Poco se sabe de un artículo de la ley hipotecaria española que concede a la Iglesia Católica la potestad de inscribir a su nombre en el Registro de la Propiedad bienes que no estaban inscritos a nombre de nadie. A este acto, contemplado en el artículo 206 de la citada ley, se le llama Inmatricular y ha provocado un auténtico revuelo en muchos pueblos de nuestro país que han visto como bienes que creían que eran del pueblo han pasado de la noche a la mañana a manos de algunos obispados. Las Inmatriculaciones: una potestad legal pero controvertida en un Estado aconfesional. En los últimos años, en Navarra, el Arzobispado ha inmatriculado más de un millar de propiedades, según datos facilitados por el Ministerio de Justicia. Algunas son lugares de culto como ermitas o iglesias y otras son más variopintas: garajes, casas, huertos o algún que otro viñedo o finca de labor. Precisamente en esta comunidad se ha constituido la Plataforma en Defensa del Pueblo Navarro que ha denunciado este tipo de inmatriculaciones; el municipio de Huarte es uno de los que ha interpuesto una denuncia contra el Arzobispado. Por su parte desde el Arzobispado se insiste en que todo lo que hacen se ajusta a la legalidad e invitan a que haya más denuncias porque -dicen- “en los tribunales se verá que nosotros nos ajustamos a la ley”. Desde la Conferencia Episcopal también se recuerda la legalidad de las inmatriculaciones en aras de los acuerdos Iglesia-Estado de 1979 que rigen en España. Pero otras voces como la de Alejandro Torres, catedrático de Derecho Eclesiástico opinan que la Iglesia Católica goza en España de privilegiosmás propios del Antiguo Régimen que no de los que le correspondería en un Estado aconfesional. Batallas legales enfrentan a vecinos e Iglesia Ajenos a los debates legales, los vecinos de la aldea gallega de Ribadulla descubrieron un día que la Iglesia les había dado la espalda. En este caso, el Obispado de Lugo puso a la venta el campo donde se erige la pequeña capilla que ellos han financiado con sus ahorros o que limpian y conservan. Los vecinos se opusieron a la venta porqué consideran quepertenece al pueblo, el Obispado ha denunciado a los vecinos, que tienen una media de edad de 70 años, y ahora se ven inmersos en una batalla legal. Hasta tal punto llegó la disputa que el Obispado les dejó 4 meses sin misa y ahora han conseguido que les venga el cura cada 15 días.
¡NO DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A ELLOS!
He aquí una pequeña recopilación de algunas de las perlas de tan privilegiadas mentes expresadas públicamente en tiempos recientes.
“La mayor parte de las mujeres que mueren lo son por sus maridos que no las aceptan, las rechazan por no aceptar tal vez sus imposiciones; o por su expareja, o también por el que convivía con ella”
Obispo auxiliar de Valencia Salinas ex obispo de Mallorca
“Está infectado, como el PSOE, del lobby gay, informado ideológicamente por el feminismo radical e infiltrado por el movimiento LGBT ” .
Braulio Rodríguez. Arzobispo de Toledo.
“Hay que quitarle el voto a las mujeres porque últimamente piensan por su cuenta”
Juan Antonio Reig. Obispo de Alcalá de Henares.
“El matrimonio entre una recién nacida de tres días y un hombre de setenta años o de un hombre y un perro”.
Jesús Catalá. Obispo de Málaga.
“Matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella”.
Francisco Javier Martínez. Arzobispo de Granada.
‘Hay menores que desean el abuso e incluso te provocan’
Bernardo Álvarez. Obispo de Tenerife
“La ideología de género no es sino una metástasis del marxismo”.
José Ignacio Munilla. Obispo de San Sebastián.
“La fecundación in vitro es “un aquelarre químico de laboratorio”.
Demetrio Fernández. Obispo de Córdoba.
“¿Esta invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio? ¿Dónde quedará Europa dentro de unos años?”
Juan Antonio Reig. Obispo de Alcalá de Henares.
Munilla asegura en un libro que las mujeres son “cíclicas”, y advierte de que los procesos hormonales de estas pueden hacer que les dé “por la limpieza”
José Ignacio Munilla. Obispo de San Sebastián.
“La Unesco tiene un plan para “hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”.
Demetrio Fernández. Obispo de Córdoba.
HABEMUS PAPAM
Su Santidad el Papa Jose Mari I
JOSÉ MARÍA AZNAR
SERÁ ORDENADO
PAPA DE ROMA
Se desvela una de las incógnitas que más acojonaban a la sociedad española, el otrora presidente del gobierno español, José María Aznar, será proclamado Papa tan pronto como Paco I coja carretera y manta.
Al parecer, en la decisión del cónclave vaticano habrían influido de manera decisiva unas declaraciones hechas por Aznar en que ponía de manifiesto su interés por los niños.
“Cuando José María Aznar dijo que a le gustaban los niños, supimos que compartía el modo de hacer y pensar de la mayoría de sacerdotes católicos”, ha destacado el cardenal Pichabravini, portavoz de la Santa Sede.
Según ha podido saber el diario LA SINRAZÓN, Aznar habría escogido el nombre de José Mari I y se convertiría de este modo en el primer Papa con bigote de la historia. Otra de las novedades que tendría en mente el que fuera presidente español, sería convertir la guardia suiza en una fuerza de intervención bélica cuya función sería la evangelización preventiva de aquellos países “que han caído en la trampa diabólica del Islam”.Asimismo, Aznar ha anunciado “un retorno a los valores esenciales de la Iglesia”. Para ello, ha comunicado la reinstauración de la Santa Inquisición que, con bríos renovados, se encargará de convencer a “la inmigración infiel que asola Europa”.
Así, se recuperarían los autos de fe que los Reyes Católicos popularizaron en su mandato. Aznar, además, ha querido tener un detalle con la ciudad de Valencia. “Será la sede que acogerá la ceremonia de purificación de las almas infieles”, (la tradicional quema de brujas, golfas y masones), una tradición parecida a las fallas cuya participación estará también abierta moriscos y judíos. “Para que luego digan que no me acuerdo de los inmigrantes”, ha exclamado el futuro Papa a la vez que anunciaba la proclamación del año Mariano el próximo 14 de marzo y la beatificación del candidato perdedor como “Martir de los Reconquistadores”.
Al oírlo, el susodicho ha abandonado recipitádamente la sede del PP en Génova para refugiarse en Santa Pola.
No obstante, algunos sectores del Vaticano han hecho notar su malestar: “Por lo que sabemos Aznar está casado y cualquier Papa que se precie debe ser fiel al sacramento de la abstinencia”. Para disipar estas reticencias, el Opus Dei ha facilitado una fotografía de Ana Botella a los obispos díscolos. “Al verla, han comprendido que el celibato del futuro Papa no corría peligro y han rezado tres Ave Marías por las vicisitudes que ha tenido que pasar Su Santidad para engendrar a sus tres hijos”, afirma Pichabravini. “Además, su humillante e injusta derrota frente al contubernio rojo y separatista en las pasadas elecciones 2004 bien la valdrá un lugar en el Cielo”. P.D.
Ademas, esta garatizada la no dimisión, ya que ningún pepero ha dimitido jamás.
ULTIMO CAPITULO En busca de sus «arraises» Peter viaja a Andalucia
en una aventura llena de misterio y peligros…
Ratzinger Z
El antepenúltimo Papa, antes de Pedro el romano, (Jose I de Repsol), según la profecía de san Duquelaquías.
Vuelve a teñirse de sangre
la bandera de ese dios
de masacres e injusticias
maldecido por su historia
perros rabiosos de un mundo
e hijos de un mal mayor
Aunque Papa Noél acapare todo el protagonismo, todavía están los villancicos, los belenes, las postales, y hasta los décimos de Lotería que nos recuerdan que el motivo de la fiesta de la Navidad es el nacimiento de Jesús. Pero no ocurrió así. Fue cosa del Emperador Constantino El Grande, hace unos 1700 años, que, actuando como lo haría un creativo publicitario de esta época, creyó conveniente hacer coincidir el nacimiento de Cristo con la fiesta pagana más multitudinaria y popular del Imperio Romano, el Festival de la Saturnalia, que celebraba el nacimiento de un “nuevo” Sol. Las Navidades del siglo XXI se van pareciendo cada vez más a aquellas bacanales romanas. La celebración más antigua y universal siempre ha estado centrada en el solsticio de invierno, un término astronómico que se refiere a la posición del sol. A mediados de diciembre, los días son muy cortos (en el Hemisferio Norte) y, después del solsticio, empiezan a alargarse de nuevo. En la antigüedad, imaginaban que el sol se hacía viejo, hasta morir, y que después nacía un niño Sol.
En el antiguo Imperio Romano, la fiesta del solsticio era el acontecimiento social más importante del año y se llamaba Festival de Saturnalia en honor a Saturno, el dios de la agricultura y las cosechas. El Sol Invencible (Sol Invictis) era otro de los dioses favoritos, cuyo nacimiento se celebraba el 25 de diciembre.
Cuando las tareas en el campo se terminaban y llegaba la noche más larga, los romanos se relajaban, colgaban la toga en el armario, se vestían de forma informal y se olvidaban por unos días de las reglas que les oprimían durante el resto del año.
Todo empezaba en el templo de Saturno, con un estupendo banquete (lectisternium) y al grito multitudinario de “Io, Saturnalia”.
El poeta Catullus (84 a.C-54 a.C) decía que eran “los mejores días” y Séneca El Joven (4 a.C-65 d.C) que “toda Roma se volvía loca” durante las fiestas: “La multitud se deja llevar por los placeres”, escribió.Pero, como ocurre ahora con la Navidad, también había quien no quería ni oír hablar del tema: Plinio el Joven (63-113) cuenta que se aislaba en unas habitaciones de su Villa Laurentina: “Especialmente durante la Saturnalia, cuando el resto de la casa está ruidosa por la licencia de las fiestas y los gritos de festividad. De esta forma, no obstaculizo los juegos de mi gente y ellos no me molestan en mis estudios”. Cicerón (106 a.C-43 d.C) también se refugiaba en su casa de campo.
Intercambio de regalos
Los romanos salían a la calle a bailar y cantar con guirnaldas en el pelo, portando velas encendidas en largas procesiones. La Saturnalia era una ocasión para visitar a los amigos y parientes e intercambiar regalos.Lo tradicional era regalar fruta, nueces, velas de cera de abeja y pequeñas figuritas hechas de terracota.Quizás lo más curioso era el intercambio de roles: los esclavos actuaban como amos y los amos como esclavos. Incluso se les dejaba usar las ropas de su señor. Ese trato era temporal, por supuesto. Petronio (396-455) hablaba de un esclavo imprudente que preguntó en algún momento del año si ya era diciembre.
Los hijos también invertían los papeles con sus padres y pasaban a ser los jefes de la casa. Además, cada familia tenía que elegir un Rey de la Saturnalia, o Señor del Desgobierno, que podía ser un niño. Ese “rey de mentira” presidía las fiestas, y se le tenía que hacer caso, por muy extravagantes y absurdas que fuesen sus órdenes.
Excesos con la comida y bebida
Se cerraban las escuelas, los tribunales y las tiendas, se paraban las guerras, se liberaba a los esclavos, y los romanos cometían todo tipo de excesos con la bebida y la comida.
Era la fiesta de la libertad y la desinhibición, y se organizaban juegos, bacanales, bailes de máscaras y espectáculos desenfrenados que estaban prohibidos el resto del año. Los cristianos utilizaban el término saturnalia cuando querían decir orgía.
Las fiestas de Saturnalia comenzaban el 17 de diciembre y su duración varió a lo largo de los años. Cada vez era más larga, como ocurre ahora con la Navidad. Al principio, era un día. A finales del siglo I, duraban una semana. Hubo intentos de acortar las fiestas por parte del Emperador Augusto, pero también hubo quien propuso que se alargaran hasta finales de enero.
25 de diciembre
Al final de la Saturnalia, el 25 de diciembre, se celebraba el nacimiento del Sol —Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invencible)— personificado en el dios Mitra. Aunque el culto a Mitra tenía orígenes persas, se convirtió en la religión dominante en Roma, especialmente entre los soldados.Después del día 25, empezaba el festival de Sigillaria, dedicado, sobre todo, a hacer regalos a los niños: anillos, muñecos de terracota, sellos, tablas de escritura, dados, pequeños objetos, monedas, y, ¡bolsas llenas de canicas! Hay muchos bajorrelieves y documentos que reflejan a los niños romanos jugando a las canicas durante la Saturnalia.Durante estos días, se decoraban las casas con plantas verdes, se encendían velas para celebrar la vuelta de la luz, y se colgaban figuras de los árboles. Pero no metían árboles dentro de casa. Los romanos sólo adornaban los que estaban plantados en la tierra. La tradición del árbol de Navidad tiene sus orígenes en el siglo XVI.
Cristianismo legalizado
Hacia la época del Emperador Constantino I (272-337), el cristianismo había avanzado muy poco y Roma era predominantemente pagana. El mitraísmo era la religión dominante y el cristianismo era ilegal. Pero Constantino I cambió las cosas después de tener una visión, antes de una batalla, en el año 312.
Se dedicó a favorecer el cristianismo, sin dejar de rendir culto a los dioses paganos de Roma.
Por ejemplo, uno de los dioses romanos más populares era el Deus Sol Invictus, y los romanos lo adoraban un día a la semana, el Dies Solis (como en inglés, “sunday» = «día del sol”). Constantino, que era sumo sacerdote en el culto al Sol Invictus, decretó que ese día fuese también jornada de descanso y adoración para la cristiandad
En el año 321, Constantino legalizó el cristianismo, y declaró que el día del “nacimiento del sol invencible”, que se celebraba el 25 de diciembre, debía ser considerado como una nueva fiesta cristiana para celebrar el nacimiento de Cristo.
Con estas tácticas, no se alteraba el calendario romano, y las tradiciones paganas se fueron adaptando al cristianismo. En el 350, el papa Julio I reconoció oficialmente el 25 de diciembre como la Fiesta de la Natividad.
Distintas opiniones
La Navidad llegó a Egipto hacia el año 432, y a Inglaterra al final del siglo VI. Alcanzó los países nórdicos a finales del siglo VIII. En la actualidad, los cristianos occidentales lo celebran el 25 de diciembre pero los ortodoxos lo hacen el 6 de enero, basándose en las referencias de un académico griego, Clemente de Alejandría, que a su vez escribió sobre otro maestro griego,
Basillides, que dijo que Jesucristo nació el 6 de enero. Clemente se refiere a la Fiesta de la Epifanía, que en España se celebra como el Día de los Reyes Magos.
Los primeros estudiosos cristianos, como el teólogo Orígenes (185-253), condenaban la celebración del nacimiento de Cristo “como si fuese un faraón”. Decía que sólo se festejaba el nacimiento de los pecadores y no de los santos. Hoy, algunos grupos fundamentalistas, como los testigos de Jehová, no celebran la Navidad, por su origen pagano. Tampoco los cumpleaños, dicho sea de paso.
¿Cuándo nació Jesucristo?
Parece bastante claro que Jesucristo no nació en diciembre. Es muy improbable que los pastores durmiesen con sus ovejas a la intemperie en diciembre, cuando las temperaturas en Judea caían hasta bajo cero y era época de lluvias.
Se ha especulado con muchas fechas: el 16 de mayo, el 9 o 20 de abril, el 29 de marzo, pero es algo imposible de averiguar con certeza. Hay gente dedicada a investigar la Biblia, como los de ASK (Associates for Scriptural Knowledge), de Wisconsin. Una de sus últimos estudios asegura que la Estrella de Belén que guió a los tres Reyes Magos —probablemente, una conjunción de Venus y Júpiter— ocurrió el 17 de junio del año 2 a.C. Para entonces, Jesús debía tener entre 0 y 2 años. Así que, según esta aproximación, Jesús pudo haber nacido en algún momento entre los años 4 a.C. y 2 a.C.
¡Haz lo inesperado!
Todavía hoy, muchas culturas celebran el solsticio de invierno. Para los pueblos indígenas, como aimaras, quechuas, rapanui y mapuches, la llegada de estas fechas coincide con la tradición de agradecer por el año anterior y pedir al padre Sol que retorne con mayor fuerza después de su retiro invernal.
La Saturnalia y las fiestas en torno al solsticio de invierno trataban de la familia, la fertilidad, el cambio, la renovación, la protección, el nuevo ciclo. Diciembre siempre has sido una época para la rebelión, la celebración, la esperanza. Sería una buena idea adoptar algunas de esas tradiciones paganas que se han perdido por el camino. Por ejemplo, el intercambio de papeles: con los niños, con los empleados, con los alumnos,… Frances Bernstein, en su libro Classical Living: Reconnecting with the Rituals of Ancient Rome, dice: “¡Agita las cosas un poco! ¡Haz lo inesperado! Porque estas acciones pequeñas recuerdan el espíritu de la Saturnalia y tienen importancia religiosa, al conectarnos directamente con la Naturaleza”.