Juego de tronos y momias

‘The dead to the hole and the live to the bun’
”Ojos que no ven, corazones que no sienten”. Esa podía ser la expresión, algo burda en su formulación, de la dominación en la sociedad actual. Las personas delegan en los representantes (jefes, encargados, políticos y demás profesionales) y se lavan las manos sin implicarse. Son irresponsables, literalmente. Un descargo que permite estar siempre a verlas venir. En la exigencia del disfrute de derechos y recelando en la asunción de obligaciones. Relación unilateral, de superior a inferior, de mandante a mandado, con la que se diseña la construcción social de la realidad. A medio camino entre la servidumbre voluntaria y la obediencia debida. En lo civil y en lo militar.
Mientras nos trastean con la exhumación de la momia de Franco (“un paso histórico”, según el presidente Sánchez), el Gobierno corona el podio de la infamia. Eso ocurrió el jueves 13 de septiembre, cuando el Ejecutivo socialista ratificó la venta de 400 misiles de precisión laser a Arabia Saudí. La tiranía feudal que lidera una coalición internacional en la guerra del Yemen, calificada por la ONU como la mayor catástrofe humanitaria presente. Y todo ello después de que la ministra de Defensa, la magistrada del Tribunal Supremo en excedencia Margarita Robles, amagara con rescindir el contrato suscrito por el PP a comienzos de 2015 (entonces aún no se había recrudecido el conflicto) y los trabajadores de Navantia protagonizaran manifestaciones para evitar que Riad cancelara la construcción de 5 corbetas para la armada de aquel país.
Ciertamente se trataba de una fecha memorable. Porque nunca hasta entonces nuestra industria militar había contado con tan entusiasta respaldo de los trabajadores del sector. Y menos aún de dirigentes políticos de la izquierda alternativa. Porque eso suponen las pancartas “¡Más carga de trabajo ya!” con que los obreros acuciaban al gobierno para que despachara el mortífero arsenal y la argumentación del alcalde gaditano de Podemos, Kichi, sobre que “el dilema es fabricar armas o comer”. ¡El muerto al hoyo y el vivo al bollo! Son los efectos de la existencia representada que cultivamos. Aunque semejantes actitudes siembren el camino para el fascismo de baja intensidad que despunta entre los de abajo. ¿O es que hay mucha diferencia entre este macabro vivir de la desdicha ajena y el discurso xenófobo “los nuestros primero” que triunfa en Europa?
Inmoral, indecente, nauseabundo, caben todos los calificativos más duros, pero ninguno es más apropiado que el de criminal para designar lo sucedido. Utilizar la razón mercantil para resolver un asunto de Estado que viola derechos humanos con la desfachatez que lo ha hecho la sedicente izquierda en el poder, liquida cualquier atisbo de credibilidad democrática. Como afirma el director de la ONG Intermón Oxfan “no se puede permitir que se vendan armas que pueden ser utilizadas en un país azotado por un millón de casos de cólera y al borde de la hambruna, donde tres de cada cuatro yemeníes necesitan ayuda humanitaria para cubrir necesidades básicas, en una crisis exacerbada por el bloqueo naval y aéreo” (el subrayado es mío). Eso es precisamente lo que va a permitir el gobierno socialista en nombre de todos los españoles aprovechando que la opinión pública celebraba ese “paso histórico” de mandar los restos del dictador a hacer gárgaras.
Una suerte de trampantojos en la que históricamente el PSOE ha demostrado manejarse con la pericia de sicario. Pacifista de puertas afuera y belicista hasta las cachas, el partido de nuevo en el gobierno prorrogó las bases norteamericanas en suelo español; consumó la entrada en la OTAN con aquel tramposo referéndum (el único permitido hasta hoy) de infausto recuerdo; dio un secretario general a esa alianza militar en la figura del ex ministro de Educación Javier Solana; concedió la sede de Rota para que el Pentágono estadounidense radicara allí el cuartel general de su emplazamiento de Escudos Antimisiles (sin consultar al pueblo, por la vía del 135) como despedida de la etapa Zapatero; y ahora Sánchez ha rectificado para aumentar nuestra contribución a los gastos de la OTAN exigida por Trump, a pesar de ser España el segundo mayor contribuyente a misiones militares en el exterior . Desde el felipismo al pedrismo el complejo militar-industrial-tecnológico español ha tenido en los gobiernos socialistas su principal benefactor. Aunque, como ahora está ocurriendo con la venta de arsenales a Riad, bordee los mínimos éticos y legales.
Devorada por la razón de Estado no hemos llegado a saber a qué se refería la ministra Robles cuando aducía “irregularidades” en la mortífera expedición. Posiblemente a que podía vulnerar la ley 53/2007, de 28 de diciembre, que en su artículo 8º deniega este tipo de autorizaciones “cuando existan indicios racionales de que el material de defensa, el otro material o los productos y tecnologías de doble uso puedan ser empleados en acciones que perturben la paz, la estabilidad o la seguridad en un ámbito mundial o regional, puedan exacerbar tensiones o conflictos latentes, puedan ser utilizados de manera contraria al respeto debido y la dignidad inherentes al ser humano con fines de represión interna o en situaciones de represión de derechos humanos”. Quizás también a que existía un precedente al que agarrarse, cuando en el febrero de 2011 se denegaron licencias de venta de armamento y material militar a Libia. Aunque la historia ha demostrado que Gadafi no era “uno de los nuestros” mientras los jeques saudíes son uña y carne con la monarquía borbónica.
Todo esto ante el silencio cómplice de la mayor parte del arco parlamentario envuelto en el cortafuegos de los masters y el tocomocho del traslado de la apestosa momia. Porque el efecto Kichi, con su “no hay alternativa”, ha sido emulado en diferido por sus jefes en la Villa y Corte. No se sabe si ha sido por no indisponerse con los trabajadores de Navantía o porque las contradicciones se pagan. Aunque ahora se declare “pacifista y antimilitarista”, el ex JEMAD Julio Rodríguez, el predilecto en todas las quinielas del secretario general Pablo Iglesias, fue entre 2006 y 2008 el Director General de Armamento y Material (DGAM) del ministerio de Defensa. Y seguramente ese currículum es lo que al Departamento de Estado de EEUU le ofrecía las máximas garantías sobre su persona, según revelaron los cables secretos desencriptados en su día por Wikileaks. En esta cuestión el atado y bien atado suma y sigue. En la década de los ochenta fuimos contribuyentes netos al exterminio del pueblo kurdo en Irak facilitando gas mostaza y Bombas Explosivas de Aire Combustible (BEAC) al entonces amigo de occidente Sadam Hussein, y hoy hacemos méritos para repetir hazaña bélica con los yemeníes. ¡Porque de algo hay que vivir!
Dicho lo dicho lo fácil serie descargar nuestra ira en las autoridades que toleran y facilitan estos atropellos a los derechos humanos sin nuestro consentimiento. Pero se trata de una cortina de humo. La responsabilidad ya no se queda en el umbral de nuestras conciencias. Las infecta. Jaleamos a equipos de fútbol patrocinados por los matarifes (Fly Emirates / Qatar Airways); compramos periódicos cuyos accionistas son mercaderes de la muerte (El País con fondos qataries y su participación en el francés Le Monde financiado por el Grupo Lagardere, el gigante mundial del negocio de las armas); tenemos nuestras nóminas y ahorros en bancos asociados a la industria militar (el Santander especialmente); ofrecemos impunidad legal, política y mediática a un rey emérito que chorrea comisiones de la familia real saudí, y para completar nuestro particular “¡viva la muerte!” decimos que la única manera digna de trabajar es fabricando armas de destrucción masiva contra inocentes.
No, no tenemos escapatoria. Estamos al final de la escapada. Fuera disfraces. Por mucho que lancemos la responsabilidad hacia arriba terminará aplastándonos. Aunque digamos que obedecemos órdenes (como los nazis de a pie) y que solo somos unos currantes. No nos escudemos en que no sabemos Qué Hacer. Si no decimos NO. Aunque verbalicemos que “NO en nuestro nombre”. Si no nos plantamos. Si no salimos a la calle para impedirlo, como por ejemplo con las pensiones… nosotros sí o sí: nosotros también seremos unos asesinos.
Arabia
Saudi Arabia’s absolute monarchy restricts almost all political rights and civil liberties. No officials at the national level are elected. The regime relies on extensive surveillance, the criminalization of dissent, appeals to sectarianism, and public spending supported by oil revenues to maintain power. Women and religious minorities face extensive discrimination in law and in practice. Working conditions for the large expatriate labor force are often exploitative.
Key Developments in 2017
Deputy Crown Prince Mohammad bin Salman, who held a number of official posts and was seen as the leading force in the government, continued to consolidate power during the year, replacing his cousin as crown prince and heir to the throne in June, launching a wave of arrests to suppress dissent in September, and detaining many of the kingdom’s leading figures in November as part of an ostensible anticorruption campaign.
Saudi authorities blocked Qatari news outlets in May amid a diplomatic feud with the emirate.
The government announced that a ban on women driving would be lifted in 2018, as would a rule prohibiting women from attending public sporting events.
Executive Summary:
Mohammad bin Salman, the son of King Salman bin Abdulaziz al-Saud, continued to fortify his personal authority during 2017. He had been deputy crown prince since 2015, while also serving as defense minister and holding a number of other official posts, but in June 2017 he engineered the ouster of Mohammad bin Nayef—a nephew of the king—as interior minister and replaced him as crown prince. Several months later, after agreeing to lead a committee charged with rooting out corruption in the kingdom, Mohammad bin Salman ordered the house arrest of scores of wealthy officials, businessmen, and rival members of the royal family. Those detained were forced to turn over billions of dollars in assets to the state.
The crown prince also ordered a crackdown on popular preachers and reform advocates in September. These arrests, which cut across the country’s political spectrum, indicated that the kingdom’s leaders had little interest in political change, despite the announcement of modest plans to ease some social controls, such as the ban on women driving.
Authorities continued to repress and discriminate against minority Shiite Muslim communities in 2017, and the kingdom escalated its aggressive foreign policy, leading a regional effort to isolate and blockade Qatar over its comparatively warm relations with Iran and the Muslim Brotherhood. Saudi Arabia also persisted in its almost three-year-old campaign against rebel forces in Yemen, which has had a devastating effect on Yemeni civilians.
Political Rights and Civil Liberties
A1. Was the current head of government or other chief national authority elected through free and fair elections?
Saudi Arabia’s king is chosen by internal agreement among the ruling al-Saud family. The king rules for life. In June 2017, Mohammad bin Nayef was replaced as crown prince and put under house arrest by his younger cousin, Mohammad bin Salman, until then the deputy crown prince. The cabinet, which is appointed by the king, passes legislation that becomes law once ratified by royal decree.
A2. Were the current national legislative representatives elected through free and fair elections?
The king appoints the 150 members of the Majlis al-Shura (Consultative Council), who serve in an advisory capacity, for four-year terms. The council has no legislative authority.
Limited nonpartisan elections for advisory councils at the municipal level were introduced in 2005. In the 2015 elections, two-thirds of the seats on the 284 councils were open to voting, while the minister of municipal and rural affairs held responsibility for filling the remainder through appointment. Women were allowed to vote and run as candidates for the first time.
A3. Are the electoral laws and framework fair, and are they implemented impartially by the relevant election management bodies?
The electoral framework lacks constitutional protections, and the 2015 elections for municipal councils were subject to a number of onerous restrictions. The kingdom’s rules on gender segregation were applied to campaigns, meaning no candidates could produce posters showing their faces or meet in person with voters of the opposite sex. Candidates were also barred from giving media interviews, leading many to campaign via social media. A number of candidates were disqualified for unclear reasons, though some were reinstated after appeals. Ultimately only a small fraction of the citizen population participated in the elections, reflecting doubts about the effectiveness of the advisory councils.
POLITICAL PLURALISM AND PARTICIPATION
B1. Do the people have the right to organize in different political parties or other competitive political groupings of their choice, and is the system free of undue obstacles to the rise and fall of these competing parties or groupings?
Political parties are forbidden, and political dissent is effectively criminalized. In September 2017, the authorities carried out a wave of arrests targeting some of the country’s most prominent political rights organizations and activists, including founding members of the banned Saudi Civil and Political Rights Association (ACPRA). Many other political activists continued to serve lengthy prison sentences during the year.
B2. Is there a realistic opportunity for the opposition to increase its support or gain power through elections?
The Muslim Brotherhood, a Sunni Islamist political organization, and Hezbollah, the Lebanon-based and Iranian-backed Shiite militia group, are designated as terrorist organizations in Saudi Arabia. Other groups and individuals that criticize the regime or call for political reform—whether Sunni or Shiite, Islamist or secularist—are subject to arbitrary detention. Many of those arrested in the crackdown that began in September 2017 had questioned or declined to vocally support the government’s campaign to isolate Qatar over its relations with the Muslim Brotherhood and Iran. These included prominent reformist clerics such as Salman al-Awdah and Awad al-Qarni.
Are the people’s political choices free from domination by the military, foreign powers, religious hierarchies, economic oligarchies, or any other powerful group that is not democratically accountable?
The monarchy generally excludes the public from any meaningful political participation. In the absence of political parties, voters in Saudi Arabia’s limited municipal elections are heavily influenced by tribal and religious leaders, many of whom benefit from close ties to the ruling establishment.
B4. Do various segments of the population (including ethnic, religious, gender, LGBT, and other relevant groups) have full political rights and electoral opportunities?
Although political rights are curtailed for all of the kingdom’s citizens, women, religious minorities, and LGBT (lesbian, gay, bisexual, and transgender) people face additional obstacles to participation given the kingdom’s strict laws on matters such as gender segregation and its intolerance of religious groups that deviate from Wahhabism, a highly conservative and literalist interpretation of Sunni Islam. Some 30 women serve on the appointed Majlis al-Shura, and women secured about 1 percent of the seats in the 2015 municipal council elections. Shiites reportedly hold a small number of seats on the Majlis al-Shura and many seats on municipal councils in Shiite-majority areas. Women and religious minorities are mostly excluded from leadership positions in the government.
Noncitizens, who make up roughly a third of the population in Saudi Arabia, have no political rights, and citizenship can only be directly transmitted by a citizen father whose marriage is recognized by the state.
FUNCTIONING OF GOVERNMENT
C1. Do the freely elected head of government and national legislative representatives determine the policies of the government?
The kingdom’s only elected officials serve on local advisory councils and have little or no influence over national laws and policies.
Are safeguards against official corruption strong and effective?
Corruption remains a significant problem. Although the government generates massive revenue from the sale of oil, which it redistributes through social welfare programs and as patronage, little is known about state accounting or the various direct ways in which public wealth becomes a source of private privilege for the royal family and its clients.
Crown Prince Mohammed bin Salman was appointed to lead a new anticorruption committee in November 2017, ostensibly tasked with investigating abuses by royal family members and high-ranking officials. However, he quickly ordered the detention of more than 200 people without any apparent due process, and many were coerced into turning over billions of dollars in assets to the state. The crown prince’s campaign coincided with a crackdown on dissent and targeted potential rivals such as Prince Mutaib bin Abdullah, until then the head of the powerful National Guard, leading observers to suggest that the anticorruption drive was in fact part of a broader effort to consolidate the crown prince’s political and economic control over the country.

Does the government operate with openness and transparency?
The functioning of government is largely opaque. There is no transparency on whether or how state funds are disbursed, or on the internal decision-making process that allocates them, and there is no public mechanism for holding senior decision-makers accountable. The state’s oil revenues make up the vast majority of its financial resources, but these are tightly controlled by the royal family, which uses the same income to support itself.
Is the government or occupying power deliberately changing the ethnic composition of a country or territory so as to destroy a culture or tip the political balance in favor of another group?
The government has long sought to suppress Shiite religious and cultural identity, associating it with Iran and regarding it as a threat to the regime’s official Sunni and Wahhabi underpinnings. Systemic discrimination has stoked periodic protests in Shiite-majority areas, and the authorities have responded with harsh and often arbitrary security measures. In 2017, this included a decision to demolish a historic neighborhood in the town of Awamiya, near the city of Qatif in Eastern Province. The effort, which began in May and entailed the eviction of thousands of residents, prompted armed resistance and an extended siege. An unknown number of security personnel, militants, and civilians were killed or injured in the clashes as demolitions proceeded.
Score Change: The score declined from 0 to −1 due to the physical destruction of a Shiite neighborhood as part of a broader government effort to suppress dissent and unrest among the marginalized Shiite minority.
CIVIL LIBERTIES:
D. FREEDOM OF EXPRESSION AND BELIEF:
D1. Are there free and independent media?
The government controls domestic media content and dominates regional print and satellite-television coverage. A 2011 royal decree amended the press law to criminalize, among other things, any criticism of the country’s grand mufti, the Council of Senior Religious Scholars, or government officials; violations can result in fines and forced closure of media outlets. All blogs and websites, or anyone posting news or commentary online, must have a license from the Ministry of Information or face fines and possible closure of the website.
In January 2017, a criminal court sentenced journalist Nadhir al-Majid to seven years in prison, a subsequent seven-year travel ban, and a large fine for writing in support of the right to protest in 2011. Another journalist, Sami al-Thubaiti, was arrested in September and held without charge amid the authorities’ larger spate of detentions. As part of the diplomatic confrontation with neighboring Qatar, Saudi authorities blocked Qatari news sites in May and demanded in June that Qatar shut down the television network Al-Jazeera and other Qatari-funded outlets, which have often been critical of Riyadh.
D2. Are individuals free to practice and express their religious faith or nonbelief in public and private?
The 1992 Basic Law declares that the Koran and the Sunna are the country’s constitution. Islam is the official religion, and all Saudis are required by law to be Muslims. A 2014 royal decree punishes atheism with up to 20 years in prison. The government prohibits the public practice of any religion other than Islam and restricts the religious practices of the Shiite and Sufi Muslim minority sects. The construction of Shiite mosques is constrained through licensing rules and prohibited outside of Eastern Province, where most Shiites live. Although the government recognizes the right of non-Muslims to worship in private, it does not always respect this right in practice.
Online commentary that touches on religion can be harshly punished. In April 2017, an appeals court upheld a 2015 death sentence for Ahmad al-Shamri, who was charged with apostasy for renouncing Islam on social media.
Is there academic freedom, and is the educational system free from extensive political indoctrination?
Academic freedom is restricted, and informers monitor classrooms for compliance with curriculum rules, including a ban on teaching secular philosophy and religions other than Islam. Despite changes to textbooks in recent years, intolerance in the classroom remains a significant problem, as some educators continue to espouse discriminatory and hateful views of non-Muslims and Muslim minority sects.
D4. Are individuals free to express their personal views on political or other sensitive topics without fear of surveillance or retribution?
Saudis are able to engage in some degree of private discussion on political and other topics, including criticism of certain aspects of government performance, both online and offline. However, severe criminal penalties deter more direct criticism of the regime and free discussion on topics like religion or the royal family.
Saudi Arabia declares war on free speech and civil liberties
Saudi Arabia has done it again … that is to land itself in the middle of a controversy that exposes not just the dictatorial devolution of its system of governance but the inaptitude
ASSOCIATIONAL AND ORGANIZATIONAL RIGHTS
E1. Is there freedom of assembly?
Freedom of assembly is not respected, and the government has imposed harsh punishments on those who lead or participate in public protests. Ali Mohammed al-Nimr, arrested at age 17 in 2012 for participating in protests in Eastern Province, faced execution in 2017, but his sentence had yet to be carried out at year’s end. He was the nephew of Sheikh Nimr al-Nimr, a prominent Shiite cleric and political dissident who was also arrested in 2012 and then executed in 2016 for leading antigovernment demonstrations and calling for an end to sectarian discrimination.
E2. Is there freedom for nongovernmental organizations, particularly those that are engaged in human rights– and governance-related work?
Nongovernmental organizations must obtain a license from the government to operate. Until the adoption of a law on the topic in 2015, officials had approved licenses only for charitable groups. Reformist organizations have reportedly been denied licenses in practice, in some cases through arbitrary delays. Human rights activists and other civil society representatives face regular harassment and detention by Saudi authorities; a number of prominent activists were serving lengthy prison sentences during 2017.
ccccccccccccccccIs there freedom for trade unions and similar professional or labor organizations?
No laws protect the rights to form independent labor unions, bargain collectively, or engage in strikes. Workers who engage in union activity are subject to dismissal or detention. In January 2017, a court reportedly sentenced dozens of foreign construction workers who had protested over unpaid wages in 2016 to lashings and jail terms ranging from 45 days to four months.
RULE OF LAW
A British PhD student has been sentenced to life in prison in the United Arab Emirates (UAE) for spying.
Is there an independent judiciary?
The judiciary has very little independence in practice. Judges are appointed by the king and overseen by the Supreme Judicial Council, whose chairman is also the justice minister. A special commission of judicial experts issues opinions that serve as guidelines for judges on the interpretation of Sharia (Islamic law), which forms the basis of Saudi law.
Does due process prevail in civil and criminal matters?
Defendants’ rights are poorly protected by law. Detainees are often denied access to legal counsel during interrogation, and lengthy pretrial detention and detention without charge are common.
An antiterrorism law that took effect in 2014 includes lengthy prison sentences for criticizing the monarchy or the government. Among other provisions, it expanded the power of police to conduct raids targeting suspected antigovernment activity without judicial approval.
Is there protection from the illegitimate use of physical force and freedom from war and insurgencies?
Allegations of torture by police and prison officials are common, and access to prisoners by independent human rights and legal organizations is limited. Corporal punishment, most often lashing, is common in criminal sentencing. Capital punishment is applied to a wide range of crimes other than murder; juvenile offenders are not exempt from the penalty. Saudi authorities typically carry out well over 100 executions each year.
Terrorism remains a serious threat. In January 2017, two pairs of fighters affiliated with the Islamic State (IS) militant group were killed in confrontations with security forces in Riyadh and Jeddah. Authorities also faced armed clashes with Shiite militants in Eastern Province and cross-border attacks by rebel forces in Yemen. Yemeni rebels fired ballistic missiles that fell near Riyadh in November and December, though they caused little damage.
F4. Do laws, policies, and practices guarantee equal treatment of various segments of the population?
The courts engage in routine discrimination against various groups, citing their interpretations of Sharia. A woman’s testimony is generally given half the weight of a man’s, and the testimony of anyone other than observant Sunni Muslims can be disregarded by judges.
Shiites, who make up 10 to 15 percent of the population, face socioeconomic disadvantages, discrimination in employment, and underrepresentation in government positions and the security forces.
Education and economic rights for Saudi women have improved somewhat in recent years, but they are still subject to extensive legal and societal discrimination, most notably through the guardianship system, in which every woman must rely on a close male relative to approve basic activities. For example, employers often require women to obtain their guardians’ permission to work.
PERSONAL AUTONOMY AND INDIVIDUAL RIGHTS
G1. Do individuals enjoy freedom of movement, including the ability to change their place of residence, employment, or education?
The government punishes activists and critics by limiting their ability to travel outside the country, and reform advocates are routinely stripped of their passports.
Gender segregation restricts freedom of movement for both men and women, but male guardianship and other factors impose especially onerous constraints on women. In September 2017, the king announced that women would be permitted to drive by mid-2018, eliminating a long-standing ban. A month later, the government said that beginning in 2018, women would also be allowed to attend sporting events in stadiums.
G2. Are individuals able to exercise the right to own property and establish private businesses without undue interference from state or nonstate actors?
While a great deal of business activity in the kingdom is dominated by or connected to members of the government, the ruling family, or other elite families, officials have given assurances that special industrial and commercial zones are free from interference by the royal family.
Women require permission from a male guardian to obtain business licenses. Women also face legal discrimination regarding property rights, with daughters typically receiving half the inheritance awarded to sons.
G3. Do individuals enjoy personal social freedoms, including choice of marriage partner and size of family, protection from domestic violence, and control over appearance?
The religious police enforce rules governing gender segregation and personal attire. A 2016 government decree revoked their authority to arrest suspects or ask for their identification, but they were still empowered to report violations to the ordinary police.
There are a number of official restrictions on marriage. For example, Muslim women may not marry non-Muslims, citizens typically require permission to marry noncitizens, and men are barred from marrying women from certain countries. All sexual activity outside of marriage, including same-sex activity, is criminalized, and the death penalty can be applied in certain circumstances. Women face legal disadvantages in divorce and custody proceedings.
A 2013 law broadly defined and criminalized domestic abuse, prescribing fines and up to a year in prison for perpetrators. However, enforcement remains problematic, with some officials allegedly prioritizing privacy and family integrity over safety and justice for victims.
Do individuals enjoy equality of opportunity and freedom from economic exploitation?
A number of amendments to the labor law that went into effect in 2015 granted broader rights and protections to workers in the private sector. However, the labor law does not apply to household workers, who are governed by separate regulations that provide fewer safeguards against exploitative working conditions.
Foreign workers—who make up more than half of the active labor force—enjoy only limited legal protections and remain vulnerable to trafficking and forced labor, primarily through employers’ exploitation of the kafala visa-sponsorship system. In 2014, the Ministry of Labor ruled that expatriate workers who are not paid their salaries for more than three consecutive months are free to switch their work sponsors without approval. In practice, foreign workers are subject to periodic mass deportations for visa violations or criminal activity, though due process is often lacking in such cases. Government programs give preferential treatment to companies that hire certain percentages of Saudi citizens and penalize those that fail to meet such targets.
POR MUCHO QUE LE LLAMEIS NO SALDRA DEL AGUJERO







Andalucía

Abrimos la semana con el terremoto político que han provocado las elecciones andaluzas. Todas las televisiones, radios y periódicos nos bombardean con sus análisis y no vamos a ser menos. En algunos casos podemos ver que estos análisis tienen un punto de razón y en muchos otros – increíblemente en la mayoría de ellos – no creo ni que se acerquen a explicar el fenómeno andaluz.
1.- Lo que hemos visto ayer en las elecciones no es una muestra de fascismo o de deriva autoritaria como les gusta explicar a los medios sensacionalistas. Lo que hemos visto es el hartazgo del pueblo andaluz con las políticas neoliberales del gobierno de Susana Díaz (que no olvidemos, gobernaba de la mano de Ciudadanos). Esto y no otra cosa ha provocado la victoria de las derechas.
2.- Además tenemos que considerar otro factor, que es que a raíz del desastroso gobierno de Rajoy, también la derecha se fue resquebrajando. Primeramente en el crecimiento y consolidación de Ciudadanos, con un Albert Rivera que llevaba meses instalado en un discurso de extrema derecha y neoliberal (ambos calificativos no son excluyentes). Pero al hundirse el gobierno de Rajoy en este verano, debido a la corrupción, desde algunos sectores de la extrema derecha social y empresiarial se le ha dado via libre a VOX, partido de corte ultraderechista en línea con lo que vemos en Europa. Seguramente veían que el PP era insalvable. Bueno, yo no equipararía a VOX al populismo de derechas francés o alemán, que me parecen mucho más sofisticados y tratan de incluir obreros desencantados con la izquierda, si no a la ultraderecha húngara o polaca, más de corte nacional-católico y esencialmente reaccionarias.
3.- Al respecto de esa extrema derecha social de la que hablo, estamos viendo en los últimos años el alcance que este sector reaccionario tiene en el mundo empresarial, en la judicatura, en los cuerpos de seguridad del estado y también en la prensa. No en vano existe desde hace 30 años un fenómeno que se le llama “la Caverna” que lleva inculcando un discurso y unos argumentos compatibles con la ultraderecha más rancia. Este bombardeo mediático diario, auténtico discurso de odio, hace bascular el Partido Popular todo lo posible hacia la derecha.
Ante el auge del fascismo en Europa y ahora en el estado español, unos de los mayores difusores han sido los medios de comunicación. Si la Caverna ya tenía su espacio radiotelevisivo y en la prensa de papel y digital, también los medios autodenominados de izquierda (La Sexta, Cuatro, El País, etc.) hacen de altavoces de los argumentos de la ultraderecha, al proporcionar minutos en prime time y columnas a los personajes reaccionarios que todas y todos conocemos. Tanto agitar que viene el lobo, al final se le coge cariño al lobo. Tan malo no será, ¿no?.
4.- En definitiva, la ausencia de políticas que benefician claramente a las clases populares, a la mayoría social, la entrada en todas las guerras culturales que tan hábilmente sabe jugar la derecha dura y que hacen que la seudo-izquierda haga el ridículo por su defensa de lo políticamente correcto, ponen a esta población que vota izquierdas ante una disyuntiva. ¿Votamos a los de siempre? ¿Nos quedamos en casa y que se vayan a la mierda? Pues esto ha pasado. La izquierda «real» española está realmente ausente del mapa político y esto se hace notar. La que existe no da confianza alguna. Podemos (izquierda socio-liberal) ya ha tocado su “techo de cristal” y en varias regiones (y en el EuroParlamento) se están apuñalando los unos a los otros ya sea por el poder o sea por que no se aguantan. Y el PSOE, pues no pasa de ser una tapadera de las políticas neoliberales con un barniz de colores. Para que nos hagamos una idea la Liga Norte en Italia está haciendo una política social muy parecida a la del gobierno español (eso sí, con ataques a la inmigración, pero es que el PSOE también los hace!). Pero encima lo hacen dando la imagen de que defienden la soberanía italiana ante los tiburones neoliberales europeos, cosa que Pedro Sánchez no hace (y hasta parece que les abre las puertas de par en par!).
5.- Por último la carta catalana. Definitivamente el “a por ellos” da votos. Ni siquiera la izquierda intentó revertir esta oleada de odio. Y no se revierte diciendo que los catalanes son buena gente. Nada que ver. Se revierte oponiendo a esa idea de España reaccionaria la de otra España construida por sus pueblos y sus gentes en su pluralidad. Pero eso se acabó el año pasado. El 1 de Octubre catalán ha exacerbado el nacionalismo español y ha fanatizado aún más si cabe a una derecha que ahora tiene un argumento con el que tapar sus corruptelas y su descaro. Y las izquierdas calladas y dando su apoyo al Rey y legitimando la represión.
La ultraderecha política ha venido para quedarse y ahora planean el asalto a los parlamentos regionales, a algunos ayuntamientos y al Congreso de los Diputados. Ahora tienen presupuesto propio y no dependerán de mecenas de dudosa reputación. La verdad es que está bien que surja una ultraderecha patriotera. Ya sabíamos que existía, estaba dentro del PP, se sospechaba que dentro de C’s también. Pues ahora tienen su espacio político y se puede cuantificar al fin a los herederos de los cuneteros.
El problema de este país no es la ultraderecha si no la falta de proyecto de las izquierdas. Viendo la prensa del 3 de Diciembre no dan ninguna señal de que hayan entendido nada.
Para los movimientos populares, nuevamente nos toca hacer de Andalucía una tierra ingobernable. Supongo que se entiende que no es lo mismo la movilización masiva en la calle que los votos. No por sacar a la calle a 100.000 personas o por montar una huelga general vas a ganar unas elecciones. En unas elecciones también votan quienes no se movilizan nunca, o quienes simpatizan con la represión. Pero lo que nos interesa de la movilización es la construcción de sujetos amplios que lleguen hasta el último rincón del territorio y que puedan confrontar las políticas del gobierno. ¿Acaso no nos lo están demostrando los Chalecos Amarillos en Francia?
Pero no solo es montar una movilización y esperar a que legislen a nuestro favor. Se trata de tomar nuestras vidas en nuestras manos y construir los cimientos de una nueva sociedad, hecha para todas las personas que la integran. Hay que dejar de lamentarse y construir organización popular. Hay que abandonar los espacios de confort y apelar a las clases oprimidas, acompañarlas y buscar conjuntamente momentos de ruptura y contrapoder.
Por lo que respecta a Catalunya. Hoy en Catalunya la gente se ha levantado con un “Vámonos ya. ¡Qué hacemos en España todavía!”. Llevo años oyéndolo. Cuando hay una reacción (de la justicia, de los políticos, de la prensa) muy facha o muy pasada de rosca se suele oir eso por aquí. Pues mira, llegan los de VOX y dicen, “catalanes, queremos que os vayáis. Pero que os vayáis vosotros del país cruzando los Pirineos”. Nuevamente, ante la incapacidad de una izquierda española de aglutinar a la población y de proponer un programa de ruptura (incluso cuando ha habido 20.000 madrileños que han hecho votaciones por la República esta semana) se debe hacer reconocer, la única ruptura viable es la independencia de Catalunya. Habrá que lograrla a pesar de la caterva de paniaguados que están dirigiendo el Procés (que parece que no quieren la independencia y hacen todo lo posible por decepcionar a sus bases dejándolas tiradas ante la represión).
La ruptura catalana es un revulsivo también para España entera, por cierto. No se trata de dejar en la estacada a las valiosísimas personas de izquierdas que hay en el estado, sino de pegarle un puñetazo al tablero a ver qué pasa. Exactamente esto han hecho los andaluces y andaluzas ayer. Es momento de incendios. Europa entera se quema, América está en llamas y el cénit del petróleo y la crisis climática están al caer.
Retrato from anabel amiens on Vimeo.
maldito dios de muerte y su creencia
maldita está la tierra por la sangre
que ese día rasgó tal inocencia
Esto es lo que buscan las derechas.
¡Esto es lo que buscan las derechas!
Los Ateos son gente honrada

“El Papa no cree en dios; ¿Han visto algún prestidigitador que crea en la magia?”
LOS ATEOS SON BUENAS PERSONAS
Por supuesto, igual que pensamos que los cristianos podemos ser malas personas. De todo hay tanto entre ateos como entre creyentes.
Para empezar, recuerda que la Iglesia afirma que hay una moral natural, una inclinación del hombre a hacer el bien, una conciencia del bien y del mal, así que incluso sin religión el hombre nace con una moral. Por lo tanto los ateos no caminan a ciegas, pueden distinguir el bien del mal.
Más aún, en nuestras sociedades cristianas la mayoría de los ateos han sido educados como cristianos, de modo que sus esquemas mentales fueron forjados en el cristianismo aunque luego hayan abandonado su fe. O si no, casi seguro fueron educados por ateos que recibieron una educación cristiana, con lo cual también les transmitieron unos valores y una moral impregnada de cristianismo, aunque sin Dios. O si durante varias generaciones todos sus ancestros hubieran sido ateos (cosa altamente improbable), serían ateos criados en una sociedad impregnada de valores cristianos, así que sea como sea han recibido directa, indirectamente o por el ambiente, una formación moral basada en la religión. Aún rechazando a Dios, un ateo “decente” difícilmente va a rechazar la idea de que amar al prójimo y hacerle bien no sea mejor que odiarle y dañarle. Podemos decir que los ateos occidentales son “ateos cristianos”. Si a esto le sumamos lo antes comentado sobre la moral natural, entenderemos que un ateo tiene sobrada ocasión de convertirse en buena persona si su voluntad y sus circunstancias así lo quieren.
Pero entonces ¿cuál es la diferencia? Pues yo la resumiría en dos puntos fundamentales:
Punto uno
La conciencia, la moral natural, se puede pervertir sin excesiva dificultad. Nacemos con un concepto del bien y del mal, pero la sociedad puede pervertir ese concepto y torcerlo hasta deformarlo o incluso transformarlo en su opuesto. Para entenderlo mejor te pondré un claro ejemplo. Tal vez el instinto natural más fuerte, después de los relacionados con la supervivencia, sea el del deseo sexual. La mayoría de los hombres nacen con un instinto que les empuja a desear a las mujeres (o al menos a una) y viceversa. Y sin embargo la sociedad puede torcer ese instinto. La prueba la tenemos en la sociedad espartana, donde la gran mayoría de la población tenía comportamientos homosexuales (o al menos bisexuales) como algo normal (y luego dicen ahora que eso se nace, no se hace, ¿será que los espartanos tenían todos un cromosoma gay?). Más aún, el instinto de supervivencia, el más fuerte, se puede también torcer por motivos sociales, y ahí tenemos por ejemplo a quienes se dejan morir en una huelga de hambre, o se queman a lo bonzo, o se matan haciendo de kamikazes, o como en ciertas tribus, se dejan morir a determinada edad, etc. Si instintos tan fuertes como el de la supervivencia o el sexo se pueden torcer, pues más aún un instinto menos fuerte y más abstracto como es el de la moral natural.
De ese modo, si bien los ateos están aún en mayor o menos medida impregnados de la moral religiosa que les rodea, en un entorno mayoritariamente ateo sería cuestión de tiempo que esa influencia ajena desapareciera del todo, y entonces la sociedad que ellos irían modelando iría creando (como ya está sucediendo) su propia moral que podría irse alejando sin rumbo por caminos hoy inimaginables. Los creyentes, por el contrario, no sólo tenemos la moral natural, sino una moral externa, objetiva y en esencia inmutable, porque aceptamos unas normas morales externas a nosotros mismos que serían las normas dictadas por Dios, en sintonía con las naturales (pues ambas vienen de Dios), lo que no sólo garantiza conservar esa moral sino que crea armonía y no conflicto en el creyente, que normalmente no tendrá que elegir entre lo que Dios le pide y lo que su conciencia o intuición le exige (excepto cuando hay dilemas en donde dos bienes excluyentes entren en conflicto).
Si yo, estando convencido de que debo ser santo, soy un gran pecador, ¿cuánto más no lo sería yo si mi ideal no fuera tan alto y no viniera de tan alta autoridad? Habrá muchos ateos mejores que yo, pero si yo fuera ateo no sería mejor de lo que soy ahora, sería peor, pues siendo yo y no Dios el juez supremo de mi moral, no me resultaría difícil autojustificarme continuamente. La fe y la moral cristiana no hacen al hombre peor, lo hacen mejor.
De este modo se podría llegar con el tiempo a una situación en la cual la moral del creyente y la moral del ateo sean tan diferentes que nosotros los veremos a ellos como malvados, pero ellos a nosotros también. De hecho eso ya está empezando a pasar. Por ejemplo aquí abortar antes era matar a un niño, luego pasó a ser un asunto de conciencia personal (cada uno que elija lo que quiera), y ahora ya hay muchos ateos que consideran que si te dicen que tu niño podría nacer con malformaciones o con un retraso mortal, tu deber moral es matarlo, y si aún así eliges tenerlo eso es un acto de crueldad; es decir, ahora el que protege la vida del niño puede ser, a ojos de ellos, un malvado por no matarlo.
Llegados a ese punto la moral no tiene ningún valor por sí misma y sería, como las leyes, el fruto de una decisión social, donde lo que diga la mayoría (o incluso la minoría con el poder) sería lo moralmente correcto hoy, pero podría ser malvado mañana si deciden cambiar las reglas del juego. Todos sabemos bien la tendencia y la capacidad humana para justificarnos y cambiar nuestras ideas cuando el mantenernos firmes nos supone un grave perjuicio; imagina con qué facilidad podemos hacerlo si la moral fuera relativa, un simple producto del consenso social. La vida así se convierte en un juego absurdo donde todo es relativo y opinable, sin que haya nada por lo que merezca luchar ni esforzarse, pues nada tiene valor a menos que decidamos dárselo, y la conveniencia personal moldearía nuestra moral personal para evitar conflictos. A lo mejor estoy en contra del aborto pero, ¿y si no abortar supondrá complicar mi vida para siempre? Cuando es Dios el que me lo prohíbe podría aceptar la complicación, porque tengo la seguridad de que abortar es un asesinato, y porque si lo hiciera tendría que rendir cuentas por ello ante Dios, pero si la decisión depende sólo de lo que yo piense, estoy seguro que empezaría a pensar inmediatamente que en el fondo, los abortistas deben tener razón al decir que el niño que no ha nacido ni es niño ni es nada, y no tiene sentido complicarse tanto la vida por algo que es relativo y mutable. Mucha certeza necesitaría yo para sacrificarme en ese caso, pero sin Dios y con una moral relativa, creo que no encontraría motivos para hacerlo. Y como digo aborto digo igualmente muchas otras acciones morales en caso de suponerme un gran sacrificio.
Punto dos
Nosotros tenemos a Dios, ellos no, pues han elegido no tenerlo. El verdadero creyente no tiene una fe igual que se tiene una ideología política o un equipo de fútbol favorito (aunque los hay que parecen vivirlo así). El verdadero creyente tiene una vivencia y una visión del mundo basada en esa vivencia. Dios no es sólo un concepto que aceptamos o defendemos como si de una idea política se tratase, Dios es lo que da sentido a nuestra vida, lo que explica nuestra existencia, el objetivo de nuestro camino, el principio y el fin de todo. Eso nos permite vivir la vida sabiendo que todo tiene sentido, que nuestra vida tiene sentido, que todo lo que nos pasa tiene sentido, y que es un sentido positivo.
Cuando las cosas nos van mal, cuando sufrimos, sabemos que aunque no entendamos por qué, hay un sentido positivo en todo ello, y que podemos apoyarnos en un Dios que nos ama y nos cuida y es nuestra fuerza. No estamos solos ni nadando en el caos absurdo, no somos peleles sacudidos por el ciego azar del universo, somos actores en una historia de salvación diseñada para que desempeñemos correctamente nuestro papel, y lo que hagamos marca una diferencia, tiene sentido y responsabilidad desde nuestro primer paso hasta nuestro último aliento; tanto nosotros como la humanidad caminamos hacia un sitio, siguiendo un plan.
Eso hace que entre el ateo convencido y el verdadero creyente haya una diferencia abismal. En medio de ambos están los creyentes de boquilla o de simple tradición o de simple inercia o pereza (por no plantearme otra cosa), que según tengan más o menos fe, estarán más hacia un lado o hacia otro. Estos creyentes templados aceptan la verdad de la fe pero no la vivencia de la experiencia religiosa; algunos creen en Dios pero igual que creen que existe Australia, sin que eso tenga ningún impacto en su vida. El valor transformador de nuestra fe se ve principalmente en los cristianos que la viven, no tanto en aquéllos que simplemente la aceptan como concepto intelectual, y menos aún en los creyentes de boquilla que, si escarbas un poco, resulta que no creen en nada.
Una vez dijeron en la tele que en un estudio “científico” (¿en serio?) se había demostrado que los creyentes no eran más felices que los no creyentes (parece casi como decir que los niños huérfanos son igual de felices que los que tienen padre y madre). Suponiendo que ese estudio fuese serio y el resultado verdadero, no puedo creerme que el verdadero creyente que tiene a Dios sea igual de feliz o infeliz que quien no lo tiene, pero si consideras creyente a todo aquél que marca la casilla de Sí cuando le preguntan si cree en Dios, entonces se te meten en el cajón de “creyentes” también personas que tienen su fe como una ideología teórica pero que ni vive su fe ni tiene una relación con Dios, y en ese caso, viven su vida igual que si fueran ateos. Más que “un estudio científico” (del que no se ofreció el más mínimo dato) parece un estudio tendencioso con una divulgación interesada. Aún recuerdo lo feliz que parecía la presentadora de las noticias de la tele cuando explicó este “descubrimiento”.
EN LAS GUERRAS DE RELIGIONES SE MATÓ EN NOMBRE DE DIOS PERO EL ATEÍSMO NUNCA MATÓ EN NOMBRE DEL ATEÍSMO
Sí, eso se oye mucho pero disculpa si me da la risa. Los ateos, como hemos explicado, se creen neutros y por tanto observan cómo los creyentes se matan o se han matado entre sí como si eso no fuera con ellos. La religión es mala, crea conflictos, odios, se mata en nombre de Dios, así que suprimamos a Dios y a la religión y se acabará el conflicto, todos tranquilos y bondadosos amándonos los unos a los otros. Puesto que el ateísmo ha crecido mucho en el siglo XX, parece que de igual modo debería haberlo hecho la paz y la concordia. Pero no, ha sido justo al revés.
Como los creyentes se creen tolerantes (la intolerancia sería un rasgo del homo religiosus), por supuesto ellos no hacen daño a nadie por ser ateos, pues el ateísmo, una vez más, es neutro y no se puede actuar en nombre de la nada.
Esa es la teoría, la práctica es bien distinta, pues como hemos dicho, ni el ateísmo es neutro, sino una cosmología (visión del mundo) más, ni es tolerante por ser ateísmo. El fanático busca imponer sus ideas y creencias a los demás, y si tiene poder logra hacerlo, así que si es cristiano querrá imponer su cristianismo y si es ateo querrá imponer su ateísmo, con la diferencia de que un cristiano tendrá que traicionar a su fe para oprimir al prójimo mientras que un ateo, si quiere, puede cambiar su moral para que oprimir al prójimo sea perfectamente adecuado cuando le interesa, o si no que se lo pregunten a Hitler, por ejemplo (por cierto, ¿de dónde ha salido el extendido bulo de que el Hitler del nazismo era cristiano?).
En las guerras las personas, y menos aún los estados, no suelen admitir que sus motivos son simplemente el odio o las ansias de poder o riquezas. En la antigüedad sí se decía a las claras que esos motivos eran los que guiaban sus guerras, pues eran considerados motivos legítimos, el orgullo de demostrar que eras el más fuerte. El cristianismo invalidó esos motivos, pues un principio básico de nuestra fe es el amor al prójimo y el evitar oprimirle, así que decir que luchabas contra otra nación por pura codicia estaba como mínimo mal visto. Y entonces dejaron de usarse esos argumentos (en el occidente cristiano) y se empezó a buscar excusas que disfrazaran los verdaderos motivos bajo el manto de otros ideales nobles que resultaran legítimos.
Cuando la sociedad era teocéntrica el valor máximo era Dios, así que se utilizó el nombre de Dios para justificar las guerras (lo hacemos por Dios, o por extender su mensaje, o por recuperar su tierra, o por…), lo mismo que hoy siguen haciendo las sociedades teocéntricas islámicas. Pero cuando Dios perdió valor y se ensalzaron otros valores, se pasó a utilizar esos otros valores para justificar las guerras, y entonces ya no luchabas contra otra nación para extender la palabra de Dios o expulsar al infiel o perseguir la herejía, sino para extender la democracia, para liberar a los oprimidos y cosas por el estilo. ¿Acaso no son esos los motivos que se han argumentado en casi todas las guerras occidentales del siglo XX y XXI?
¿Matar en nombre de Dios? ¡Qué barbaridad! Cierto, pero ¿acaso no es igual de bárbaro bombardear ciudades enteras y masacrar civiles en países como Irak con la excusa de liberarlos de la opresión, con el resultado de quitarles un dictador, sumirles en el caos y la ruina y terminar arrojándoles en manos de terroristas que continuaron oprimiéndoles y masacrándoles pero encima sumidos en la pobreza y el caos? Y en medio de todo eso ninguna potencia reclamó el verdadero motivo de la guerra: quitarles el petróleo y ganar millones de dólares reconstruyendo con nuestras empresas lo que nosotros mismos hemos destruidos. Si Dios es malo por ser causa de guerras, ¿será la democracia mala por el mismo motivo? Como vemos, quitar a Dios de los gobiernos no ha hecho que las guerras disminuyan (nunca ha habido tantas guerras ni tan tremendas como las del siglo XX y XXI), así que al parecer el problema no era la religión, sino la codicia humana.
Pero además de eso tenemos que los ateos sí han matado, masacrado, oprimido, perseguido y hasta hecho guerras en nombre del ateísmo. Cualquier opresión, persecución, discriminación, daño, desprecio, asesinato o guerra realizada contra gente por ser creyentes es una guerra, opresión, discriminación, etc. en nombre del ateísmo, pues lo que se busca con esos métodos violentos (sean físicos o mentales) es imponer el ateísmo a la sociedad, para lo cual es necesario el exterminio de los que creen en Dios o al menos el exterminio de la creencia en Dios.
En los sitios donde los ateos han llegado al poder absoluto podemos encontrar muchos ejemplos de esto. La Rusia soviética y todos los estados comunistas en general de ayer y de hoy (la China de Mao y la de hoy, la Camboya de los jemeres rojos, las dictaduras comunistas del este de Europa y de otras partes del mundo, etc.) han llevado a cabo labores de represión de los creyentes, buscando su “neutralización” o eliminación (asesinato) o presionándolos de modo fuerte o sutil (aquí incluiríamos también a la mayoría de los Estados occidentales actuales) para eliminar sus creencias. Simplemente contando las personas que han sido asesinadas por ateos a causa de ser creyente tendríamos en el siglo XX y XXI a millones (y hoy la persecución y el exterminio continúan).
Y no sólo está la represión interna, sino que muchas dictaduras ateas han hecho guerras o apoyado guerras o promovido guerras en la sombra (sobre todo Rusia) con el objetivo de extender el comunismo a otros países, y con ello el ateísmo, pues al parecer va en el mismo paquete. Así que los ateos hacían (y hacen) guerras para extender su cosmología del mismo modo que los creyentes que hacen guerra en nombre de su religión lo hacían (al menos en teoría) para extender la suya. Los cristianos de las cruzadas mataban en nombre de Dios y los comunistas en nombre del pueblo, de ese mismo pueblo al que al parecer querían liberar oprimiéndolo, como hizo Rusia con los países del Este de Europa y muchos más. Que le pregunten a un polaco o un húngaro de 80 años si agradece a Rusia que les liberara y les tuviera durante décadas “liberados”.
En España, muchos de los ateos que gritan que la Iglesia mataba gente hace nosecuantos siglos se sienten herederos de los republicanos de antes de la dictadura, los mismos que antes y durante la Guerra Civil mataron a miles de sacerdotes y religiosos (casi 7.000 en total, sólo del clero) con la excusa de que así liberaban al pueblo de la opresión de la Iglesia. Muchas diócesis perdieron asesinados el 50% de sus sacerdotes, algunas llegaron a perder hasta el 86%. Pero claro, ellos no mataban a cristianos por odio, lo hacían por amor al prójimo, para liberarlos (como los rusos), y como la mayoría de la población no se dejaba liberar de su fe, reprimían todo elemento religioso para que los pobrecitos dejaran de sufrir. Hasta decir “adiós” quedó prohibido en territorio republicano (comunista), no fuera que eso le recordara a alguien que Dios seguía por allí. Ellos eran tolerantes, los creyentes intolerantes; los creyentes mataban porque eran creyentes, ellos mataban por amor al prójimo. ¿Mataban por ser ateos, por odio a la religión? ¡No por Tutatis!, ese tipo de cosas sólo lo hacen los creyentes, ellos mataban por amor a los hombres. Perdón, y también a las mujeres.
Resumiendo, ¿matan o hacen guerras los ateos en nombre del ateísmo? Vale, tal vez no lo hagan diciendo “lo hacemos en nombre del ateísmo” (hoy quedaría fatal), pero algunos sí lo hacen por el bien del ateísmo y por odiar al que no piensa como ellos. Llámalo como quieras, eso no cambia las cosas. Tampoco a ningún cristiano se le ocurriría hoy matar “en nombre de Dios”, las cosas han cambiado mucho y eso quedaría fatal, y afortunadamente si los ateos en ese sentido son herederos de la barbarie de siempre, los cristianos hemos madurado lo suficiente como para que nos resulte impensable matar utilizando a Dios como excusa o bandera, si es que alguna vez lo fue en realidad. Aparte de eso, creo que la naturaleza del hombre en esencia será siempre igual, no hay ninguna religión ni ideología que por la sola fuerza de sus ideas consiga que el ser humano se transforme ni ahora ni en el futuro en un inocente angelito, o que una sociedad se transforme en un remanso de paz y amor para todos, aunque hay ideas que ayudan a superar nuestros defectos y otras que ayudan poco, nada o incluso que nos empujan a depravarnos más.
Yo, como cristiano, creo que esa utopía de paz y amor llegará algún día, pero no como resultado del esfuerzo del hombre sino por el poder de Dios, tal como se nos prometió, pero sin esa actuación de Dios, ni siquiera los ideales cristianos serían suficientes para conseguirlo, cuanto más unos ideales que en el fondo, al menos a largo plazo, son de la misma naturaleza que los principios de Groucho Marx (Damas y caballeros, estos son mis ideales, y si no me gustan, tengo otros).
EXORTACIÓN FINAL
No entremos en si los cristianos somos hoy mejores personas o no, pues en eso será difícil ponernos todos de acuerdo, pero desde luego no podemos consentir que nos acusen de todos los males de la humanidad mientras ellos se presentan como santos, perdón, como ciudadanos ejemplares y representantes de algo así como una nueva fase de perfección en la evolución humana. Nadie puede negarnos el derecho a exigir el mismo respeto que se concede a los demás, a no permitir que sigamos siendo ignorados, despreciados, ridiculizados y pisoteados como ciudadanos de tercera, a no consentir que borren nuestra fe de la plaza pública mientras la llenan de otros símbolos de su ideología. Hay que exigir al Estado respeto y protección, como ciudadanos que somos, a nuestra jerarquía que nos defienda con valentía y sin concesiones que socaven nuestros valores, y a nosotros mismos dignidad, valor, orgullo por lo que somos y reivindicación de nuestro lugar en la sociedad. El espacio público también es nuestro por justicia y por derecho, no podemos ir entregando todo en manos del ateísmo como si fuera imposible o inútil actuar de otro modo. Basta ya de seguir dejándonos pisotear. Pon tu granito de arena y comparte esto.
Me estoy aburriendo
España, el quinto país del mundo con mayor número de ateos
Según revela un estudio de WIN/Gallup International, casi dos terceras partes de la población mundial (63%) se declaran creyentes, muy lejos del 37% de España y del 35% que no asegura no cree en ningún Dios. En sentido, el país más religioso del mundo es Tailandia, con un 94% de la población que se considera creyente. En él, la religión predominante es el budismo Theravāda, practicado por el 95% de la población. Los musulmanes, los cristianos y los judíos completan el 5% restante. Solo el 1% se confesó ateo.
Podemos vivir sin religión, ya que esta no exitiría sin nosotros
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Deus Sive Natura










Orando con lobos

Apocalipsis 17.3-18
ASOCIACION DE CURAS PEREDASTAS
Poco se sabe de un artículo de la ley hipotecaria española que concede a la Iglesia Católica la potestad de inscribir a su nombre en el Registro de la Propiedad bienes que no estaban inscritos a nombre de nadie. A este acto, contemplado en el artículo 206 de la citada ley, se le llama Inmatricular y ha provocado un auténtico revuelo en muchos pueblos de nuestro país que han visto como bienes que creían que eran del pueblo han pasado de la noche a la mañana a manos de algunos obispados.
Las Inmatriculaciones: una potestad legal pero controvertida en un Estado aconfesional.
En los últimos años, en Navarra, el Arzobispado ha inmatriculado más de un millar de propiedades, según datos facilitados por el Ministerio de Justicia. Algunas son lugares de culto como ermitas o iglesias y otras son más variopintas: garajes, casas, huertos o algún que otro viñedo o finca de labor. Precisamente en esta comunidad se ha constituido la Plataforma en Defensa del Pueblo Navarro que ha denunciado este tipo de inmatriculaciones; el municipio de Huarte es uno de los que ha interpuesto una denuncia contra el Arzobispado. Por su parte desde el Arzobispado se insiste en que todo lo que hacen se ajusta a la legalidad e invitan a que haya más denuncias porque -dicen- “en los tribunales se verá que nosotros nos ajustamos a la ley”. Desde la Conferencia Episcopal también se recuerda la legalidad de las inmatriculaciones en aras de los acuerdos Iglesia-Estado de 1979 que rigen en España. Pero otras voces como la de Alejandro Torres, catedrático de Derecho Eclesiástico opinan que la Iglesia Católica goza en España de privilegiosmás propios del Antiguo Régimen que no de los que le correspondería en un Estado aconfesional.
Batallas legales enfrentan a vecinos e Iglesia
Ajenos a los debates legales, los vecinos de la aldea gallega de Ribadulla descubrieron un día que la Iglesia les había dado la espalda. En este caso, el Obispado de Lugo puso a la venta el campo donde se erige la pequeña capilla que ellos han financiado con sus ahorros o que limpian y conservan. Los vecinos se opusieron a la venta porqué consideran que pertenece al pueblo, el Obispado ha denunciado a los vecinos, que tienen una media de edad de 70 años, y ahora se ven inmersos en una batalla legal. Hasta tal punto llegó la disputa que el Obispado les dejó 4 meses sin misa y ahora han conseguido que les venga el cura cada 15 días.
¡NO DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A ELLOS!
He aquí una pequeña recopilación de algunas de las perlas de tan privilegiadas mentes expresadas públicamente en tiempos recientes.
“La mayor parte de las mujeres que mueren lo son por sus maridos que no las aceptan, las rechazan por no aceptar tal vez sus imposiciones; o por su expareja, o también por el que convivía con ella”
Obispo auxiliar de Valencia Salinas ex obispo de Mallorca
“Está infectado, como el PSOE, del lobby gay, informado ideológicamente por el feminismo radical e infiltrado por el movimiento LGBT ” .
Braulio Rodríguez. Arzobispo de Toledo.
“Hay que quitarle el voto a las mujeres porque últimamente piensan por su cuenta”
Juan Antonio Reig. Obispo de Alcalá de Henares.
“El matrimonio entre una recién nacida de tres días y un hombre de setenta años o de un hombre y un perro”.
Jesús Catalá. Obispo de Málaga.
“Matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella”.
Francisco Javier Martínez. Arzobispo de Granada.
‘Hay menores que desean el abuso e incluso te provocan’
Bernardo Álvarez. Obispo de Tenerife
“La ideología de género no es sino una metástasis del marxismo”.
José Ignacio Munilla. Obispo de San Sebastián.
“La fecundación in vitro es “un aquelarre químico de laboratorio”.
Demetrio Fernández. Obispo de Córdoba.
“¿Esta invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio? ¿Dónde quedará Europa dentro de unos años?”
Juan Antonio Reig. Obispo de Alcalá de Henares.
Munilla asegura en un libro que las mujeres son “cíclicas”, y advierte de que los procesos hormonales de estas pueden hacer que les dé “por la limpieza”
José Ignacio Munilla. Obispo de San Sebastián.
“La Unesco tiene un plan para “hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”.
Demetrio Fernández. Obispo de Córdoba.

HABEMUS PAPAM
JOSÉ MARÍA AZNAR
SERÁ ORDENADO
PAPA DE ROMA
Se desvela una de las incógnitas que más acojonaban a la sociedad española, el otrora presidente del gobierno español, José María Aznar, será proclamado Papa tan pronto como Paco I coja carretera y manta.
Al parecer, en la decisión del cónclave vaticano habrían influido de manera decisiva unas declaraciones hechas por Aznar en que ponía de manifiesto su interés por los niños. “Cuando José María Aznar dijo que a le gustaban los niños, supimos que compartía el modo de hacer y pensar de la mayoría de sacerdotes católicos”, ha destacado el cardenal Pichabravini, portavoz de la Santa Sede. Según ha podido saber el diario LA SINRAZÓN, Aznar habría escogido el nombre de José Mari I y se convertiría de este modo en el primer Papa con bigote de la historia. Otra de las novedades que tendría en mente el que fuera presidente español, sería convertir la guardia suiza en una fuerza de intervención bélica cuya función sería la evangelización preventiva de aquellos países “que han caído en la trampa diabólica del Islam”.Asimismo, Aznar ha anunciado “un retorno a los valores esenciales de la Iglesia”. Para ello, ha comunicado la reinstauración de la Santa Inquisición que, con bríos renovados, se encargará de convencer a “la inmigración infiel que asola Europa”. Así, se recuperarían los autos de fe que los Reyes Católicos popularizaron en su mandato. Aznar, además, ha querido tener un detalle con la ciudad de Valencia. “Será la sede que acogerá la ceremonia de purificación de las almas infieles”, (la tradicional quema de brujas, golfas y masones), una tradición parecida a las fallas cuya participación estará también abierta moriscos y judíos. “Para que luego digan que no me acuerdo de los inmigrantes”, ha exclamado el futuro Papa a la vez que anunciaba la proclamación del año Mariano el próximo 14 de marzo y la beatificación del candidato perdedor como “Martir de los Reconquistadores”. Al oírlo, el susodicho ha abandonado recipitádamente la sede del PP en Génova para refugiarse en Santa Pola. No obstante, algunos sectores del Vaticano han hecho notar su malestar: “Por lo que sabemos Aznar está casado y cualquier Papa que se precie debe ser fiel al sacramento de la abstinencia”. Para disipar estas reticencias, el Opus Dei ha facilitado una fotografía de Ana Botella a los obispos díscolos. “Al verla, han comprendido que el celibato del futuro Papa no corría peligro y han rezado tres Ave Marías por las vicisitudes que ha tenido que pasar Su Santidad para engendrar a sus tres hijos”, afirma Pichabravini. “Además, su humillante e injusta derrota frente al contubernio rojo y separatista en las pasadas elecciones 2004 bien la valdrá un lugar en el Cielo”. P.D. Ademas, esta garatizada la no dimisión, ya que ningún pepero ha dimitido jamás. |


Cada sábado
En busca de sus «arraises» Peter viaja a Andalucia
en una aventura llena de misterio y peligros…

Ratzinger Z
El antepenúltimo Papa, antes de Pedro el romano, (Jose I de Repsol), según la profecía de san Duquelaquías.


Vuelve a teñirse de sangre
la bandera de ese dios
de masacres e injusticias
maldecido por su historia
perros rabiosos de un mundo
e hijos de un mal mayor
¡ Que se jodan !

ELECCIONES MUNICIPALES Y AUTONÓMICAS 2015
La izquierda asalta el poder local y autonómico ante el descalabro del PP
El PP se deja 2,5 millones de votos y retrocede a niveles de 1991
Lo que no pudieron los jueces
Lo pudo el pueblo
¿Quién se jode ahora perra?
Esos hipócritas

¿ESOS VIEJOS simbolos
La culpa evidentemente es de los gobernantes que han pasado por Moncloa
y que han situado la laicidad como cuestión menor, o no tan menor pero
incómoda políticamente para resolverla.
La cuestión de fondo es si debemos respetar las creencias de todos (ni
mayoría ni minorías) y convertir el espacio de todas las personas que
conviven socialmente en espacios de todos (laicos). Después de siglos
viviendo con naturalidad la presidencia de símbolos religiosos en la
vida civil, aún hay quienes creen que esto es el estado natural de las
cosas. Por ello cuando, tarde, el gobierno dice de prohibir los símbolos
religiosos en los espacios de todos y todas, se llevan las manos a la
cabeza y amenazan con crear un problema donde no lo hay. Estas personas
aún no se han enterado que el ámbito religioso es de índole privada y
que se manifiesta colectivamente entre aquellas personas que comparten
un mismo credo. Pero que no puede superar este espacio por respeto a las
otras creencias.
Evidentemente que un crucifijo, o una estrella, o media luna o una hoz o
un martillo o tantos otros símbolos de creencias encontradas, presida
la vida civil choca de frente en una sociedad que asume que las creencias
de cada uno son tan respetables como las de los demás. Posiblemente este
esquema de tolerancia es el que quema a más de una persona que cree estar
en posesión de la “única verdad” y por lo tanto miran de reojo al resto
de los mortales que no la comparten con cierta “compasión”, en el mejor
de los casos, o con rencor en el peor.
La vocación totalizadora de las religiones integristas nos lleva a la
confrontación entre seres humanos, que por serlo estamos mucho más allá
de las ideologías y las creencias. Antes que la fe está la persona, el
prójimo que no debe ser quemado en la hoguera simplemente por no compartir
el credo. Muchos siglos de intransigencia y de terror deben ser redimidos
enviando al mundo de las religiones a las esferas privadas y de culto
propios. Las manifestaciones ciudadanas públicas siempre deben ayudar a
la unión de aquellos que construimos día a día una sociedad más fraterna
y solidaria. Que solo los símbolos que representan aquello que nos une a
todas las personas (laicos) siempre estén presentes entre nosotros.
La enseñanza religiosa en las instituciones educativas es una fuente constante
de discriminación de aquellos que deciden libremente no recibirla. Por ello
debemos volver a insistir en que dentro del curriculum ordinario, el común, el
laico, no aparezca la enseñanza religiosa como elemento diferenciador. El
crucifijo en la pared es poca cosa comparada con la diaria segregación de
aquellos niños y niñas que deben de salir de su grupo de iguales, porque no
comparten con ellos un credo religioso. Escandaliza la imagen de la estrella
de David en la solapa de los vestidos de las niñas y niños judíos en la
Alemania nazi, mientras que asumimos como normal que se le indique la puerta
de la calle a los niños y niñas que no dan religión a diario en nuestras
escuelas. Basta de deseducar a niños y a niñas en la segregación, en la
exclusión por sexos, por razas, por religiones o creencias.
La enseñanza religiosa en las instituciones educativas es una fuente
constante de discriminación de aquellos que deciden libremente no recibirla.
NO A LA DISCRIMINACION RELIGIOSA