

Lorca, en su obra, busca definir el carácter de Mariana entre el amor y la libertad. Ya condicionado por la misma sociedad, el personaje de Mariana es inducido a bordar la bandera debido al amor que siente por Don Pedro de Sotomayor. “En la bandera de la Libertad / bordé el amor más grande de mi vida” hará decir al personaje al momento de entrar en la capilla para esperar su muerte.
Ella es a la vez la mujer, Marianita, que da todo su amor por el amor mismo, entregada a su amado Pedro, y también el personaje histórico, Mariana de Pineda, que muere por su honor, por no traicionar a sus compañeros, encarnando los ideales de esa lucha liberal y convirtiéndose en heroína.
Lorca quería mostrar estos dos lados en la figura “Uno amplio, sintético, por el que pueda deslizarse con facilidad la atención de la gente. Al segundo – el doble fondo- sólo llegará una parte del público”. (García Lorca. Federico, 1980)
Es lo más destacado de este personaje el cambio que atraviesa, al tomar conciencia de su muerte, al dejar su pasión amorosa de lado, y su ira por ser traicionada por los liberales que huyen. Mariana Pineda decide convertirse en esa misma Libertad tan anhelada por Pedro, volviéndose una metáfora que Federico plasma con gran énfasis en un apasionado monólogo final. Exaltando en este final -como lo hará a lo largo de su obra con otros personajes femeninos- cualidades como la valentía y el coraje, encarnados en estas éstas mujeres que a pesar de ser quienes supuestamente no tienen voz, serán quienes tendrán en última instancia, la iniciativa y la determinación.