Amor, retorna tus ojos hacia nuestra primavera
Que tus labios sean canto de alondra herida, comienza
a alzar otra vez el vuelo despejando las tinieblas.
La última lágrima ya no es sino lluvia del pasado,
olvido, sombra, pecado de un amor que fue extinguido.
Don de Dios tu nombre es y tu vida su regalo.
¡Mira!, la aurora renace de la neblina del tiempo,
sale el sol entre los cauces ajados del pensamiento,
¡Ven a pintar la mañana!, con pinceles de recuerdos.
Crea amaneceres nuevos la brisa que lleva el fuego
del calor del nuevo día a los lienzos de tus cielos
salpicando entre tus campos dorados trozos de sueños.
Despierta el bosque dormido y callan nanas de luna
muere la noche en tus brazos de luz de hierba encendida
mientras nacen los colores que dan la vida a tu vida.