
Iba luciendo la rosa de roja pasión vestida,
la luna se paró a verla, pués de sangre parecía.
La flor destellaba ufana, en su arrogancia prendida.
“No te orgullezcas sultana, que pronto llegará el día”.

La luna le replicara viendo como los destellos
del alba la marchitaban y entre susurros decía:
también Narciso fenece, en la desgraciada aurora,
mirándose en la corriente de unas efímeras horas.

Ya caen al suelo los pétalos de nuestra preciada reina,
y el sol crece entre lamentos al ver morir tal belleza.








Firmar
Contra el T.T.I.P.
NO A LA LEY MORDAZA

9 septiembre, 2016 | Categorías: Narciso, Orgullo, Pétalos, Perfume, Poema, Poemas, Poesia, rosa, Rose | Tags: Orgullo | 42 comentarios