¿Cuantas veces hay que repetir el inmenso sacrificio del Cristo para absurdamente invalidar el primero y único? ¿Cuanto sufrimiento y sangre hará falta para saciar la sed de oro de los Judas del templo vaticano moderno.
Para esta iglesia de los mercaderes, que en otros tiempos impuso la fe como obligación por medio de la superstición, el terror, la tortura y la muerte, donde solo hogueras humanas alumbraron sus obtusas mentes, y en tiempos actuales sus falsas tradiciones, son rescoldos de amenazas, y carne de abusos, aislamiento y desprecio social.
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: «Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!» Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!. Evangelio de Mateo 23, 27-32
Amor, retorna tus ojos hacia nuestra primavera
Que tus labios sean canto de alondra herida, comienza
a alzar otra vez el vuelo despejando las tinieblas.
La última lágrima ya no es sino lluvia del pasado,
olvido, sombra, pecado de un amor que fue extinguido.
Don de Dios tu nombre es y tu vida su regalo.
¡Mira!, la aurora renace de la neblina del tiempo,
sale el sol entre los cauces ajados del pensamiento,
¡Ven a pintar la mañana!, con pinceles de recuerdos.
Crea amaneceres nuevos la brisa que lleva el fuego
del calor del nuevo día a los lienzos de tus cielos
salpicando entre tus campos dorados trozos de sueños.
Despierta el bosque dormido y callan nanas de luna
muere la noche en tus brazos de luz de hierba encendida
mientras nacen los colores que dan la vida a tu vida.