La otra Navidad

José va a la farmacia día sí, día no. Cada vez, coge un medicamento, espera su turno pacientemente, da los buenos días a todos y te cuenta un chiste a la vez que le atienden. Le gusta hablar, ver a los demás y contarles cosillas. Está viudo y sus hijos no están. ¿Cómo crees que será su Navidad?…
María hace 8 años que está en la residencia, tiene Alzheimer. Su marido la cuidaba en casa hasta que la situación se hizo insostenible. Él va a verla todos los días, un par de horas por la mañana y otro par de horas por la tarde. No puede sacarla de allí, pues cualquier cambio de entorno empeoraría su enfermedad. ¿te imaginas cómo pasarán las Navidades?…
Jorge tiene 5 años, desde hace dos meses está ingresado en el hospital para tratar un tumor. Es un niño alegre, disfruta de los juegos que le hacen, se ilusiona con cada detalle que le llevan… ¡es todo vida en él! Debido al tratamiento y el riesgo de infecciones no podrá salir del hospital en estos días. ¿sabes cómo serán sus Navidades?…
La Navidad no solo es el pesebre, el árbol, los regalos, las comilonas, es un momento del año en el que deberíamos parar y ver cómo es nuestra vida, e intentar hacer algo por nuestros semejantes, ellos nos lo agradecerán mas que toda la absurda parafernalia de firmas comerciales…
¿Que les queda por vendernos?
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MERRY CHRISTMAS AND PEACE TO ALL THE PEOPLE OF GOOD WILL
El negocio de la fe




Según las sagradas escrituras En la Biblia, la palabra alma traduce el término hebreo néfesch y el griego psykjé. El término hebreo puede significar literalmente “criatura que respira”, y el griego suele transmitir la idea de “ser vivo”, “persona, individuo”. * Por tanto, puede decirse que el alma se refiere al propio ser, a la criatura o la persona en su totalidad; no a algo que tengamos en nuestro interior y sobreviva a la muerte del cuerpo.
El alma ciertamente puede morir. Decenas de pasajes bíblicos así lo demuestran. He aquí algunos ejemplos.
La Biblia dice: “El alma que peque, ésa morirá” (Ezequiel 18:4, 20, La Biblia de las Américas).
Refiriéndose al castigo que le esperaba al israelita que cometiera alguna de las ofensas más graves, la Ley decía: “Aquella alma será cortada”, o “tajada” (Éxodo 12:15, 19; 31:14, Reina-Valera, 1909; Levítico 7:20, 21, 27, Biblia de Ferrara). En Levítico 19:8, La Biblia de las familias católicas describe el mismo castigo con estas palabras: “Aquella alma perecerá”.
A lo largo de la historia, el hombre ha manifestado en multitud de formas su repugnancia a la idea de extinción total de la conciencia que implica la muerte.
No es ningún secreto que la supervivencia en el más allá ha sido el motor y fundamento de la mayoría de las religiones.
Sin embargo, no deja de ser curioso que en ciertas culturas no haya existido tal expectación de inmortalidad, o por lo menos, de supervivencia post mortem. Así, por ejemplo, los hebreos inicialmente no incluían en su doctrina la creencia en un alma inmortal. Solamente después de su estancia en Egipto, surge en ellos el concepto de la inmortalidad. A pesar de esto, ciertas sectas judías, como la de los saduceos, rechazaban la existencia de un alma eterna ya por la época de Jesucristo.
Este grupo, que cuenta con el apoyo oficial de la revista Reader’s Digest, ha iniciado un movimiento casi místico con fuertes tintes seudocientíficos. Su iniciador fue Raymond Moody, norteamericano que, en 1975, lanzó su éxito de librería denominado Vida después de la vida.
Moody, quien es médico siquiatra, basa sus hipótesis en la descripción de las experiencias de un gran número de casos de pacientes que han sufrido la llamada muerte clínica al ser sometidos a operaciones quirúrgicas o al haber sido víctimas de accidentes o traumatismos.
Moody describe una experiencia mortal típica como sigue: En el momento de mayor incomodidad el paciente, semiinconsciente, escucha que el médico lo declara muerto. A continuación percibe un molesto y fuerte zumbido y se siente absorbido y arrastrado a lo largo de un profundo túnel.
Es entonces que se da cuenta que posé un nuevo cuerpo, con poderes muy distintos, y que puede ver a su antiguo cuerpo yaciendo en el lecho, rodeado del equipo médico de resucitación. Su punto de vista está muy por encima y alejado de su ya inminente cadáver. Puede observar a sus parientes y amigos fallecidos y se encuentra con un ser muy luminoso, un espíritu “cálido” y amable el cual le ayuda a rememorar, en forma instantánea, los acontecimientos de su vida pasada. Se apodera de él una sensación de sapiencia total… la sabiduría de siglos. Finalmente, alcanza una barrera, en la que, contra su voluntad, se le hace volver a su hospitalizado cuerpo. Después de ser revivido, el sujeto queda muy afectado emocionalmente y pierde el temor a la muerte.
Alcock, El sicólogo James E. Alcock se ha encargado de investigar lo que hay de realidad en las afirmaciones de Moody y de otros impulsares de las teorías de la vida después de la vida, como Currie, Osis, Haraldsson y Kubler-Ross.

Primeramente, Alcock descubrió que las encuestas que supuestamente apoyaban estas ideas adolecían de muchos defectos metodológicos. Por ejemplo, los cuestionarios se dirigían a los médicos y a las enfermeras, y no a los pacientes. Se les preguntaba en general si sus pacientes habían visto tal cosa u otra al estar al borde de la muerte. De esto lo única que se puede deducir es que algunos médicos recuerdan a algunos pacientes que tuvieron algunas experiencias de seudomuerte.
También detectó Alcock que Moody mismo acepta que hay pacientes que describen las mismas experiencias en situaciones en las que la vida no estaba en peligro. Esto lo explica Moody diciendo que las drogas, medicamentos y las experiencias místicas pueden llegar a “disparar el mecanismo que deja escapar el alma del cuerpo”.
Alcock describe también las condiciones del organismo y de la mente cuando se encuentra el individuo en estada de sueño ligero (hipnagógico).

En esta situación la mente puede formar imágenes como figuras geométricas, luces, colores brillantes, rostros humanos conocidos o desconocidos y hasta paisajes bellos y grandiosos.
También revisa Alcock las investigaciones que se han realizado sobre las alucinaciones que se sufren bajo la influencia de diversas drogas o en estados de alteración nerviosa grave. Alcock halló pruebas de que una de las imágenes más comunes que surgen es la del túnel y la de una revisión mental panorámica de acontecimientos de la vida pasada del paciente. No hay duda de que las alucinaciones ordinarias contienen todos los elementos descritos por Moody como visiones del más allá.
Finalmente, se puede llamar la atención acerca de la naturaleza profundamente influenciada por aspectos culturales que tienen las experiencias de casi muerte.

Un anciano blanco, barbado, vestido con una túnica, canoso y de ojos azules le pregunta al presunto difunto: “¿Qué has hecho de tu vida, hijo mío?”… Esto suena lógico para un norteamericano de la clase media. Pero si se trata de un niño etiope que ha muerto de hambre a los ocho años de edad… ¿también llegará el anciano caucásico a preguntarle cómo aprovechó su vida?…
Alcock concluye su análisis señalando algunos riesgos que involucran esta y otras creencias seudocientificas similares. Existe por lo menas un caso documentado de un suicidio, el de una madre que intentó confiadamente reunirse con su hija fallecida, influenciada par las ideas de Moody y socios.
Hay también algo más que molesta a Alcock, y es la extraña necesidad que tienen quienes impulsan esta mistificación de obtener evidencia sólida para apoyar su fe religiosa, engañando al lego con fines claramente proselitistas.

2 Corintios 11:14

y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32









Andalucía

Abrimos la semana con el terremoto político que han provocado las elecciones andaluzas. Todas las televisiones, radios y periódicos nos bombardean con sus análisis y no vamos a ser menos. En algunos casos podemos ver que estos análisis tienen un punto de razón y en muchos otros – increíblemente en la mayoría de ellos – no creo ni que se acerquen a explicar el fenómeno andaluz.
1.- Lo que hemos visto ayer en las elecciones no es una muestra de fascismo o de deriva autoritaria como les gusta explicar a los medios sensacionalistas. Lo que hemos visto es el hartazgo del pueblo andaluz con las políticas neoliberales del gobierno de Susana Díaz (que no olvidemos, gobernaba de la mano de Ciudadanos). Esto y no otra cosa ha provocado la victoria de las derechas.
2.- Además tenemos que considerar otro factor, que es que a raíz del desastroso gobierno de Rajoy, también la derecha se fue resquebrajando. Primeramente en el crecimiento y consolidación de Ciudadanos, con un Albert Rivera que llevaba meses instalado en un discurso de extrema derecha y neoliberal (ambos calificativos no son excluyentes). Pero al hundirse el gobierno de Rajoy en este verano, debido a la corrupción, desde algunos sectores de la extrema derecha social y empresiarial se le ha dado via libre a VOX, partido de corte ultraderechista en línea con lo que vemos en Europa. Seguramente veían que el PP era insalvable. Bueno, yo no equipararía a VOX al populismo de derechas francés o alemán, que me parecen mucho más sofisticados y tratan de incluir obreros desencantados con la izquierda, si no a la ultraderecha húngara o polaca, más de corte nacional-católico y esencialmente reaccionarias.
3.- Al respecto de esa extrema derecha social de la que hablo, estamos viendo en los últimos años el alcance que este sector reaccionario tiene en el mundo empresarial, en la judicatura, en los cuerpos de seguridad del estado y también en la prensa. No en vano existe desde hace 30 años un fenómeno que se le llama “la Caverna” que lleva inculcando un discurso y unos argumentos compatibles con la ultraderecha más rancia. Este bombardeo mediático diario, auténtico discurso de odio, hace bascular el Partido Popular todo lo posible hacia la derecha.
Ante el auge del fascismo en Europa y ahora en el estado español, unos de los mayores difusores han sido los medios de comunicación. Si la Caverna ya tenía su espacio radiotelevisivo y en la prensa de papel y digital, también los medios autodenominados de izquierda (La Sexta, Cuatro, El País, etc.) hacen de altavoces de los argumentos de la ultraderecha, al proporcionar minutos en prime time y columnas a los personajes reaccionarios que todas y todos conocemos. Tanto agitar que viene el lobo, al final se le coge cariño al lobo. Tan malo no será, ¿no?.
4.- En definitiva, la ausencia de políticas que benefician claramente a las clases populares, a la mayoría social, la entrada en todas las guerras culturales que tan hábilmente sabe jugar la derecha dura y que hacen que la seudo-izquierda haga el ridículo por su defensa de lo políticamente correcto, ponen a esta población que vota izquierdas ante una disyuntiva. ¿Votamos a los de siempre? ¿Nos quedamos en casa y que se vayan a la mierda? Pues esto ha pasado. La izquierda “real” española está realmente ausente del mapa político y esto se hace notar. La que existe no da confianza alguna. Podemos (izquierda socio-liberal) ya ha tocado su “techo de cristal” y en varias regiones (y en el EuroParlamento) se están apuñalando los unos a los otros ya sea por el poder o sea por que no se aguantan. Y el PSOE, pues no pasa de ser una tapadera de las políticas neoliberales con un barniz de colores. Para que nos hagamos una idea la Liga Norte en Italia está haciendo una política social muy parecida a la del gobierno español (eso sí, con ataques a la inmigración, pero es que el PSOE también los hace!). Pero encima lo hacen dando la imagen de que defienden la soberanía italiana ante los tiburones neoliberales europeos, cosa que Pedro Sánchez no hace (y hasta parece que les abre las puertas de par en par!).
5.- Por último la carta catalana. Definitivamente el “a por ellos” da votos. Ni siquiera la izquierda intentó revertir esta oleada de odio. Y no se revierte diciendo que los catalanes son buena gente. Nada que ver. Se revierte oponiendo a esa idea de España reaccionaria la de otra España construida por sus pueblos y sus gentes en su pluralidad. Pero eso se acabó el año pasado. El 1 de Octubre catalán ha exacerbado el nacionalismo español y ha fanatizado aún más si cabe a una derecha que ahora tiene un argumento con el que tapar sus corruptelas y su descaro. Y las izquierdas calladas y dando su apoyo al Rey y legitimando la represión.
La ultraderecha política ha venido para quedarse y ahora planean el asalto a los parlamentos regionales, a algunos ayuntamientos y al Congreso de los Diputados. Ahora tienen presupuesto propio y no dependerán de mecenas de dudosa reputación. La verdad es que está bien que surja una ultraderecha patriotera. Ya sabíamos que existía, estaba dentro del PP, se sospechaba que dentro de C’s también. Pues ahora tienen su espacio político y se puede cuantificar al fin a los herederos de los cuneteros.
El problema de este país no es la ultraderecha si no la falta de proyecto de las izquierdas. Viendo la prensa del 3 de Diciembre no dan ninguna señal de que hayan entendido nada.
Para los movimientos populares, nuevamente nos toca hacer de Andalucía una tierra ingobernable. Supongo que se entiende que no es lo mismo la movilización masiva en la calle que los votos. No por sacar a la calle a 100.000 personas o por montar una huelga general vas a ganar unas elecciones. En unas elecciones también votan quienes no se movilizan nunca, o quienes simpatizan con la represión. Pero lo que nos interesa de la movilización es la construcción de sujetos amplios que lleguen hasta el último rincón del territorio y que puedan confrontar las políticas del gobierno. ¿Acaso no nos lo están demostrando los Chalecos Amarillos en Francia?
Pero no solo es montar una movilización y esperar a que legislen a nuestro favor. Se trata de tomar nuestras vidas en nuestras manos y construir los cimientos de una nueva sociedad, hecha para todas las personas que la integran. Hay que dejar de lamentarse y construir organización popular. Hay que abandonar los espacios de confort y apelar a las clases oprimidas, acompañarlas y buscar conjuntamente momentos de ruptura y contrapoder.
Por lo que respecta a Catalunya. Hoy en Catalunya la gente se ha levantado con un “Vámonos ya. ¡Qué hacemos en España todavía!”. Llevo años oyéndolo. Cuando hay una reacción (de la justicia, de los políticos, de la prensa) muy facha o muy pasada de rosca se suele oir eso por aquí. Pues mira, llegan los de VOX y dicen, “catalanes, queremos que os vayáis. Pero que os vayáis vosotros del país cruzando los Pirineos”. Nuevamente, ante la incapacidad de una izquierda española de aglutinar a la población y de proponer un programa de ruptura (incluso cuando ha habido 20.000 madrileños que han hecho votaciones por la República esta semana) se debe hacer reconocer, la única ruptura viable es la independencia de Catalunya. Habrá que lograrla a pesar de la caterva de paniaguados que están dirigiendo el Procés (que parece que no quieren la independencia y hacen todo lo posible por decepcionar a sus bases dejándolas tiradas ante la represión).
La ruptura catalana es un revulsivo también para España entera, por cierto. No se trata de dejar en la estacada a las valiosísimas personas de izquierdas que hay en el estado, sino de pegarle un puñetazo al tablero a ver qué pasa. Exactamente esto han hecho los andaluces y andaluzas ayer. Es momento de incendios. Europa entera se quema, América está en llamas y el cénit del petróleo y la crisis climática están al caer.
Retrato from anabel amiens on Vimeo.
maldito dios de muerte y su creencia
maldita está la tierra por la sangre
que ese día rasgó tal inocencia
Esto es lo que buscan las derechas.
¡Esto es lo que buscan las derechas!
Halloween

El significado literal de Halloween es “vispera de todos los santos”, es el significado real de esta celebración, que por el sentido común, no el fanatismo, nos muestra que esta tradición exalta a satanas y sus demonios porque son los personajes principales. Puedes darte cuenta a quien estamos celebrando cuando decoran las casas con brujas, fantasmas, demonios, etc. a eso me refiero este monográfico con su significado real.
Su Historia
La celebración del Halloween se inició en los Estados Unidos alrededor del año 1845. Existen indicios de que antes de esa fecha los peregrinos que llegaron a ese país provenientes de Europa habían prohibido dicha celebración; pero en el año 1845, miles de inmigrantes irlandeses inundaron Nueva York a causa de una escasez de papas. Fueron ellos los que trajeron consigo una vieja fiesta religiosa de los sacerdotes galos llamados “druidas”, la cual gradualmente se propagó por el resto del país de la hamburguesa grasienta.
La celebración original no era llamada por su nombre actual de Halloween; empezó mucho antes de la era cristiana entre los antiguos celtas (bretones, galos, escoceses e irlandeses). El fin del verano marcaba el inicio del Año Nuevo Céltico; éste se celebraba ofreciendo sacrificios al “Señor del Cielo y de la Tierra”: Samhain o Saman. La celebración se constituía en un día festivo llamado la “Vigilia de Saman”. La imagen de ese dios pagano era la de un esqueleto sosteniendo una hoz o guadaña en su mano que más tarde llegó a ser conocido como La Muerte.
El 1º de noviembre era la fecha en que los celtas celebraban el Día de la Muerte. Por esa época las hojas de los árboles caían, oscurecía más temprano y las temperaturas bajaban. Ellos interpretaban estos fenómenos estacionales como un decaimiento de su dios sol, el cual pensaban ellos, estaba perdiendo fuerza porque Samhain lo estaba subyugando. Adicionalmente ellos creían que el día anterior, el 31 de octubre, Samhain se reunía con los espíritus de todos los que habían muerto el año anterior. Estos habían estado confinados a habitar en cuerpos de animales durante todo un año como castigo por sus malas obras, y en la víspera de la fiesta, el 31 de octubre, se les permitía regresar a sus antiguos hogares a visitar a los vivos. Para proteger a éstos, el sacerdote dirigía a la gente en ceremonias de adoración diabólica en las que eran quemados como ofrenda caballos, gatos, ovejas negras, bueyes y seres humanos, para apaciguar a Samhain y evitar que los espíritus de los muertos los lastimaran.
Los Druidas o sacerdotes, eran ministros quienes asimismo realizaban sacrificios humanos como ofrendas que servían para apaciguar la ira de los dioses. “La Vigilia de Samhain” era pronunciado en la primera Bretaña So-wein. En un intento de cristianizar este día de adoración pagana, en el año 800 la Iglesia Romana movió el Día de Todos los Santos del mes de mayo al 1º de noviembre. En inglés este día se llama el “All Hallow’s Day” que pronto se acostumbró llamar “All Halloween”, y que pronto fue abreviado a Halloween que hoy en día conocemos. Los satanistas establecieron entonces la noche anterior, el 31 de octubre, como la noche de “Todos los Demonios”, para que estos penetraran la noche anterior, consagrándola mediante hechizos, maldiciones y horrores.
Origen de los disfraces
La noche del 31 de Octubre los druidas fabricaban una enorme fogata de año nuevo. Quemaban animales, cosechas y seres humanos como sacrificios a su dios sol y a Samhain, su dios de la muerte. Durante esta ceremonia diabólica la gente usaba disfraces hechos de cabezas y pieles de animales. Entonces practicaban adivinación, saltaban sobre las llamas o corrían a través de ellas, bailaban y cantaban. Todo esto era hecho para ahuyentar a los malos espíritus. Los disfrazados iban de casa en casa, cantando y bailando. Sus máscaras con sangre coagulándose y sus grotescos disfraces servían para verse ellos mismos como espíritus malignos, y así engañar a los espíritus que entrarían ese día y evitar ser lastimados por ellos.
Truco o Trato
Si por alguna razón alguien olvidaba disfrazarse o no podía engañar a los demonios vistiendo pieles de animales u otros disfraces, había una forma de exorcizarlos: haciendo con ellos un trato de comida y fruta y proveyendo al espíritu errante de albergue para la noche. Si el demonio quedaba satisfecho con su trato, no le harían truco arrojándole un hechizo maligno que le causara estragos. Los druidas en Irlanda recorrían los vecindarios y alrededores la noche del 31 de octubre para colectar ofrendas a Satanás. Ellos cargaban linternas, bolsas de dinero y varas de cañapuntiagudas. En cada casa demandarían un específico importe. Si el dueño de la casa no daba la ofrenda, el druida castraría al humano con la vara o a uno de sus preciados animales. Años después, los granjeros irlandeses, emulando la costumbre druida de antaño, iban casa por casa rogando por comida para sus antiguos dioses. Buena suerte era prometida a todo aquel que donaba, pero amenazas eran hechas contra aquellos que no daban.
Cosas de casa


Y ella dice que quiere un móvil y yo le digo que no lo necesita.
Y ella dice que quiere un móvil y yo le explico que no tuve uno hasta que cumplí los treinta.

Y ella no dice nada, pero me mira como miró a un escarabajo pelotero que encontró el pasado verano saliendo de un establo. Como le he dicho que no tajantemente, y me he negado en redondo a que entre tan pronto en la vorágine consumista de la telefonía, le he regalado el mío para comprarme uno que sale en la tele lleno de prestaciones y que te blanquea los dientes por medio de ultrasonidos.
El otro era un cascajo pretecnológico que adquirí por obligación cuando Paco el del golpe y los pantanos era cabo, con la pantalla en blanco y negro y el teclado en números romanos. Ella me ha mirado como miró a una babosa fosforescente que localizó en la playa, pero lo ha aceptado.

Una semana después, mientras yo sigo sin encontrar el teclado en mi smartphone cuatribanda, ella con su cacharro ha conseguido entrar en el ordenador de la NASA y desviar un panel solar de la estación espacial para iluminar un geranio que tiene en la ventana. Ahora intenta depilarse las cejas con un láser procedente de un satélite militar coreano.
Yo la miro como miré a aquel matemático ruso que descifró la conjetura de Poincaré, uno de los siete enigmas del milenio, y tras rechazar el Nobel de las Matemáticas y un millón de dólares se metió en el metro y desapareció entre la muchedumbre. No sé si me explico.

La revolución de los idiotas
¿Un mundo feliz?

Hace poco leí un artículo sobre la evolución de las tecnologías y hasta dónde seríamos capaces de llegar en pocos años. “La revolución del nuevo mundo” lo llamaban. Permitidme que discrepe sobre el uso que algunos encuentran en este nuevo mundo que, para mí, se ha convertido en la revolución de los idiotas.
Empezaré por llamarme futuro estúpido a mi mismo, ya que soy de los que podrían caer ante los “encantos” de esta nueva moda en la que se está perdiendo todo y más. Una moda marcada por la invasión de Facebook, Twitter y WhatsApp, a la que podríamos añadirle un sin fin de nuevas redes y programas absurdos, cuyo principal objetivo es el recavar el máximo de datos de sus usuarios.

Si mi abuela me preguntase por el funcionamiento de Twitter le diría que es algo así como soltar lo primero que se te pasa por la cabeza; literalmente: Es un mecanismo muy simple, básico, con expresiones como: tengo hambre, ¡qué sueño! o algo así como hablar sin decir absolutamente nada.
Podría seguir despotricando contra Facebook, Tuenti, Tumblr, Pero hoy quiero hablar de WhatsApp y de lo que poca gente parece ser consciente y el gran daño que ha hecho. Todavía recuerdo lo que era recibir un mensaje, y más si era de alguien especial, de la sonrisa que podía arrancarme el simple: “un mensaje nuevo” y todo eso del buzón de entrada. Era una ilusión, no algo rutinario. Recuerdo cuando se leían libros en el metro, cuando se escuchaba música o simplemente se observaba el panorama; en vez de encontrarnos auténticos autistas pegados a una pequeña pantalla.

También hubo un tiempo en el que escribías a quien te importaba y no al primero que pillabas en la agenda porque simplemente te aburrías. Las conversaciones se tenían cara a cara, podías ver las reacciones al momento y no tenías tiempo para pensarte una “buena respuesta”. Todo era mucho más natural y se reservaba el derecho a la intriga, a la intimidad.
No estoy exagerando, sé muy bien de lo que hablo con todo esto de la intimidad. Hablo de cuando el término “última conexión” y “el doble check” no existían ni desencadenaban en grandes discusiones; de cuando todo esto de hablar por una maquinita 24 horas al día no provocaba un auténtico dolor de cabeza ni rompía relaciones.
¿Y de quién es la culpa de todo esto? Diría que nuestra y solo nuestra. Quizás al avanzar en este nuevo mundo estemos dando a la vez mil pasos hacia atrás y olvidándonos de qué era eso de mantener la ilusión por volver a ver o hablar con alguien.

>O quizás me haya vuelto loco, sea una exagerado y esté chapado a la antigua; pero estoy seguro de que mientras leíais esto habéis pensado lo mismo que yo. Y es que nuestra felicidad parece medirse con el número de “jajaja” y los miles de “emoticoños” que encontramos en nuestro Iphone de última generación.
O puede que un día, cuando estemos solos en una isla desierta y recibamos cartas de palomas mensajeras aprendamos por fin qué era eso de comunicarnos. Hasta entonces, disfrutad de lo que tenéis, no vaya a ser que se acabe el chollo. O tirad el móvil por la ventana… Mientras tanto seguiré buscando más soluciones.
La madre ha recibido una llamada de teléfono de su hijo que la ha dejado ojiplática. Y no solo por lo que dice, que también, sino porque todavía no ha nacido. Nadie sabe cómo, pero el feto se las ha ingeniado para conseguir un móvil y algo todavía más difícil: cobertura.
Según parece, gracias a las compañías de bajo coste, los bebés ya no vienen de París, sino de países exóticos; y no traen una baguete multicereales con harina candeal y sal del Himalaya bajo el brazo, sino un smartphone con tarifa plana intrauterina.El caso es que el proyecto de chiquillo le ha pedido que le envíe por email la foto de la ecografía, porque quiere ponerla como salvapantallas, y una de su padre para enviársela a través de twitter a otro feto con quien contactó en la última revisión del ginecólogo.
Ni qué decir tiene que la madre no da crédito y, temiéndose una broma radiofónica, le ha pedido una prueba que demuestre su identidad. “No hay problema. Patada al riñón”, ha escuchado por el auricular segundos antes de sentir un agudo dolor en el costado.
Tras la confirmación, ella ha querido continuar la conversación, saber más cosas de él, cómo se siente, cómo se llama, pero no ha sido posible. Al parecer, tenía varias llamadas en espera y le ha prometido que en cuanto tenga nombre se lo dirá, que ha creado una encuesta en Tuenti con varias opciones. También le ha preguntado si lo del cordón umbilical no podría actualizarse con una conexión bluetooth para sentirse más libre. Luego ha colgado.
