando se trata de la contraminación pesada de la industria petroquímica, fumar es realmente una bendición del cielo. Tomemos, por ejemplo, este informe por Riki Ott de Sound Truth & Corporeited Myth: The Legacy of the Exxon Valdez Oil Spill (Sólida Verdad & Mito Corporativos: El Legado de los derrames de petróleo del Exxon Valdez):
Los trabajadores en puestos de trabajo con alta exposición al petróleo como humos, nieblas y aerosoles, tienen una mayor prevalencia de síntomas auto-reportados de problemas respiratorios, problemas neurológicos, y sensibilidades químicas que los trabajadores no expuestos. Entre los trabajadores con alta exposición al petróleo, los no fumadores reportaron una mayor prevalencia de síntomas de bronquitis crónica que los fumadores.
Los síntomas de enfermedades crónicas de las vías respiratorias incluían la apnéa del sueño, la neumonía, otras enfermedades pulmonares, sinusitis crónica y problemas de oído, asma, y ronquera persistente. [Annie O’Néil, una estudiante graduada en el Departamento Epidemiología y Salud Pública de la Escuela de Medicina de Yale, realizó una pasantía en la ACAT y el rAFER, las dos organizaciones sin fines de lucro que investigan los efectos de salud de la limpieza EVOS (N d T: derrame de petróleo del Exxon Valdez por sus siglas en inglés). Llevó a cabo investigaciones independientes sobre la limpieza de Exxon y una investigación de la percepción subjetiva de los problemas crónicos de salud entre los trabajadores de limpieza EVOS para su tesis de maestría.]
¿Quieren saber más sobre el verdadero enemigo?, Como Laura Knight-Jadczyk escribió poco después del escape radiactivo de Fukushima:
Bueno, pensar sobre eso y acerca del miedo a un desastre nuclear me llevó a hacerme la siguiente pregunta: ¿por qué nunca nadie se alarmó por las pruebas nucleares que se estuvieron realizando en todo el planeta desde la Segunda Guerra Mundial?. Quiero decir, nada más que echen un vistazo al mapa de explosiones nucleares desde 1945 y pregúntense si no son montones de explosiones radioactivas cayendo sobre todo el planeta y algunas veces incluso en nuestro patio trasero, y por qué nadie dice nada al respecto.
Resumiendo, aunque creo que lo que está sucediendo en relación al desastre nuclear en Japón es mucho peor de lo que dicen las autoridades, no creo que haya razón para ponernos histéricos ahora. El momento para la histeria fue hace mucho tiempo. Ustedes ya están envenenados y no lo saben.
El mapa en lapso de tiempo al que ella se refiere es el video “1945-1998” hecho por Isao Hashimoto. En él se documentan 2.053 explosiones nucleares llevadas a cabo en varios lugares alrededor del mundo, y ni siquiera cubre las pruebas realizadas por Corea del Norte. Se basa en un informe elaborado por Nils-Olóv y Ragnhild del Ferm.
Esto en cuanto a la lucha contra el tabaquismo en la que hemos sido llevados a creer que fumar es prácticamente la única causa de los problemas de salud de toda la humanidad. Antes de la legislación fascista antitabaco, las personas en España, Italia y Francia eran felices fumando, y como resultado de ello, estaban disfrutando de una esperanza de vida mucho mayor que la de los E.E.U.U. con sus menos fumadores. Por cierto, en los E.E.U.U. han sido detonadas más bombas nucleares que en cualquier otro país.
El profesor Chris Brusby, Secretario Científico del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación, explica que es probable que estemos viendo sólo la punta de un iceberg radiactivo bastante desagradable. En una reunión que tuvo lugar en Estocolmo, en el 2009, dijo: “El índice global de mortandad en la era nuclear hasta 1992 ha sido horripilante. Según los cálculos objetivos por parte del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación (usando la exposición a la radiación proveniente de armas) se han producido (hasta 2003) sesenta millones de muertes por cáncer; 1.600.000 muertes infantiles; 1.880.000 muertes fetales. Ha habido una pérdida de calidad de vida del 10% (en términos de enfermedades y en los efectos del envejecimiento). La culpa de esto puede ser colocada directamente en la puerta de los científicos y administradores de la (OMS, aNSCEAR y I C R P) que desarrollaron y apoyaron los modelos científicos de riesgo. Éste es un crimen de guerra mucho mayor en magnitud que cualquiera que haya ocurrido en la historia humana”.
Entonces, ahí lo tienes.
Sí, estás leyendo bien; como médica, no desaliento a los pacientes fumadores en este mundo cada vez más estresante. Yo sí los animo a elegir tabaco orgánico y papeles, o volver a las viejas costumbres tradicionales de pipas o cigarros. Las personas más inteligentes en la Tierra fumaban y es una verdaderda señal de los tiempos que fumar sean tan desalentado en esta cultura zombi moderna.
Nicotina.
Fumar es malo y mata. Podría dejarte tonto, como ocurre cuando sorbemos bebidas alcohólicas en grandes cantidades, pero no, fumar es un hábito que no se anda con medias tintas, o al menos eso nos aseguran los pseudoexpertos. De los fumadores sólo diré que podemos aprender mucho de ellos, por ejemplo, la tolerancia (aún no conozco a un solo fumador que se haya quejado de los no fumadores). Hoy miramos con asombro “la prohibición” del alcohol en Norte América o ley seca desde el año 1919 hasta el 1933, pero no decimos nada ante “la persecución” actual de los fumadores. Aceptamos la idea de que el Gobierno tolere el uso de “botellódromos” por parte de los jóvenes para alcanzar la pertinente tajada, al tiempo que criminalizamos censuramos con suma dureza al fumador y al humo que le cerca. El embuste no deja de ser moneda de cambio, ejemplo de ello es la paradoja de que Japón y Grecia son los países con el número más alto de fumadores en el mundo, y a su vez ostentan la incidencia más baja de cáncer de pulmón. No encontraremos muchas críticas sobre los fumadores de marihuana, de opio o de manzanilla, mucho menos de las personas que tragan litros de cerveza hasta perder el conocimiento, y así llegar a ser recogidos del suelo a primera hora de la mañana por el coche de las basuras. No. Desde hace tiempo hay que ir en contra del fumador (de tabaco, repito); ese aparente ser astroso que en pleno mes de enero busca una esquina donde echarse un pitillo sabiendo que antes de que le mate el tabaco será el frío extremo el que le provoque una gripe o una faringitis aguda. No hablemos, desde luego, de esas subidas del precio del tabaco, que se producen más o menos cada 6 meses, de qué podríamos pedir a las autoridades competentes que nos explicasen cómo puede ser que en España fallezcan cada año más de 3.000 fumadores pasivos, porque tendrían que explicarnos al detalle de qué humo estamos hablando: ¿del de un cigarrillo, del de las fábricas, del que sale del tubo de escape de los automóviles o de los malos humos en general?. ¿O acaso sea que en este país hay personas que conviven las 24 horas del día con un fumador al lado, metidos los dos en un cuchitril sin respiraderos? Por favor, no seamos más tramoyistas de lo normal… si el tabaco es tan perjudicial como nos hacen creer, lo primero que debería hacer el Gobierno de turno sería sacarlo de las calles, ya que al permitir su venta se convierte en cómplice inexcusable de “muertes innecesarias” y enfermedades varias.
Pero, no sólo contento con el hecho de hacer del fumador un apestado y paria social, no es que el Gobierno no permita la venta de tabaco, sino que gradualmente lo va convirtiendo en un producto liberalizado, carísimo, eso sí, pero que podremos comprar hasta en las farmacias, si me apuran la conjetura. Mal vivimos en una sociedad arbitraria, sociedad que, supuestamente, pone cámaras hasta en los excusados por nuestro bien, que nos vacuna contra todo tipo de bichitos por nuestro bien, que gestiona nuestro dinero por nuestro bien, que nos adoctrina y nos quita vicios por nuestro bien.
Vivimos la dictadura del palurdismo ilustrado, donde los científicos son una especie de profetas saca muelas que ayer nos decían que comer huevo era malo para el colesterol y hoy ya nos dicen lo contrario. Yo soy fumador y les aseguro que fumar no es bueno, pero claro, matizo: fumar no es bueno en exceso. Raro sería que una persona que fuma 5 cigarros al día muera de cáncer de pulmón, a no ser que esté predispuesto a ello. Porque todo en exceso mata, incluyendo la hipocresía.