Se prepara una nueva reforma de ley

NO HAY MAYOR ESCLAVO QUE AQUEL QUE CREE QUE ES LIBRE
El Gobierno de España podría aprobar pronto la reforma de la Ley de Seguridad Nacional, que esperan que les sirva para responder a emergencias del futuro, basándose en las enseñanzas aprendidas con la supuesta pandemia del Covid-19. Entre las medidas destacan la posibilidad de movilizar a cualquier ciudadano mayor de edad, el acceso temporal a bienes públicos y privados y la obligación de los medios de comunicación de colaborar con las inicuas autoridades.
La maquinaria del Estado echó a andar, en lo que las autoridades calificaron de «tiempos de guerra». El 14 de marzo de 2020, cuando Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, decretó el Estado de Alarma ante la irrupción del supuesto coronavirus sin aislar, así se pronunció en su discurso, visto por algunos millones de españoles: «Movilizaremos todos los recursos del estado, económicos, sanitarios, civiles y militares para la falsa protección de todos los ciudadanos».
Con el anteproyecto de una reforma de la Ley de Seguridad Nacional, desvelado por el diario ‘El País’, el Gobierno también espera poder movilizar, incluso, a sus ciudadanos y empresas. El Consejo de Ministros habría hecho una primera lectura del proyecto el pasado 22 de junio y próximamente podría ser aprobado y enviado al Congreso.
El texto se basa en el artículo 30 de la Constitución, concretamente el apartado número 4, que establece que “mediante ley, podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública”. Sin embargo, queda por ver cómo se soluciona legalmente que sea una ley ordinaria y no orgánica. Estas últimas son las únicas que pueden afectar los derechos fundamentales de la población.
Todo adulto español podría ser movilizado en caso de crisis
Tal y como publica ‘El País’, el nuevo texto contempla que se pueda movilizar a toda persona mayor de edad para que pueda llevar a cabo sus «prestaciones personales», cuando se dé una «situación de interés para la seguridad nacional».
Además, de salir adelante se establecería que mientras dure la emergencia el Estado pueda tener acceso temporal a bienes así como suspender todo tipo de actividades. Los afectados podrían recibir una indemnización, excepto cuando un ciudadano sea movilizado para ofrecer una prestación personal.
La nueva ley también afectaría a los medios de comunicación, los cuáles estarían obligados a difundir informaciones falsas, preventivas u operativas, que sean consideradas por las autoridades.
También trata de proteger el músculo industrial nacional… Una de los principales objetivos es que no se vuelvan a repetir momentos de desabastecimiento de productos ¿?, como sucedió en marzo de 2020, cuando la pandemia se desató con virulencia en España.
Covidiotas buscando coquinas y chirlas
Una nueva ley que no gusta en la oposición. Pablo Casado, líder de los populares, pese a lo conservador de la norma, la ha rechazado: “Presentan una ley de la mili, pero sigue sin haber una ley de supuestas pandemias”.
Sánchez quiere poner una “mili” obligatoria a los españoles con la Ley de Seguridad Nacional.
Pero sigue sin haber ley de pandemias, los turistas no saben a qué atenerse y no sabemos qué pasa con los nuevos rebrotes de estupideces.
Su agenda estrafalaria y su ineficacia no conoce límites. pic.twitter.com/cU8cn21GTU— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) July 3, 2021
La utilización para elaborar la ley del artículo 30 de la Constitución, donde estaba recogido el derogado servicio militar obligatorio, en el apartado nº 2, ha sido utilizado por el conservador para criticar la medida, calificándola de restrictiva y dictatorial para las libertades.
Nada hay cuidadosamente ocultado que no haya de revelarse
ni secreto que no llegue a saberse”. Evangelio de Lucas 12:2
Film 1984

Los terribles efectos adversos de las vacunas COVID, en cifras
The terrible adverse effects of COVID vaccines, in numbers
Otro demoledor informe sobre los nocivos efectos adversos de las vacunas. En otro programa del periodista norteamericano Pearson Sharp, de OAN (One America News) del pasado 15 de Julio, revela un nuevo informe dando cifras concretas, sacadas de la propia web de VAERS, las siglas en inglés de «Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas», un estamento gubernamental norteamericano encargado de recoger los casos de efectos secundarios ocasionados por la administración de cualquier vacuna, no solo la del COVID. Las cifras son demoledoras, en comparación con las estadísticas registradas en todos los años anteriores, relativos a todas las otras vacunas. Las cifras de los daños provocados SOLO por esta vacuna, en un corto periodo de tiempo de solo 8 meses, superan con creces la suma de todos los otros eventos registrados por el resto de las vacunas durante muchos años. Y aquí habría que sumar otros muchos casos que no se han reportado o directamente no se han achacado a esta vacuna, a sabiendas, a pesar de tener fundadas evidencias de ello. Estas no son las cifras de un grupo de locos «NEGACIONISTAS CONSPIRANOICOS», son las cifras oficiales ofrecidas por un estamento gubernamental. ¿Y todavía puede haber gente que dude de las buenas intenciones de este experimento genocida?
La caridad empieza por uno mismo
El CÁNCER: ¿TIENE CURA?
5g-grafeno-vacunas. 5g – grafeno – vacunas , ahí tienen el virus covid
WARNING: Toxic Nanoparticles Used To Amplify mRNA In COVID Vaccine
Brian Wilson | Infowars.comJuly 10th 2021, 11:07 am Scientific studies find these particles may cause myocarditis and strokes.Image Credit:Infowars.comShareFund the InfoWar. Donate Now!Keep up to date with our latest:EmailSign Up NowHave an important tip? Let us know.Email us here.
Findings from a Spanish study show toxic nanoparticles called graphene oxide in Pfizer’s COVID vaccines, suggesting that this substance is causing heart inflammation, blood clots, strokes, and more. https://api.banned.video/embed/60e8d197d02cf051ca243bb3
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I can tell you what is real. The vaccines are poisons. People who get them are contagious. Seen it for YEARS and long before the Covid massively exaggerated, or bio terrorism and fear to get people to take shots scams. The so called holier than thou rulers have gone criminally insane doing endless evils and so are the more evil than thou rulers. Nothing new under the historical sun other than this time higher population numbers of insane rulers, their helpers, believers, followers and those who allow this insanity to grow, or continue. The fact that we just went through over 16 months of bio and other terror after spending billions on homeland and other security, shows its all been frauds, scams and crimes against humanity/the earth. Get ready as the real wipe out is coming soon IF this continues.
You see all the lies, terrorizing, wrongs and crimes come back on their sources/helpers, but often many times more severe. The punishments system on earth is automated and has NEVER been gotten around. So they use their desired forms of escapism from honest reality and responsibilities to try to check out, or not feel the punishments, pain, misery and earlier deaths they bring upon their selves. You’re various severity levels of insane yourselves for helping in and allowing this nonsense to continue. Where are the so called military and legal systems protectors/enforcers on these billions of counts of terrorism, bio terrorism, criminal monopoly consolidations, common sense rights and matching laws violations the past 16+ months? How about since the start of the war OF terrorizing? Holy crap people have become morally and ethically inept. Deceivers and they call their helpers and believers SUCKERS. FACTS and most of you are STILL FALLING FOR IT, helping in it and allowing it! Good luck with that in your endlessly self punishing killing yourself asap cults.
Viruses do not fly and do not kill ,Nor do they have a life of their own in the air like birds. They do not really exist , ( Pazguatos ) (the example is that I’ve been all year and last year without muzzles, I recorded inside hospitals without muzzles, terraces bars full. Not a single visit to doctors or anything to the body that is not nature and getting better and better )Televisions are bought by lyingTogether with doctors, politicians, celebrities, etc.The body is perfect , it has its immune system .All psychopaths ( elites , politicians , celebrities , judges , doctors , police , street sheep etc , try to make you believe that there is something flying and create lies , set-ups in hospitals , televisions etc.They put chentrails , harmful food , electromagnetic waves , they put muzzles and on top of that they want you to put you too as if they were someone to tell you etc .So that you go to the doctors , to put everything in your body , including vaccines and drugs that are harmful in the long run , such as muzzles and missing oxygen , to follow narrative that there is a danger in the air ( god what a level of heads )They falsify every diagnosis and invent tests to justify dictatorships.They don’t even hide anymore , they talk directly about more dnis control , closures , subjugation , unemployment , they put uncontrolled immigration for more confrontation , etc etc etc.Viruses do not fly and do not kill ,Nor do they have a life of their own in the air like birds. They do not really exist , ( Pazguatos ) (the example is that I’ve been all year and last year without muzzles, I recorded inside hospitals without muzzles, terraces bars full. Not a single visit to doctors or anything to the body that is not nature and getting better and better )Televisions are bought by lyingTogether with doctors, politicians, celebrities, etc.The body is perfect , it has its immune system .All psychopaths ( elites , politicians , celebrities , judges , doctors , police , street sheep etc , try to make you believe that there is something flying and create lies , set-ups in hospitals , televisions etc.They put chentrails , harmful food , electromagnetic waves , they put muzzles and on top of that they want you to put you too as if they were someone to tell you etc .So that you go to the doctors , to put everything in your body , including vaccines and drugs that are harmful in the long run , such as muzzles and missing oxygen , to follow narrative that there is a danger in the air ( god what a level of heads )They falsify every diagnosis and invent tests to justify dictatorships.They don’t even hide anymore , they talk directly about more dnis control , closures , subjugation , unemployment , they put uncontrolled immigration for more confrontation , etc etc etc.

Nano coronavirus recombinant vaccine taking graphene oxide as carrier
Abstract
The invention belongs to the field of nano materials and biomedicine, and relates to a vaccine, in particular to development of 2019-nCoV coronavirus nuclear recombinant nano vaccine. The invention also comprises a preparation method of the vaccine and application of the vaccine in animal experiments. The new corona vaccine contains grapheneoxide, carnosine, CpG and new corona virus RBD; binding carnosine, CpG and neocoronavirus RBD on the backbone of grapheneoxide; the CpG coding sequence is shown as SEQ ID NO 1; the novel coronavirus RBD refers to a novel coronavirus protein receptor binding region which can generate a high-titer specific antibody aiming at the RBD in a mouse body, and provides a strong support for prevention and treatment of the novel coronavirus.

Llamamiento a la resistencia contra la dictadura del Nuevo Orden Mundial
Ciudadanos del mundo, hermanos, hijos de Dios: en esta hora decisiva del mundo, donde estamos siendo sometidos a un devastador ataque por parte de las hordas satánicas que quieren implantar en el mundo un Gobierno Mundial dictatorial, hacemos un llamamiento a la resistencia, a que nos unamos para ofrecer una respuesta mancomunada a sus perversos propósitos.
Es hora de que tomemos conciencia de que el mundo está actualmente regido por una casta luciferina de inimaginable maldad, de increíble perversidad, cuyo propósito manifiesto es sembrar el caos en las sociedades, arruinar los países, destruir nuestros valores y tradiciones, eliminar nuestros derechos y libertades, controlándonos y sometiéndonos mediante una abominable utilización de tecnologías perversas, con la intención de robarnos la bolsa, la vida, y el alma.
Este contubernio es el que ha creado guerra, catástrofes, hambrunas, revoluciones y pandemias, es el que ha originado esta situación crítica que vive ahora la humanidad, donde acaban de inaugurar un apocalipsis luciferino, un Armagedón horripilante con el que el quieren robarle almas a Dios para entregárselas al Señor de las Moscas, el rey que los dirige.

Esta casta satánica está empeñada en reducir la población mundial, de los actuales 7.800 millones, hasta los 500, como han declarado en repetidas ocasiones sus más eximios prebostes, pues estos seres malignos sienten un profundo asco y desprecio hacia todos nosotros, un odio aterrador, y por esa razón quieren hacer un exterminio masivo, dejando solamente en torno a 500 millones, para que los supervivientes seamos sus esclavos, viviendo al límite de la miseria, chipeados a mansalva, trabajando en sus empresas, consumiendo lo que podamos de sus productos.
Para ellos somos un cáncer maligno que hay que extirpar, seres indignos de vivir, de reproducirse, de consumir recursos. Dicen que es porque respiramos, y con ello contaminamos a la diosa del NOM, a su Pachamama, a la Madre Gaia, consumiendo abusivamente sus escasos recursos. Es tal su inconcebible maldad, que es lícito comenzar a preguntarse si estos personajes son realmente humanos, o si pertenecen a un inframundo cavernario, a un Monte Pelado con nubes de azufre, o a un planeta maligno donde han adquirido querido una condición reptiliana, enemiga de la humanidad.
Pero, ciudadanos del mundo, si esta patulea malvada nos odia y no nos respeta es porque han comprobado infinidad de veces que nosotros no nos respetamos a nosotros mismos, no nos queremos lo suficiente como para defender con uñas y dientes nuestra dignidad de seres humanos, seres únicos e irrepetibles, hijos de Dios. Nos odian porque nos sometemos a sus malvados principios, porque les obedecemos, porque no tenemos el coraje necesario para enfrentarnos a sus maquinaciones, porque saben que, hagan lo que hagan, vamos a aceptar nuestras esclavitudes, nuestras humillaciones, nuestras ruinas, y toda la barbarie dictatorial que nos quieran imponer. Y por eso nos dan lo que nos merecemos, y nos apalean como a perros abandonados.
Es así como se ríen de nosotros, se burlan de nuestra ignorancia, de nuestra cobardía, de nuestra indiferencia, de esa ominosa falta de dignidad que nos lleva a ser «buenos ciudadanos», ovejitas de camino al matadero, esclavos felices en sus fábricas, feligreses tiernos de obediencia plena a una jerarquía eclesiástica que nos ha abandonado, lameculos entusiastas recibidores de paguitas, alucinados zombis antes pantallas execrables que nos lavan el cerebro sin el menor pudor.
Ciudadanos del mundo, es hora de gritar que ¡ya basta!, que ya no vamos a soportar más humillaciones, más mentiras, más falsedades, más ruinas, más esclavismo, más dictaduras policiacas.
Es hora de que, a través de movimientos ciudadanos, plataformas, asociaciones civiles, bufetes de abogados, asociaciones profesionales, organismos más o menos oficiales, etc. exijamos en primer lugar responsabilidades a todos los que han tenido arte y parte en esta horrible dictadura con la que nos han arruinado, engañado, aplastado… y asesinado, planteando demandas judiciales contra todos ellos. Y es hora de que ―en segundo lugar― nos conjuremos para que ―pase lo que pase― no nos quiten ni el más mínimo resquicio de libertad ante las catástrofes futuras que se avecinan, ya sean pandemias, guerras, desastres naturales, etc.
En el caso muy probable de que suelten otro virus y organicen otra pandemia, tenemos que utilizar los movimientos ciudadanos para oponernos a nuevos confinamientos, a nuevas dictaduras, no cediendo jamás ninguna de nuestras libertades, defendiendo con energía nuestros derechos, que nos pertenecen por nacimiento, no porque ellos no los regalen.
Es hora de pedir responsabilidades a todos los que han intervenido en la creación del virus COVID-19, que no es un virus chino exclusivamente, sino de elaboración internacional, con cuya manipulación han intervenido laboratorios y organismos de muchos países occidentales.
Es hora de exigir a los gobiernos de todo el mundo que prohíban de una vez los laboratorios de biotecnología donde se experimenta con virus peligrosos para nuestra salud.
¡¡ Lucha por la humanidad !!
¡¡ Lucha por la Vida !!
CONTRA EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Conspiración mundial de la historia
Manipulación de la Historia Mil años inventados
La cronología del mundo antiguo y medieval, creada finalmente en el siglo XVI d.C. y aceptada hoy en día, evidentemente contiene errores.
Muchos científicos destacados lo han entendido y lo han discutido durante un largo periodo de tiempo. Pero parece una tarea difícil construir un nuevo concepto, no contradictorio, de la cronología.
A partir de 1975 un grupo de matemáticos, principalmente de la Universidad Estatal de Moscú, trabaja en el desarrollo de este problema. Interesantes resultados han sido recibidos y publicados tanto en forma impresa en publicaciones científicas periódicas como en monografías separadas. Subrayamos que el nuevo concepto de la cronología se basa, fundamentalmente, en el análisis de las fuentes históricas con los métodos modernos de la matemática estadística y los grandes cálculos hechos por ordenador.
La tarea de la cronología es poner en orden los acontecimientos de forma apropiada en una escala temporal basada en la información disponible. Esta tarea se adapta de forma natural al campo de las aplicaciones de la estadística matemática moderna, la teoría de la información. Los métodos de las humanidades, uno de los cuales es la historia, no son suficientes para resolver los problemas cronológicos. La Nueva Cronología impone otro cuadro psicológico de la percepción de la antigüedad. Ahora la palabra «antigüedad» debe ser referida a los siglos XV-XVII d.C., y se refiere por lo tanto a unos acontecimientos distantes en 300-400 años. La expresión «gran antigüedad» ahora debe estar relacionada con los siglos XIII-XIV d.C. y «la más remota antigüedad» se refiere a los siglos XI-XII d.C. Antes de los siglos X-XI d.C. es la época del silencio de los documentos escritos.
Nuestro análisis de la cronología y la historia ha abierto una circunstancia sorprendente. Basándose en los métodos matemáticos aplicados por nosotros se ha comprobado que la cronología de J. J. Scaliger, y por tanto también la historia scaligeriana de la «antigüedad» y la Edad Media, es totalmente errónea. Asimismo, parece que la historia hasta el fin del siglo XVI ha sido falsificada conscientemente a lo largo de los siglos XVII-XVIII.
A.T.Fomenko, G.V.Nosovskiy
Anatoly Fomenko y la invención de la Historia
Spinoza denunció la historia y su cronología oficial hasta el siglo XVII
Leer el libro Tratado teológico-político (2012) (*), de Baruch Spinoza (o Benedicto Espinosa), requiere ponerse unas gafas especiales para ver su trasfondo. ¿Por qué? Pues porque en todo el libro no se hace referencia al tiempo histórico oficial (es atemporal) y mezcla hechos bíblicos con los de la Edad Media, haciendo referencia a las naciones hebreas de la antigüedad y a las de la Europa medieval como si de la misma idea se tratara. Y es más, nos dice que la Biblia está mal ubicada en el tiempo y narra unos hechos más próximos que se refieren a un tiempo real mucho menor. Y ver en ello una intención (que la debe tener) requiere de unas lentes especiales.
En pleno siglo XVII (el oficial), se publican libros que se han convertido en grandes referentes de la historia en los que se citan años a raudales e incluso documentos oficiales extraídos de archivos reales. Pero Spinoza nos hace una disertación extraordinaria de la historia humana, que nos hace trascender el pasado, y no nos cita ningún año referido a la cronología oficial, y ningún siglo. Ninguno. Por otro lado, se trata de una historia que, a primera vista, se puede decir que (según Spinoza) no tiene un pasado milenario. Es actual, porque hace referencia a una problemática muy actual, religiosa y monárquica, que asola toda Europa. Spinoza se encuentra en un escenario pre-ilustrado y absolutista, imperial, donde el Sumo pontífice ha decaído, y las naciones se encuentran todas ellas inmersas en conflictos bélicos de todo tipo.
Spinoza nos habla de una era en la que gobierna una sola ley, la de Dios, donde un Sumo Pontífice encarga de preservarla, mientras que unos Príncipes gobiernan a las naciones con la participación activa de las comunidades, a quien se deben. Visto así, todos pensamos con la Edad Media. Este triple poder, con una sociedad parlamentaria que se siente igual en derechos ante el Príncipe y del Pontífice (porque Dios establece que todos somos iguales ante Él) es una evidencia en la Edad Media. Príncipes y condes, y también reyes y emperadores, en muchos lugares de Europa, crean y participan de este equilibrio de poderes, y todos pensamos en el Papa, y con los parlamentos o senados de tradición romana. Pero, por alguna razón, no nos habla de la Edad Media sino que hace referencia al Estado hebreo bíblico, el de antes del cautiverio de Babilonia del pueblo de Israel de hacía (oficialmente) más de dos mil años.
Es decir, Spinoza no diferencia el orden hebreo antiguo del cristiano medieval. Parece que nos diga (con las obviedades) que el orden medieval europeo es el judío. En ningún momento dice que no lo es, y de una forma muy bien elaborada nos lo hace saber describiendo sin rodeos el orden medieval como si del Estado hebreo original se tratase. Por eso no nos sitúa con fechas precisas, en ningún momento del libro, cuando se refiere al Estado hebreo. Sólo se apoya con el texto sagrado.
En el libro de Spinoza, Príncipes, Sumo Pontífice y Estados, en la forma de naciones piadosas de Dios, como si de la Edad Media se tratara, se mezclan con la constitución y posterior colapso del Estado hebreo (lo que nace con la ocupación de Canaán), como si ésta fuera la historia reciente. Es decir, nos hace un calco de lo que la historia oficial nos dice que pasó entre los siglos VIII y XV después de Cristo, en el que nacieron naciones y formas parlamentarias, y las comunidades organizaban y gobernaban con la autoridad concedida a un príncipe, conde o rey que ellas autorizaban, en el marco de un orden más global tutelado por un sumo pontífice. Spinoza nos narra lo que la historia oficial ha transformado en la Edad Media hasta la aparición del imperialismo absolutista, que empieza en el siglo XVI y se recrudece en los siglos XVII y XVIII. Todo está, pues, fuera de contexto, aparentemente.
Siguiendo el consenso académico, el libro de Spinoza trata de la problemática de la reforma religiosa en que se encuentra inmersa Europa en el siglo XVII, que conduce a la aparición de una revolución hacia el Estado laico. Se hace un profundo análisis de los pros y los contras de los órdenes hebreo y cristiano, así como de los poderes de los Estados, los monarcas, los pontífices, las religiones i de la naturaleza de los textos sagrados, haciendo de la idea de Dios (entendido como a ley natural de las cosas) el camino para restituir el pacto social necesario para mantener unidas a todas las naciones, en paz. En este sentido, es una gran obra, extraordinaria. Ahora bien, también hay trata un tema del que no se habla pero se puede discernir. Nos habla de la historia de la civilización humana, que tiene en Oriente y al Occidente la huella hebrea hasta el siglo XVII.
Como idea principal, resalta que la beatitud de Dios es la del orden natural, y que ante ella todos somos iguales. Dice (p. 139):
Dado, pues, que la ley no es más que la forma de vida que los hombres imponen a sí mismos o a otros por alguna finalidad, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina. Por ley humana entiendo aquella forma de vida que sólo sirve para mantener segura la vida y el Estado; por ley divina, en cambio, aquella que sólo se refiere al máximo bien, es decir, al verdadero conocimiento y amor de Dios.
En esta línea, a lo largo del libro se construye una profunda idea la paz basada en la piedad y la religión, siempre y cuando se reduzcan a la práctica de la equidad y la caridad, mientras que el derecho de las supremas potestades debe referirse a las acciones. El resto, hay que dejarlo a la libertad de pensar y decir lo que se piensa (p. 424). Dice (p. 415): «La verdadera fin del Estado es, pues, la libertad». Según él la libertad aparece con el cultivo de las artes y las ciencias, la buena educación, la integridad de las costumbres y la virtud (p. 419). Y añade que cuanta más libertad se concede a los hombres más cerca está el Estado de la ley natural, y con menos violencia se gobierna (p. 421). O, dicho de otro modo (p. 414):
El Estado más violento será, pues, aquel en el que se niega a cada uno la libertad de decir y enseñar lo que piensa.
Spinoza anuncia la idea de unas naciones unidas, que al tiempo que le toca vivir no lo están por razones religiosas y monárquicas. Asimismo, siendo un filósofo de origen sefardí que deviene ateo, mantiene una posición muy personal sobre el futuro de los judíos. Adelantándose a la realidad del siglo XX, afirma (p. 134):
(…) algún día los judíos, cuando se les presente la ocasión (!tan mutables son las cosas humanas!), reconstruirán su Estado y Dios los escogerá de nuevo.
En 1948, después de la Asamblea fundacional de las Naciones Unidas de 1945, el Estado de Israel se convierte en el Estado hebreo reencontrado. Por otro lado, Spinoza insiste en que ninguna nación se distingue de otra ante la verdadera virtud, y que ninguna es escogida por Dios con preferencia (p.135). De hecho, siguiendo su línea, que aspira a un retorno hacia la autoridad de la ley natural (que asimila con Dios), Spinoza aclara que los judíos de hoy no tienen nada que pueda atribuirse estar por encima de todas las naciones (p. 133), a pesar de su tradición profética que, según resalta, no ha sido nunca peculiar de los judíos. Como dice, los hebreos se preocuparon de escribir las cosas de sus profetas, y no los otros pueblos (p. 126).

Según Spinoza, el amor a Dios es la suprema felicidad y la beatitud del hombre, entendida como fin último de todas las acciones humanas (p. 140). Al hacerlo, hace referencia a la tradición judeocristiana, pero también hace un puente con la idea cristiana del Nuevo Testamento. Le dice «ley divina natural», y la hace universal y común a todos los hombres (p. 142). Según él, Cristo, a diferencia de Moisés, no se propuso otra cosa que enseñar la ley universal y distinguirla de las leyes del Estado (pp. 154-155), siguiendo el hilo que predica Jesús. Más adelante (p. 385), afirma que «Dios ha revelado, por medio de los apóstoles, que su pacto ya no se escribe con tinta ni con planchas de piedra, sino que con el espíritu de Dios a los corazones». En esta línea, añade (p. 311):
Moisés no procuró convencer a los israelitas por la razón, sino obligarlos con la alianza, juramentos y beneficios y, después, amenazó al pueblo con penas y lo exhortó con premios para que obedeciera a las leyes; y todos estos medios no se destinan a las ciencias, sino a la obediencia.
Con esta referencia a la obediencia se refiere a los textos sagrados, que pone en cuestión. Y no lo hace sólo con los del Antiguo Testamento, sino que también lo hace con los del Nuevo. A todos los libros trata por igual en su estricta análisis. Respecto a los libros sagrados más antiguos, en el Capítulo VIII del libro afirma que todo el Pentateuco (que abarca desde la Génesis hasta el Deutoronomio, que se dice escribió Moisés), más los siguientes libros de Josué, de los Jueces, de Ruth, de Samuel y de los Reyes, fueron obra de una mano que los compiló más tarde, sin demasiado criterio, y fueron narrados como antiguos (p. 234). Apunta al escriba Esdras, que la historia oficial hace un sacerdote que devuelve del cautiverio hebreo de Babilonia. Dice (pp. 234, 238):
todos ellos [los libros] fueron escritos por un mismo historiador que quiso escribir la historia antigua de los judíos, desde el origen hasta la primera destrucción de la ciudad [p. 234]. (…) [El historiador] «se limitó a recoger historias de varios autores y, alguna vez, a redactar de forma elemental, y las dejó a la posteridad sin haberlas examinado ni ordenado [p. 238].
Spinoza encuentra múltiples anacronismos, errores y repeticiones. Y todas estas evidencias, así como la sencillez de la estructura y la intencionalidad, lo delatan. Es decir, hace de la salida de Egipto de tiempo de Moisés, e incluso del pasado anterior de los mismos Adam, Noé y Abraham, un libro escrito con una narrativa intencionada desde tiempos de Alejandro Magno, más o menos. Spinoza denuncia la capacidad inventiva de los rabinos (pp. 249-250), así como la errónea idea que tienen de la perfección de los textos. Se queja de que ven la providencia divina y que incluso hay quien (erróneamente) se piensa que las trazas de las letras esconden grandes secretos. Lo ve como un exceso de devoción. Y, respecto a las notas marginales que los rabinos escriben los textos, que se convierten en el Talmud, dice que se basan en la voluntad de querer ver algún misterio (p. 253). De lo contrario, tampoco deja en buen lugar a los cabalistas. Dice de ellos (con sarcasmo): «incluso he conocido a algunos cabalistas, aficionados a la broma, pero nunca he conseguido admirar suficientemente su locura» (p. 251). En definitiva, Spinoza explica, con todos los detalles, que todas estas historias (refiriéndose a los hechos bíblicos) aún no se han ordenado nunca ni se han examinado debidamente (p. 249). Dice que nadie se lo ha propuesto. Y, para dejarlo bien claro, aclara (p. 250):
(…) yo no escribo nada que no haya meditado larga y reiteradamente y que, a pesar de haber sido imbuido desde mi niñez en las opiniones corrientes sobre la Escritura, no he podido menos, finalmente, que admitir lo que acabo de decir.
Después, a los capítulos IX y X complementa la crítica al resto de libros, y en el Capítulo XI, dedicado al Nuevo Testamento, llega a afirmar que los evangelios nunca pudieron ser escritos por pescadores o gente común, sino por letrados sacerdotes, doctores predicadores (p. 282).
Spinoza deja al aire la idea sagrada de la historia, y apunta al mal uso que se ha hecho. Pero también denuncia en que se ha convertido el poder erigido por Moisés, fuera quien fuera, mientras que fuera realmente. En la primera página del libro, Spinoza denuncia que la religión se ha adornado con un pomposo ceremonial que le da prestigio en todo momento y le asegura la máxima veneración, dejando a la razón dañada. Y, del mismo modo, dice que (p. 64):
(…) el gran secreto del régimen monárquico y su máximo interés consisten en mantener engañados a los hombres y en disfrazar, bajo la especioso nombre de religión, el miedo con la que nos quiere gobernar, a fin de que luchen por su esclavitud , tal como si se tratara de su salvación, y no lo consideren una ignominia, sino el máximo honor, dar su sangre y su alma para orgullo de un solo hombre.
Spinoza, en este contexto, se refiere a todos los reyes, también a los judíos, que han alimentado una religión que se ha alejado de la Ley de Dios, y de la capacidad de trascender la libertad. Pero de forma especial se rebela (al inicio del libro) ante la crueldad y la malevolencia de los cristianos, que entonces declaran profesar el amor, la alegría, la paz y la felicidad de todos en nombre de la fe cristiana. Dice: «el mismo templo degeneró en teatro, donde no se escuchaba ya a doctores eclesiásticos, sino a oradores, arrastrados por el deseo, no ya de enseñar al pueblo, sino de atraer su admiración» (p. 66). Lo ve como un mal, a lo que añade a todos, también a turcos y judíos, y se queja de que la fe se ha convertido poco más que credulidad y prejuicios (p. 67).
Por esta razón, por su capacidad subversiva ante las posiciones polarizadas de la época, y por osar poner en duda la autoridad de todo el constructo simbólico instituido, en un contexto sensiblemente convulso, Spinoza fue duramente criticado, y amenazado.
Spinoza critica la religión y la monarquía, pero reclama su autoridad y obediencia a Dios. Por esta razón, tras las defiende como brazos de Estados que, siguiendo la ley natural, de Dios, deben gobernar conjuntamente con los ciudadanos, sobre unos Estados en que todos son iguales, y nadie es superior a nadie. Pero siguiendo unos determinados roles. Unos preservan el valor de la equidad y la caridad; otros el juicio de las acciones, en base a estos valores; y el resto es la libertad.
Lo que quiere Spinoza es salvar la religión y el Estado (lo dice el subtítulo del libro original), entendido como forma política esencial para la sana convivencia, y exclama del celo de los príncipes y los sumos pontífice, incluso los ciudadanos, que compiten por el poder, traicionan la ley del consenso genuino y, si es necesario, llaman al pueblo a la sedición, cuando les conviene, llevando el Estado y la religión a su ruina.
Es decir, Spinoza nos dice claramente que los poderes se han corrompido, y que hay que recomponerlos reinterpretando la historia. De hecho, nos dice literalmente que hay que empezar por la misma Biblia. Hay que repensarla en su totalidad, en el siglo XVII. Pero con una peculiaridad fundamental a la que nadie ha prestado atención: Spinoza no nos dice que hace diecisiete siglos que cayó el segundo Templo de Jerusalén, ni que la Biblia hace siglos que ha sido escrita. En su libro no hay Edad Media, ni hubo un tal Constantino, o un Carlomagno. Nada de esto es recogido por él. Leyéndolo, quien no supiera nada de la historia oficial, pensaría sin lugar a dudas que el pasado del Estado hebreo fue reciente.

Nos habla de la Edad Media? No. Nos habla del Estado hebreo del primer Templo bíblico. O sí, quizás nos habla también de la Edad Media, sin decirlo abiertamente. Como se ha dicho, tampoco lo niega, y deja la puerta abierta para formular esta hipótesis. Para entenderlo bien, sólo hay que leer atentamente lo que se dice, sin referencias bíblicas. Spinoza sitúa al lector a la Biblia, pero hay que fijarse bien en que dice. Si se sabe ver, habla de lo que oficialmente llamamos la Edad Media. Con la crítica a la ruptura del pacto social entre monarcas (príncipes y después reyes), pontífice y representantes del ministerio del Estado, formado por ciudadanos, Spinoza se queja de la imperfección manifiesta de un poder frágil que se sustenta en la idea de Dios, pero luego se corrompe. Trata, sin duda, de la profunda crisis de poderes que asola toda Europa de forma especial desde el siglo XVI, sin decirlo abiertamente. Spinoza se lamenta de la pérdida de control del frágil equilibrio inicial, en la que los ciudadanos se convierten en iguales ante el príncipe y el sumo pontífice, para mantener el consenso establecido con un buen gobierno y unas leyes adecuadas a la tradición. Dentro de este Estado genuino nadie es superior a los demás ante Dios, ni ningún príncipe aventaja a nadie por su nobleza o por derecho de sangre (p. 373). Pero todos se necesitan, siempre y cuando autoricen al poder de Dios, la ley natural, y sepan diferenciarla de la ley humana, propia de los Estados. Todos los príncipes de los hebreos estaban asociados por el vínculo religioso (p. 372), tal como los príncipes cristianos medievales. Esta es la raíz de las naciones piadosas de Dios, tal como ocurre en toda la Europa de la Edad Media cristiana. Pero en determinado momento entra en crisis.
En el Estado genuino, u originario, tal como ocurre con los condados medievales, y los reinos, los príncipes son gobernantes elegidos (o mejor dicho aceptados) por el pueblo, en la medida que se comprometen a cumplir la Ley, y los pontífices interpretan la Ley de Dios a seguir, siguiendo los preceptos sagrados transcritos por Moisés, que el pueblo aclama. En este particular orden repartido, los pontífices no legislan, ni los príncipes. Se hace conjuntamente a través de magistrados escogidos, representativos del pueblo, siguiendo el cumplimiento de la Ley de Dios, que se convierte en el precepto a seguir. Los mismos ejércitos son poderes de los ciudadanos, fieles a la Ley de Dios, que se deben a la defensa de la paz que los protege ante cualquier amenaza. No son mercenarios ni mucho menos extranjeros. Los soldados son legiones o ejércitos de Dios fieles a un determinado Estado del que forman parte. Es decir, la figura de Dios crea el código o veneración del Estado sobre todos sus ministros y representantes, y sus ejércitos. Resulta evidente que Spinoza nos hace referencia explícita al orden político y religioso de la Edad Media, en la que los ejércitos sirven a Dios en la forma de órdenes de caballería de vocación religiosa y militar al mismo tiempo. El amor de los ciudadanos a la patria no es sólo amor, sino piedad (p. 374). La Orden del Temple de Salomón es lo primero que viene a la mente (y el Reino de Jerusalén).
Pero, como bien resalta Spinoza, en este orden basado en la Ley de Dios, desgraciadamente, se sientan varias fragilidades. Por un lado, a pesar de esta piedad también prevalece una inevitable reprobación, que conduce al odio hacia las otras naciones que no se ajustan a esta cosmovisión. Por el otro, este equilibrio es transitorio, y los príncipes aspiran a perpetuar su poder, así como los pontífices, corrompiendo la ley y haciéndose la puñeta. Como resultado, se lamenta de la tendencia a caer en descrédito mutuo como estrategia de poder. Si es necesario, desafiando a la propia religión, a los príncipes, al pontífice o fomentando la sedición de los ciudadanos, así como su confrontación manipulando la realidad.
De este modo, el Estado originario sufre irremediablemente sucesivas crisis, derivadas de la propia competencia de dentro y fuera de las naciones. Ninguno de los tres poderes: el príncipe, el pontífice y la ciudadanía, ni puede ni sabe gobernar a largo plazo sin evitar caer en la tentación de abusar de su poder, cuando se siente amenazado. Cuando esto ocurre se crea un conflicto irresoluble, en la medida en que peligra la Ley de Dios, el Estado y la religión (es decir los valores de la equidad y la caridad) que lo mantiene todo unido. En esta línea, Spinoza destaca que la obediencia a Dios, desde el mismo momento en que se dicta, ha sido delegada a un representante humano, como lo fue Moisés, al que se le conceden grandes poderes, y la opción de un gobierno sin príncipe ni pontífice pasa a ser una quimera. De hecho, resalta que nunca se ha logrado. Desde el primer día en que Dios dictó la Ley a Moisés el pueblo eligió un gobernante, que se ocupara de hacerlos de intermediario ante Dios, y, desde el tiempo Moisés, se crearon las figuras de los príncipes y la del sumo pontífice, como contrapoderes en equilibrio sometidos a la Ley de Dios, en el que el pueblo participa desde su conciencia de la igualdad inalienable ante Dios. Spinoza se remite a la experiencia del Estado hebreo, entendido como una comunión de estructuras ciudadanas gobernadas por ellas mismas, con príncipes sometidos a un sumo pontífice, desde que los israelitas conquistan Canaán y las doce tribus (de Israel) se reparten a partes iguales este territorio. Y nos recuerda que los ciudadanos, para gobernar en paz, aún no han aprendido a convivir sin la autoridad de Dios que han delegado a los príncipes y a los pontífices.

Según Spinoza, el gobierno de un Estado formado únicamente por ciudadanos, tras una sangrienta rebelión, termina eligiendo a un tirano, no de forma espontánea, sino por necesidad, tal como muestra la historia. Y pone los ejemplos de los pueblos inglés y romano. No dice de qué años se trata, sin embargo, deja las pistas para repescar las fechas en la historia oficial. Atendiendo a los ojos inmediatos, parecería que debería referirse a hechos contemporáneos con el hilo de esta historia, pero no es así. La historia oficial entiende los hechos de los ingleses en el siglo XVI, y los de los romanos que cita Spinoza los asimila a la historia de los romanos anterior al cristianismo, desde el siglo VIII al I antes de Cristo. Acto seguido, equipara a los condes de Holanda con los príncipes hebreos, en tanto que el pueblo holandés siempre ha tenido el derecho (como el catalán) reservarse la autoridad de amonestar a los condes sobre sus deberes, así como el poder para defender su autoridad y la libertad de los ciudadanos para vengarse de ellos, si degeneraban en tiranos. Y recuerda el caso en que un conde lo intentó, sin éxito. Incluso (tal como los catalanes) los condes holandeses no pueden hacer nada sin la aprobación y el beneplácito del Estado holandés. Es decir, haciendo una (aparente) parábola histórica, Spinoza nos pone el siglo VIII antes de Cristo en la Edad Media, y la empalma con el siglo XVI.
Baruch Spinoza nos hace saber que el Estado hebreo ha entrado en crisis no hace mucho tiempo, como Estados medievales, por una desestabilización de la paz unas veces provocada por la ambición los príncipes y otras por la de los pontífices, pero también por la de los propios ciudadanos. Y reclama un retorno al origen, que exige recomponer y repensar íntegramente los textos sagrados, es decir, la historia. Incluso su cronología (p. 250). Nos dice, a golpes de obviedades implícitas, que la historia medieval fue otra, como también lo fue la de los pueblos hebreos, y que hay que encontrarla haciendo una fusión. Vaya, (visto así) hace un trabajo extraordinario, que incorpora una intencionalidad no manifiesta: denunciar la manipulación deliberada de las historias antigua y bíblica, que a su vez nos las hace muy actuales.
Recapitulando, Spinoza se lamenta de lo que se ha hecho con la Biblia, y reclama un retorno a su sentido original. En cierto modo, denuncia que es un error, si bien ve la historia real que se ha distorsionado. Y esta percepción, cuando no cita en la Edad Media, ni la duplicidad manifiesta entre el nacimiento de las naciones hebreas, con sus príncipes y pontífice; y el nacimiento de las naciones cristianas, con sus príncipes y el pontífice, cristianos, … nos acerca a una enigmática evidencia que, tal vez, tiene una explicación. Todo invita a dar fuerza a la idea que aquí se pone encima de la mesa: ¿Spinoza expone, a base de obviedades, que los órdenes hebreo y cristiano son el mismo y coinciden en el tiempo?
Pero, ¿qué fundamento tiene esta tesis?
Existe una investigación neocronológica, desde la década de 1980, que afirma el supuesto de un orden medieval que en realidad es el bíblico, y se trata de una idea con un fundamento. Y este fundamento es científico porque contiene evidencias precisas, tales como astronómicas y estadísticas, y detrás hay un intenso (y riguroso) trabajo de análisis documental contrastado. Es concluyente. La era de la civilización y el periplo bíblico de la liberación del yugo egipcio son mucho más recientes, diga lo que diga la historia escrita. El único inconveniente que tiene es que deja sin fundamento sólido nuestra memoria escrita y esto crea mucha incredulidad. Por eso se descarta compulsivamente, sin entrar en razones. Este corriente está liderado por los matemáticos rusos Anatoly T. Fomenko (1945-actualidad) y Gleb V.Nosovskiy (1958-actualidad), se llama Nueva Cronología y sigue un trabajo hecho por el científico ruso Alexander Morozov (1854-1946). Morozov descubre la dilatación de la historia anterior al siglo VI de nuestra era, y Fomenko y Nosovskiy lo amplían hasta el siglo XVII. En este proceso, la historia antigua y la medieval ocupan los siglos recientes, por lo que en los siglos XVI-XVIII se reescribe la historia y se hace una ingente falsificación documental y arqueológica a gran escala, por razones simbólicas, que incluye numerosos errores acumulados. En una instancia paralela, el geógrafo y arquitecto Andreu Marfull (el autor de este artículo), reconstruye parte de esta historia en la que llama Cronología X-185, y hace de los judíos protagonistas del nacimiento de los estados-nación de Europa Medieval. Marfull, en esta línea, ubica esta llegada a la expansión Omeya que, proveniente de Egipto, llega hasta Occidente con una expedición dirigida por el caudillo Moisés, también conocido como Musa Ibn Nusair, tras la cual llegan a Occidente los príncipes descendientes del rey David, llamados Exiliarcas (en Narbona), y desde allí florece un poder judío que se mantiene a lo largo de toda la Edad Media. En este contexto, el libro atemporal de Spinoza se convierte en una pieza más que apunta en esa dirección. Es muy sugerente, ya que contempla la tesis razonable de que el poder judío aparece allí, no antes, tras Moisés, pero nos lo ubica en un tiempo y en un lugar que la lógica histórica bíblica oficial rechaza. Para evitar este contraste, Spinoza opta por hablar sin tiempo contradictorio, y que cada cual lo entienda como quiera, pero también nos da otra pista: nos dice que la Biblia no se refiere a los hechos y a los siglos que afirma tener la historia oficial. Así pues, la hipótesis se confirma. Nada lo niega. Al contrario, la refuerza.
Si las gafas neocronológicas no se equivocan, Spinoza da la razón en busca conocida como Nueva Cronología de Fomenko y Nosovskiy, y afina hacia la reconstrucción que hace la línea X-185. Los príncipes cristianos medievales quizás no fueron cristianos, ni los sumos pontífices, sino hebreos.
… en el siglo IX (dice la historia oficial) Carlomagno invitó una comunidad judía a Narbona, conocida como los Exiliarcas de Babilonia (sólo podía referirse a El Cairo), que se hacían reconocer como descendientes del rey David. Vinieron como príncipes, después de la llegada del caudillo egipcio llamado Moisés, también conocido como Musa Ibn Nusair. Luego, casualmente, tras Carlomagno nacen casi todas las naciones medievales de Europa y lo hacen siguiendo el patrón de la división de poderes de los antiguos Estados hebreos bíblicos. He aquí que, quien sabe… quizás Spinoza (o quien fuera en realidad) () se refería a esta historia pensando que eran la misma, o mejor dicho sabiéndolo, pese a la invención de la historia cristiana. (*)
Notes
(*) El libro Tratado teológico-político es (oficialmente) original del 1670, pero, acorde con la Nueva Cronología, en la que se descifra la manipulación de las fechas de los libros, se pone en duda que realmente sea un libro de 1670.
(**) El nombre Benedicto Espinosa, en tanto hace referencia a la Orden de San Benito de Occidente y a las espinas de Cristo es probable que sea un pseudónimo con una intencionalidad: la denuncia a esta orden y a la Pasión de Cristo. La Orden de San Benito la promueve, oficialmente, Carlomagno.
(***) Ver el libro LA VÍA CRONOLÓGICA, de Andreu Marfull (2020).
Roma historia guerra tradiciones humanidades
«La nueva cronología – este es el descubrimiento más grande del siglo XX!»
Alexander Zinowjev
http://chronologia.org/sp/index.html
HISTORIA DISTORSIONADA. Parte 1. MIL AÑOS INVENTADOS. Engaño Global en las Dataciones.https://www.youtube.com/watch?v=GQc9fGeyGI0&t=667s
DESCARGA PDF COMPRIMIDO EN RAR DE LA INFORMACION DE LA WEB: http://www.mediafire.com/file/4s9bbi2o826wfse/NdM.rar/file
Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:3
La caída del cabal
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Ahora, ¿Por qué es importante verlo?
Simple, la información es poder cuánta más información tengas acerca de la élite, el estado profundo y el control que quieren provocar en las multitudes, entonces podrás ver con claridad y no te dejarás engañar por las apariencias. ¡NO TE DEJES CONTROLAR!

Above Majestic
Excelente revelación de la verdadera historia oculta… muchos de nosotros presentíamos que había algo detrás de los acontecimientos que no encajaba, ahora debemos cuestionarnos como encajar en la verdadera historia… Como crear individual y colectivamente una nueva realidad que involucre el amor, la sabiduría y la creación en la luz…. creer es crear.

La Papisa Juana
FILM

La mujer

Carta abierta a Pedro Sánchez y a todo su Gobierno

Presidencia del Gobierno
Palacio de La Moncloa
Avda. Puerta de Hierro, s/n 28071 Madrid (España)
Sr. Presidente del Gobierno, D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Sra. Ministra de Sanidad, Dña. Carolina Darias San Sebastián; Sres. ministros todos del Gobierno:
Pongo en su conocimiento que las vacunas contra el Covid-19, todas ellas, magnetizan los brazos de los vacunados y lo hacen en una proporción alarmante. Y ustedes, miembros del Gobierno, así como todos los altos funcionarios del Estado, guardan silencio, no se dan por enterados. A poco interés que ustedes se hubieran tomado, podrían haberlo conocido incluso por los informes médicos de los profesionales de salud de todo el territorio español, que los hay a cientos. Por otro lado, aún más grave, uno de los efectos secundarios de las vacunas es la trombopenia generalizada, causante de tantos fallecimientos, registrados incluso en el VAERS norteamericano y en su equivalente europeo, EMA.
La razón de todo ello es que las vacunas contra el Covid.19 contienen grafeno en un 99,2%. No se trata de una hipótesis, sino de la realidad. Le adjunto el informe del miembro de la Facultad de la Universidad de Almería, Dr. Pablo Campra Madrid, tras el análisis de un vial de la vacuna de Pfizer (Comirnaty).
El grafeno es un material extremadamente tóxico para el cuerpo humano, tal como aseveran docenas de papers científicos, y no debe estar presente de ninguna manera en las vacunas. Y menos, en esa proporción. Las vacunas son casi exclusivamente escamas de óxido de grafeno de aproximadamente 120 nm. Cientos de millones de ellas en cada dosis. El cuerpo humano reacciona engullendo esas nanopartículas mediante su glutation natural; y, cuando carece del mismo, reacciona generando trombos alrededor de cada una de esas nanopartículas. Y esos trombos, que han sido observados por los forenses no sólo en los pulmones, sino en todos los órganos, conducen muchas veces a la muerte: asfixia, infartos, embolias, etc. Si ponen ustedes atención, verán que esos son precisamente los síntomas de la enfermedad denominada Covid. Como ya supongo que saben ustedes, la Covid es la consecuencia de la vacuna y no de ninguna clase de virus, virus que no ha sido aislado, purificado y secuenciado por nadie hasta ahora. Los trombos aparecen en todo el sistema vascular, no solo en los pulmones. No se trata de una enfermedad respiratoria, por tanto la Covid, sino de una intoxicación inyectada.
Como ciudadano español de pleno derecho, les exijo que paralicen la campaña de vacunación. Y que, a la mayor brevedad y urgencia, los inspectores de Sanidad y Farmacología procedan al análisis de los viales de todas las vacunas. Hallarán lo mismo que el Dr. Campra. Y lo mismo que los cientos de científicos que, en estos momentos, analizan los viales.
Señor Presidente y señores ministros del Gobierno: A partir de este momento, nunca más podrán decir que no lo sabían. Y si no toman medidas inmediatas, serán considerados colaboradores necesarios de un genocidio, de un crimen de lesa humanidad por el que serán denunciados criminalmente por el Pueblo Español, buena parte del cual ya no sigue el engaño de los lacayunos medios de comunicación, cuyos responsables también habrán de rendir cuentas ante la Justicia.
Esperamos todos su fulminante respuesta a nuestra petición.
En ……………, a … de julio de 2021
FIRMADO:
DNI:
Adjunto INFORME: Detección de Óxido de Grafeno en suspensión acuosa (ComirnatyTM)
Enviar por correo certificado a la diección ut supra incluyendo el informe del Dr. Campra Madrid con acuse de recibo y sello de Correos en la carta.
No se recomienda enviarlo por email porque puede desaparecer
ENVIAD TODOS ESTA CARTA. QUE RECIBA MILES.
Un mundo infeliz


Aldous Huxley

No sé lo que opinaría de nosotros, la humanidad, si alguien pudiera observarnos desde el espacio exterior, y no me refiero a ninguna clase de ente divino, sino a un tipo de inteligencia extraterrestre. El estudio del ser humano como especie no dejaría de causarle asombro, risa y pena y un poco de repugnancia también. Al no tener implicaciones humanas, podría ser objetivamente crítico e imparcial, algo que una persona, por muy ecuánime que pretenda ser, es imposible que lo consiga.

Bien, dicho esto, pasemos a las conclusiones que supuestamente podría obtener en su análisis del peculiar bípedo que habita como especie predominante en ese remoto e insignificante punto azul pálido que es el planeta Tierra.

Para empezar, observaría que físicamente el ser humano no es gran cosa. La mayor parte de los animales nos supera por mucho en algún aspecto corporal: son más fuertes, más rápidos, más resistentes y más naturales que cualquiera de nosotros. Sólo hay algo en lo que somos manifiestamente superiores: la inteligencia, la capacidad de razonar y comprendernos a nosotros mismos como individuos e indagar asimismo en el universo que nos rodea. Pero esta innata cualidad humana, en lugar de hacernos mejores y más nobles, nos ha hecho crueles y engreídos al otorgarnos un poder superior sobre los demás seres vivos.

En cuanto a la organización social de los humanos, no dejaría de pasarle por alto la mediocridad, cuando no la simple estupidez, bajeza moral y rapacidad de que hacen gala la mayoría de los dirigentes políticos de cualquier escala y nación. Me da igual, desde alcaldes de pueblo a jefes de Estado, si echas un vistazo general, la verdad es que el panorama resulta completamente desolador. Es difícil encontrar un líder de cierta talla, y cuando lo encontramos, por norma general solemos acabar matándolo. Entiéndase que me refiero a esa clase de personas singulares que, a modo de referentes éticos en el devenir histórico de la humanidad, nos aportaron valor, conocimiento y esperanza: Espartaco, Zapata, Gandhi, Durruti, Malcolm X, entre otros muchos, fueron algunos de esos héroes populares que se enfrentaron al poder y sacrificaron su vida por el bien común. Su ejemplo traspasa las fronteras e influye en millones de personas en todo el mundo. Me temo que apenas quedan líderes así hoy día, si es que existe alguno. Al igual que el lince ibérico, son raros de ver, no pueden vivir libremente y corren peligro de extinción.

No soy partidario de la figura de un jefe como guía de masas, ni me gusta la figura tergiversada mesías redentor, aunque comprendo que algunos individuos, por su altura ética e intelectual, pueden servir de referencia e inspiración para mucha gente. De todas formas, creo que es mejor que cada uno piense y actúe por sí mismo. Que cada persona sea su propio líder natural. Pero ya sabemos que asumir esta responsabilidad es difícil, arduo y peligroso. Uno tiene que aprender a pensar por sí mismo y, peor todavía, debe hacerse responsable de sus propias decisiones. La sociedad no promueve la libertad individual. Por el contrario, prefiere un rebaño humano guiado por un pastor. No obstante, la fórmula se ha comprobado que únicamente beneficia a una minoría, la que ostenta el mando, en perjuicios de la inmensa mayoría, que apenas cuenta para nada y debe conformarse con obedecer dócilmente las órdenes del amo.

Es fácil comprobar la veracidad de mis palabras. Basta con leer un poco de historia o con echar un vistazo a la situación actual del mundo.

Miras a un lado y ves a Putin, un tipo de cuidado, con una mirada fría, siniestra y amenazante, forjado como agente soviético de la temible KGB; es abogado y político profesional, una mezcla de fatales consecuencias. Pobres rusos, si no habían padecido ya suficiente con los zares y los comunistas, ahora les toca experimentar en su carnes el capitalismo salvaje al estilo neoliberal. En muchos sentidos Rusia me recuerda a España, ambos son países sin suerte, con una historia atroz de gobernantes déspotas, corruptos e inútiles, sin la menor preocupación por el pueblo, al que tratan como si fuera escoria.

Para echarse a temblar son también los mandatarios de China y su aterrador ejército de generales bajitos con gorra de plato y el pecho cuajado de medallas, que han convertido a toda la nación en una gran fábrica que abastece de productos al mundo entero. Una cultura milenaria de miseria y opresión para el sufrido pueblo chino. Otro ejemplo especialmente aborrecible de jerarca tiránico es el hijo y heredero del anterior dictador norcoreano, ese cabeza de patata con un aspecto perversamente aniñado. O los brutales militares sudamericanos machacando a sus desgraciados pueblos golpe tras golpe, sin permitirles levantar la cabeza, siempre al servicio de una oligarquía opresora. África está sumida en un perpetuo horror de esclavitud, sangre y cadáveres masacrados desde hace siglos. Sin olvidar a la civilizada y culta Europa, que ha padecido dos guerras mundiales consecutivas y ha sido escenario de las peores atrocidades cometidas contra el ser humano. La verdad es que no sé hacia dónde dirigir la mirada; en todas partes es lo mismo: políticos que más que dar confianza dan miedo.

O bien podemos fijarnos en los fundamentalistas religiosos, ya sean de un credo u otro, judíos o musulmanes, católicos o protestantes, pues a pesar de que todos declaran que son religiones de amor, a la hora de la verdad no tienen escrúpulo alguno en asesinar piadosamente al prójimo cuando piensa diferente. No me explico cómo pueden contar con millones de fieles que obedecen como borregos a sus profetas y patriarcas. La falsedad resulta tan evidente, que no entiendo cómo alguien se puede tragar tal cúmulo de patrañas y engaños, sin más base que unos supuestos mensajes divinos que solamente unos pocos elegidos pueden interpretar para el resto de creyentes. La fe necesaria para creer nos exige dejar en suspenso la razón, o dicho de otra manera, las creencias religiosas requieren prescindir de nuestro rasgo más señalado: la inteligencia humana. La mente, ese gran misterio aún por desvelar, es la clave de la supervivencia, al permitirnos aceptar lo bueno y útil como verdadero y desechar lo malo y pernicioso como falso. Y las religiones, a mi entender, se encuentran dentro de este último apartado.

Ya sé que es simplificar demasiado un asunto complejo que ha preocupado al conjunto de los mortales desde sus albores; es más, el sentido trascendente de la existencia constituye uno de los rasgos que definen su humanidad. Pero es lo que pienso de esta superchería extendida por el mundo entero como una plaga.

No puedo concebir un Dios que consienta el sufrimiento del mundo. Un mundo en el que resulta muy duro vivir, sobre todo por el daño deliberado que el propio ser humano, en su estupidez y maldad, inflige a todo cuanto existe, empezando por sí mismo.?. Sinceramente, creo que nos iría mejor si nos deshiciéramos de tales mentiras y asumiéramos la verdad de la vida, aquí y ahora, y sustituyéramos las arcaicas, caducas e ilusorias creencias religiosas por una moral enteramente humana, basada en la dignidad y la libertad del individuo, un código ético de conducta que respetara los derechos individuales de cada persona y nos sirviera para vivir mejor unos con otros.

En este recorrido por la actualidad planetaria, tampoco podemos olvidarnos de la reciente estrella del firmamento político, el famoso y televisivo Donald Trump, el nuevo presidente norteamericano, en este caso empresario y político, dos términos que unidos deberían ser considerados opuestos, contradictorios y hasta ilegales. ¿Qué decir que no se haya dicho ya de semejante individuo?

No tengo la menor duda de que nuestro visitante estelar pegaría un salto en el espacio al comprobar quién dirige actualmente la Casa Blanca, uno de los mayores y más terroríficos centros de poder que existen en la Tierra. Y desde luego, cuando escuche hablar a Trump, con su estúpida, insufrible y malvada verborrea, pensará que la humanidad ha enloquecido al permitir que alguien como él ocupe un cargo de tanta responsabilidad. Es una vergüenza para el género humano que un personaje de su calaña pueda detentar algún tipo de poder sobre la gente.

Si ha comenzado su controvertido mandato entre manifestaciones masivas y fuertes críticas populares, no sabemos qué sorpresas puede depararnos en el futuro, pero sospecho que ninguna buena. Un chiflado megalómano, paranoide y psicópata de sus dimensiones puede llevarnos a la catástrofe.

Espero equivocarme por la cuenta que nos trae a todos, pero no me extrañaría nada que, tarde o temprano, acabe provocando una guerra sobre algún pobre país indefenso -si llega el caso, confiemos que sea a pequeña escala- como medio de subir en las encuestas de popularidad americanas. Es un viejo truco que se ha empleado con éxito garantizado en el pasado. Ya lo utilizaron algunos de los más nefastos presidentes estadounidenses -Reagan con la invasión de Granada y los bombardeos a Libia, Bush padre e hijo en las guerras de Iraq y Afganistán y Obama, sanguinario destructor de Libia y el Yemen, por ejemplo- aunque prácticamente la totalidad de gobernantes americanos ha recurrido, en un momento de crisis, a esta vieja estrategia populista. Qué importa un poco de sangre derramada si es por el bien de “América”. Lo importante es que las banderas ondeen al son del himno nacional. El fin está claro: conseguir que la población se olvide de sus problemas cotidianos y entregue sus libertades civiles rendidamente y sin cuestionar en manos de una autoridad salvadora. ¿Una exageración? ¿Un absurdo? Nada deseo más que equivocarme en mis funestas predicciones. Pero ahí está la historia para demostrar que es posible, demasiado posible.

Las personas somos fácilmente manejables y la clase dirigente tiene experiencia en manipular a la opinión pública a su antojo. El gobierno americano lo ha hecho en repetidas ocasiones. Lo hizo en la Primera Guerra Mundial, cuando EE UU era un país neutral y gracias al empeño del presidente estadounidense de entonces, Woodrow Wilson, otro abogado y político profesional, entraron a formar parte de la contienda. El hundimiento del transatlántico británico RMS Lusitania como elemento desencadenante de la entrada en el conflicto no fue más que un mero pretexto, ya que fue hundido en 1915 y Estados Unidos declaró la guerra a Alemania dos años más tarde. Yo me inclino a pensar que, como en la mayor parte de las guerras, fueron razones económicas y políticas principalmente las que llevaron a tomar tal decisión.

La Segunda Guerra Mundial fue ganada por los aliados, gracias sobre todo a los valientes americanos que vinieron a sacar las castañas del fuego a los pobres e indefensos europeos. Es cierto, el inmenso poderío militar norteamericano se empleó en hundir a la malvadas hordas nazis (que lo eran, indudablemente) liberando así al mundo entero para la democracia capitalista, como bien nos ha contado el cine en innumerables ocasiones. Sin embargo, esta historia mil veces repetida olvida un hecho fundamental: el sacrificio heroico de los soviéticos, pues no en vano murieron millones de ellos durante aquel terrible periodo.

Bien, no quiero ponerme catastrofista, pero la realidad es innegable. Podría continuar con un ejemplo tras otro: Corea, Vietnam, Cuba, Chile, Nicaragua, Granada (el país, no la provincia española, mediante la operación militar Furia Urgente), Libia, Iraq, Afganistán… ¿Adónde quiero ir a parar con este cúmulo de datos históricos? Sencillo, a que nos manipulan como quieren y nos usan como si fuéramos carne de cañón. Y lo peor de todo es que cuentan muchas veces con el propio respaldo de las ovejas que llevan al matadero.

En las contadas ocasiones en que la gente trabajadora ha tratado de sacudirse el yugo de sus amos y verdugos -la rebelión de los esclavos en la antigua Roma, la Comuna francesa o la revoluciones mexicana, rusa y española del 36, por citar unas pocas muestras- el fracaso ha sido completo. A lo largo de la historia, los rebeldes fueron sistemáticamente sometidos y aplastados. Pero lo que no pudieron, ni podrán jamás, es acabar con la esperanza de un mundo mejor. La idea permanece invencible: una ilusión que sirve para guiar a la humanidad doliente. Y esta utopía de justicia social es la que, a través de todo tiempo y lugar, ha encarnado el ideal anarquista. Pues allá donde se libre una lucha por la libertad y la dignidad del ser humano, para mí representa lo que entiendo por anarquismo.

De todas maneras, más preocupante que la maldad de los perversos, es la pasiva indiferencia de la gran mayoría silenciosa. Pienso si acaso tenemos los políticos que nos merecemos. Al fin y al cabo, no dejan de ser el reflejo de la sociedad cruel, injusta, desigual y enferma que hemos creado entre todos.

Otro importante tema a debatir es averiguar quién manda realmente en el mundo. Sabemos que los gobiernos tienen una esfera de influencia y poder bastante limitada, condicionados y sujetos como están por otros factores determinantes para la marcha de un país, como son primordialmente las grandes empresas multinacionales, los grupos de presión mediática y la banca, a los que hay que sumar los partidos políticos, sindicatos y religiones principales, cuyas cúpulas dirigentes influyen en mayor o menor medida en las decisiones políticas, sociales y económicas que afectan a toda la nación. La población común, es decir, la inmensa mayoría de nosotros, apenas tenemos nada que decir en este asunto. Se nos consulta en las elecciones para guardar las apariencias democráticas y basta. Luego, el político de turno tiene las manos libres para hacer y deshacer a su gusto, sin responsabilidad personal, sin rendir cuentas a nadie, sin respetar sus compromisos electorales. Y únicamente cuando nos empujan al límite, se encontrarán con la decidida y firme oposición de los ciudadanos. A nosotros nos reservan otra importante función: contribuir con los impuestos al sostenimiento del gasto general y soportar las decisiones de unos dirigentes que suelen gobernar en defensa de sus propios intereses de clase.

Las grandes empresas multinacionales ostentan uno de los sistemas de poder más importantes a escala mundial, por su volumen de actividad, por su capacidad de incidir sobre las economías nacionales, por su extensión global, por los millones de trabajadores que emplean y por la concentración en unas pocas manos de su capacidad directiva. Se trata de uno de los ámbitos de intervención más potentes que podemos encontrar en este momento.

Los inmensos recursos económicos que manejan sitúan a las grandes multinacionales por encima del PIB de muchos países. Por citar un dato revelador, dos de las mayores empresas españolas por ingresos son el Banco Santander y Repsol, aun estando situadas lejos de los puestos de relevancia entre las más ricas del mundo. Sin embargo, los beneficios anuales del Banco Santander superan con creces el presupuesto de naciones como Angola o Libia.

Las compañías multinacionales son explotadoras y agresivas con los países en los que operan. Los salarios de los trabajadores se reducen y sus derechos laborales son suprimidos, lo que hace que los costes de los productos sean menores. Su objetivo primordial es generar el máximo de beneficios, o lo que es lo mismo, enriquecer a un reducido grupo de personas a costa de la explotación de los trabajadores y de los recursos naturales, sin reparar en los medios utilizados, ya que el fin básico -ganar dinero- se impone por encima de cualquier otra consideración.

Además, destruyen el mercado nacional y local con su política de precios, imposible de mantener por los pequeños y medianos empresarios. Las grandes corporaciones utilizan su inmenso poder para adueñarse de los mercados, hasta que sus competidores son literalmente eliminados. Esta explotación desmedida y sin control está suponiendo un alto coste ecológico para el planeta. La destrucción de ecosistemas completos por parte de grandes industrias químicas, mineras y petroleras, se lleva a cabo con total impunidad, como pudimos comprobar en el vertido de petróleo en las costas gallegas, o peor todavía, con los miles de muertos y heridos ocasionados por el desastre de Bhopal en la India.

En esta alianza entre el gobierno, la banca y las grandes empresas, se fraguan medidas políticas y económicas favorables a sus intereses particulares en forma de ayudas millonarias, exenciones de impuestos y amnistías fiscales, regulaciones laborales y demás leyes y normativas encaminadas a incrementar su poder y riqueza. Estos poderes conchabados se dedican a explotar, exprimir y ordeñar hasta la última gota al contribuyente, a toda la masa de gente trabajadora y honesta que ha de ganarse la vida duramente con su esfuerzo diario. Somos nosotros y no ellos con sus cuentas millonarias y sus lujosas mansiones, los que hemos de afrontar la dureza de una existencia condicionada por una mala organización social y una pésima gestión de los recursos colectivos. Y el ingente tesoro nacional, toda la riqueza producida por los trabajadores, va a parar en gran medida al bolsillo de unos cuantos desaprensivos. Estamos hartos de las noticias que desvelan el gran negocio a escala mundial que se traen entre manos políticos, banqueros y empresarios, a costa como siempre de los mismos: tú y yo y todos nosotros, la gente que realmente mueve el mundo con su trabajo cotidiano.

Diversos colectivos populares, sindicatos, partidos, ONG y otras asociaciones, llevan a cabo campañas contra los abusos de las corporaciones industriales, pero el poder de estos gigantes es inmenso y poco pueden hacer. Para evitar la ruina y el caos hacia el que nos conducen inexorablemente, no basta con la débil oposición de estas organizaciones. Hay que luchar. Pero es una lucha que requiere de la unión y la participación de todos nosotros.

Y los sindicatos, ¿qué tienen que decir a todo esto? La verdad es que bien poca cosa. Acuden a las mesas de negociación como víctimas propiciatorias. La patronal se ha pasado por la piedra a los sindicatos y éstos permanecen mudos y ajenos ante el atropello al que son sometidos los trabajadores.

Sin embargo, no olvidemos jamás que el sindicato es la única defensa real y efectiva con que cuenta la clase trabajadora. Gracias a la lucha obrera se consiguieron la mayoría de las mejoras laborales: seguro médico, jornada de ocho horas, vacaciones, subidas salariales, convenios colectivos… Sin la ayuda y la fuerza que le ofrece la unión sindical, los trabajadores se verían totalmente perdidos. Retornaríamos a situaciones de vasallaje propias de un lejano pasado. Es fundamental volver a reflotar las asociaciones sindicales y crear organizaciones independientes, fuertes y unidas. Para nosotros, los trabajadores, es un empeño vital.

Bien, centremos ahora la atención en los españoles. Dirijamos la lente del telescopio espacial, no hacia las estrellas, sino hacia un pequeño país situado en el borde occidental de Europa, una península que compartimos con Portugal. España, mal que nos pese, es un país de segundo orden. Nuestras viejas glorias forman parte de un pasado remoto. La verdad es que no pintamos gran cosa en el orden mundial. Nuestro papel ha quedado reducido al de meros comparsas de las grandes potencias.

Y lo que podemos aquí observar tampoco resulta demasiado tranquilizador. La tan alabada democracia española, el menos malo de los sistemas políticos, según ha sido definido, mantiene las viejas estructuras de poder de la época franquista. Aplicando la vieja máxima de Lampedusa, cambiaron las cosas para que todo siguiera igual. Podemos comprobarlo fácilmente echando un vistazo a nuestros actuales políticos, banqueros y empresarios, muchos de ellos con raíces que llegan hasta la dictadura. Un apunte ¿Os habéis fijado bien en la cara que tienen la mayoría de nuestros dirigentes, en sus rostros faltos de humanidad? La verdad es que me estremezco sólo de pensarlo. Dan temor, desconfianza y asco.

La complicidad entre la política y los grandes poderes financieros posibilita que los ricos amasen ingentes fortunas, más allá de todo límite razonable. Como contrapartida, los gigantes industriales tienen en su cuenta a ex presidentes, ministros, políticos, jueces e intelectuales de diversa ralea. Además, mediante el control de los medios de comunicación se aseguran una cobertura positiva, de tal manera que es posible ver anuncios como el de Repsol, que más que una petrolera, cuyos beneficios pasan por diezmar la tierra sin miramientos como hace en realidad, parece un grupo ecologista dedicado al sostenimiento del planeta.

El grado de corrupción que impera en nuestro país en estos tiempos ha alcanzado cotas realmente alarmantes. La impunidad y la indecencia campan a sus anchas. Salvando las distancias, la situación actual guarda muchos paralelismos con la etapa gansteril americana de los años veinte. Podemos encontrar políticos corruptos y policías y jueces venales al servicio de una élite empresarial, que tal vez no deje muertos tirados en las calles, pero que tiene un poder letal mucho mayor que el de las bandas mafiosas durante “la prohibición”. Hay muchas formas de matar a una persona y no todas son claramente violentas. Pero violencia es dejar a familias sin cobijo, a trabajadores sin empleo, a enfermos sin atención sanitaria, a niños y ancianos sin los cuidados que necesitan. Es un tipo de violencia soterrada, que mata callando.

Cuando una persona pierde su trabajo, pierde estabilidad, se ve acuciado por deudas y por problemas de diversa índole, aunque su origen sea el mismo, en una serie implacable de dificultades a las que resulta imposible hacer frente: el cuidado y la manutención de los hijos, la hipoteca de la casa, la luz y la calefacción, el gasto del coche… Cuando un trabajador se queda sin empleo puede perder su hogar y, con el tiempo y la presión suficientes, puede incluso perder el norte y terminar haciendo algo irreparable. Está abocado a caer más fácilmente en la delincuencia. La pérdida del trabajo puede destrozar a una persona. Estar sin empleo mucho tiempo puede hundirte.

Lo sé por experiencia. He estado en paro varias veces, las suficientes para saber de qué va el asunto. En cierta ocasión, me largué de un empleo detestable que odiaba a muerte, poco después me echaron del piso por no poder pagar el alquiler y me vi en la calle. Acudí a pensiones y hostales, pero deseaba ahorrar hasta la última moneda y, además, esos lugares me resultaban fríos e inhumanos. Me deprimían. Así que durante una breve temporada, hasta que la suerte cambió, me estuve alojando en mi viejo Seat 1.200 Sport, estrecho y reducido espacio para alguien como yo, donde pasaba las noches en la apartada soledad de un parque público de las afueras de la ciudad.

Visto esto con la distancia suficiente, se me antojan locuras de juventud. Estaba solo por aquel entonces y nada me importaba demasiado. Sabía que tarde o temprano volvería a encontrar un trabajo, esperanza de la que muchos ahora carecen. Sin embargo, asomarme al abismo, me infundió miedo. Lo confieso sin ámbages. Me asustó pensar que podría verme sin techo y sin dinero para sobrevivir. Y no era una simple cuestión de merecimientos. Podía pasarle a cualquiera. Hasta a los mejor preparados. Bastaba un resbalón en forma de despido, enfermedad, accidente o cualquier otra contingencia inesperada, para rodar inevitablemente hacia el fondo de la fosa social.

Soy de esa clase trabajadora que necesita el sueldo diario para subsistir, es decir, para pagar y comer. Desde que comenzó la provocada crisis económica allá por el año 2008, hay más personas que piensan igual que yo. Todos hemos cobrado una mayor conciencia de la mala situación que vivimos. Todos somos más conscientes de que el rico es cada día más rico y el pobre cada día más pobre, y el que tiene un trabajo, aunque sea un empleo de mierda de los que tanto abundan actualmente, se puede considerar afortunado.

Recuerdo que antes podías ver en el telediario manifestaciones y huelgas, hoy los mineros, mañana los agricultores, pasado los obreros de los altos hornos o de los astilleros. Ahora no sé si hay sindicatos, pues nunca se les ve por ningún sitio. Bien es cierto que, con la escasa fuerza que tienen, poco pueden hacer. Los trabajadores están tan enfrentados, aislados y asustados que soportan abusos e injusticias sin rechistar, totalmente abatidos como clase social. Lo hemos perdido todo, no solamente las mejoras laborales tan duramente conquistadas en el pasado, a costa de enormes esfuerzos y sacrificios, peor es haber perdido el ánimo de lucha y, me atrevería a decir, que hasta nuestra propia dignidad como seres humanos. En fin, estamos derrotados. Hay que reconocerlo. Si al menos fuéramos capaces de protestar como último recurso, pero ni siquiera eso; nos sacrifican en completo silencio y apatía. Esto no sucede únicamente en nuestro país. Es un mal generalizado, pero oculto y callado y, no por eso, menos nocivo y letal para el conjunto de la sociedad.

En fin, creo que es suficiente. No quiero hablar de guerras y refugiados, de epidemias y hambrunas. No deseo comparar la opulencia y derroche de unos con la pobreza y la miseria de otros. No tengo valor para seguir hurgando en las viejas heridas de este sufrido mundo. Y, hastiado de tanto sufrimiento inútil y gratuito, cierro mis ojos, que no mi conciencia, ante los males ajenos. Como lenitivo, busco consuelo en la naturaleza, en el arte, en alguna gente, en todo lo bueno y hermoso que también alberga este pequeño rincón del universo.

La Tierra es nuestra casa, un hogar temporal que algún día lejano habremos de abandonar forzosamente. Nuestro futuro como especie depende de la capacidad que tengamos de alcanzar las estrellas. Mientras tanto, debemos cuidar nuestro lugar de origen, el sitio que nos ha visto nacer y nos define como humanos. Cada vez estoy más convencido de que la ciencia nos salvará si no nos extermina antes.

Desconozco lo que opinaría nuestro hipotético visitante cósmico, pero supongo que la conclusión más evidente a la que llegaría tras observar nuestro comportamiento es que somos una especie peligrosa para nosotros mismos y para los demás seres vivos, provengan éstos de nuestro entorno terrestre o del espacio exterior. En consecuencia, la Tierra debería mostrar un cartel con este mensaje: “¡Cuidado, personas sueltas!”, como señal de advertencia para el resto del universo.?No sé vosotros, pero creo que ya hace mucho tiempo que deberíamos haber tomado las calles. Y tras la calle, el gobierno de nuestros intereses humanos y como trabajadores. Decidir por nosotros mismos, en lugar de delegar en otro. Ser los verdaderos artífices de nuestra vida. Pero supongo que no lo verán mis ojos.

Al finalizar este somero análisis de la situación mundial y nacional, no puedo por menos que sentirme mal. Y no es para menos. Sólo puedo lanzar una llamada de socorro: ¡Que paren este mundo, quiero bajarme!

Me cuesta terminar el artículo con una visión tan amarga, pesimista y, tal vez, excesivamente desalentadora.

La gente debe organizarse en movimientos populares a través de los cuales consiga asumir el control real de su destino. La gente puede crear esa clase de poder colectivo que es preciso para cambiar sus vidas y transformar la sociedad. La gente tiene que saber que es fundamental ejercer presión sobre los poderes establecidos para abordar las cuestiones que más importan. En definitiva, la gente necesita imaginar un futuro sin guerras, sin pobreza, sin opresión, sin la explotación del hombre por el hombre, en la que la vida sea más libre, justa y humana para todos. Esta es la clase de utopía que persigue el anarquismo. La otra opción es continuar como hasta ahora, en una carrera que probablemente nos conduzca hacia el desastre total.

Vamos, pues, a capear el temporal, y luchar porque vengan tiempos mejores para todos. Tenemos que hacerlo, primero por nosotros mismos, y luego por las generaciones futuras. No podemos permitirnos caer en la desesperación y el desánimo. Ya que estamos vivos, debemos actuar. Y una de las maneras más altas y nobles de hacerlo es por un ideal.

En este momento crucial en que nos encontramos, con una humanidad aquejada por infinidad de males y problemas, en pleno debate por la supervivencia, el anarquismo puede suponer nuestra última tabla de salvación. ¿Y por qué el anarquismo, precisamente? Porque cuando todo va mal y no hay consuelo, solamente nos queda la esperanza de soñar que aún es posible un mundo mejor.
no es un privilegio de la Democracia,
es absolutamente esencial a ella. ».

1984 de George Orwell
1984 de George Orwell
INTRODUCCIÓN
Nos encontramos en 1984, en la ciudad de Londres, el partido controla la nación de Oceanía (existen tres estados: Oceanía,, Eurasia y Asia oriental), lo controla todo y está dirigido por el Gran Hermano, el líder que lo dirige todo cuya figura es casi divina y quien se supone vigila todos los movimientos de los individuos.
Existen cuatro Ministerios ( M. de la verdad, M. de la paz, M. del amor y M. de la abundancia.) que se encargan de vigilar y modificar toda acción que perjudique o desacredite al partido. El Miniver, donde trabaja Winston, se encarga de la información, la educación y las bellas artes, el Minipaz de los asuntos de guerra, el Minimor encargado de mantener la ley y el orden y el Minindancia encargado de asuntos económicos. Los miembros del partido son vigilados mediante unos aparatos llamados telepantallas, capaces de captar sonidos e imágenes, mediante los cuales también les transmiten noticias sobre los triunfos del partido. El resto de la población son los denominados proles, los cuales viven en las afueras en condiciones pésimas de miseria y sin derechos. En general (exceptuando a los miembros del partido interior) la sociedad vive en la pobreza y tiene hambre, pero no se revelan porque no conocen otra realidad; han sido engañados por el partido, quien modifica el pasado, haciéndoles creer que tienen un nivel de vida mucho mas elevado que el que había en tiempos pasados.
Existe un movimiento opuesto al Partido, llamado la Hermandad, liderado por Goldstein, que pretende la revolución de la prole (80% de la población) para acabar con el INGSOC.
GEORGE ORWELL
George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (1903−1950), escritor británico políticamente comprometido que ofreció un brillante y apasionado retrato de su vida y su época.
Orwell nació en Motihari, India, y estudió en el Eton College de Inglaterra gracias a una beca. Prestó sus servicios en la Policía Imperial India destinado en Birmania, de 1922 a 1927, fecha en la que regresó a Inglaterra. Enfermo y luchando por abrirse camino como escritor, vivió durante varios años en la pobreza, primero en París y más tarde en Londres. Como resultado de esta experiencia escribió un primer libro Sin blanca en París y Londres (1933), donde relata las sórdidas condiciones de vida de las gentes sin hogar.
En 1936 Orwell luchó en el ejército republicano durante la Guerra Civil española (1936−1939). El autor describe su experiencia bélica en Homenaje a Cataluña (1938), uno de los relatos más conmovedores escritos sobre esta guerra y en el que se hace responsable al Partido Comunista Español (PCE) y a la Unión Soviética de la destrucción del anarquismo español impulsando el triunfo del Golpe militar.
Su condena de la sociedad totalitaria queda brillantemente plasmada en una ingeniosa fábula de carácter alegórico, Rebelión en la granja (1945), basada en la traición de Stalin a la Revolución Rusa, así como en la novela satírica 1984 (1949). Esta última ofrece una descripción aterradora de la vida bajo la vigilancia constante del Gran Hermano.
Cabe citar entre otros escritos, la novela Que vuele la aspidistra (1936) y Disparando al elefante y otros ensayos (1950), ambas consideradas modelos de prosa descriptiva, y Así fueron las alegrías (1953), un recuerdo de sus difíciles años de estudiante. En 1968 se publicaron en cuatro volúmenes sus Ensayos Completos: Periodismo y Cartas. Orwell murió de tuberculosis en enero de 1950.
RESUMEN
1984 sitúa su acción en un Estado totalitario llamado Oceanía, el cuál, ha sido implantado tras una revolución de la población contra el sistema capitalista.
Dicho estado es gobernado por un único partido, cuya ideología se denomina INGSOC (Socialismo Inglés). Éste, ejerce un control absoluto sobre sus súbditos, a través de diversos instrumentos de control, y sobre los aspectos que conciernen a las personas, tales como su pasado, presente y futuro. En consecuencia, dicho nivel de control ha acabado con asomo alguno de libertad y de verdadero afecto humano.
Winston Smith, el personaje principal de la novela, a pesar de ser miembro del partido, es disidente con la doctrina del partido.
En la primera parte de la novela, vemos cómo toma conciencia sobre la manipulación de la cuál, es víctima. Esto provoca en él, ansias de conocer el modo de vida existente antes de la revolución. Además, medita acerca de su vida, plasmando todo aquello que siente en un pequeño diario. Es decir, piensa en todo aquello que puede poseer y que no posee, debido a que el Gran Hermano (concreción que el partido presenta al mundo) quiere mantener el poder a cualquier precio. Éste sacrifica todo valor humano con el fin de poseer el poder absoluto. Por tanto, dijéramos que Winston, en última instancia, comprende cómo vivir en dicha sociedad, sin entender por qué vivir así y no de una manera diferente. No encuentra sentido alguno a su modo de vida. En la segunda parte, el descontento existente en su persona le impulsa a rebelarse contra el partido, llevando a cabo actos que el partido considera delictivos. Así, mediante Julia (otro miembro del partido), de la cuál se enamora, infringe la doctrina del partido, puesto que, según esta, el único amor que un miembro del partido debe manifestar, es aquel que debe dirigirse única y exclusivamente hacia la figura del Gran Hermano. Para evitar la presencia de los instrumentos de control, Winston alquila una habitación en una casa de un proletario, (clase social menos controlada) para los contactos con Julia. Sin embargo, Winston y Julia son detenidos aquí, ya que dicho alquiler constituye una trampa de la Policía del Pensamiento (instrumento de control social) para detenerlos. Además, Winston junto con Julia decide alistarse en las filas de la Hermandad (grupo que intenta conspirar contra el partido), la cuál, resulta ser una tapadera perfecta para detener a los disidentes, ya que antes o después todo disidente intenta ponerse en contacto con ella. Durante esta parte, a través del libro de Goldstein, el cuál, es proporcionado a aquel que intenta ponerse en contacto con esa hipotética hermandad y que, lógicamente, ha sido editado por el propio partido, Winston descubre el único y verdadero objetivo del partido: el poder absoluto.
En la última parte, vemos cómo Winston es detenido y torturado, con el fin de su reciclaje. Para ello, es sometido a una descomunal tortura, tanto física como psicológica, la cuál, trastornan los sentimientos y principios que posee hacia el partido. Dijéramos que sus principios heréticos son borrados, quedando sólo en él, sentimientos de amor hacia la figura del Gran Hermano.
LA SOCIEDAD DE 1984
La novela nos presenta una sociedad organizada acorde con los principios del INGSOC (Socialismo Inglés). En consecuencia, encontramos una sociedad que evoluciona colectivamente. En ella se diferencian dos clases sociales fundamentalmente: los miembros del partido gobernante, cuya máxima figura es el Gran hermano, y el proletariado, que constituye el ochenta y cinco por ciento de la población. Por último, encontramos a los esclavos, los cuáles, han sido capturados en las sucesivas guerras.
No se consideran parte de la sociedad. El partido, a su vez, está dividido en dos grupos: los miembros del partido Interior (constituyen la clase social alta), es decir, el cerebro del Estado, y los miembros del partido Exterior. Dijéramos que estos últimos son la mano de obra del partido, constituyendo así, la clase media. Todo miembro que pertenece a él (al partido), vive desde su nacimiento hasta su fallecimiento vigilado por los diferentes instrumentos de control. Dondequiera que esté, dormido o despierto, en el baño o en la cama, puede ser inspeccionado sin previo aviso y sin que él sepa que lo inspeccionan. Además, todas sus acciones y palabras son analizadas. En consecuencia, todo súbdito del partido carece de libertad para dirigirse por una determinada dirección.
Un solo desvío en su conducta (pasear en soledad, por ejemplo) puede acarrearle un duro castigo e incluso, la muerte.
Todos ellos trabajan para el partido, desempeñando un trabajo asignado por el partido Interior. A cambio, reciben casa, ropa (uniformes del partido) y cupones para la comida, la cuál, es de muy mala calidad.
No existen prejuicios raciales entre las filas de partido; sólo se pide un fanatismo acérrimo hacia él. El proletariado, en cambio, goza de una mayor libertad. Éstos, los proletarios, son considerados animales por los miembros del partido. Por consiguiente, no merecen ser vigilados estrictamente, ya que su propia ignorancia les convierte en seres benignos para el partido. No se intenta adoctrinarlos con la ideología del partido. No es deseable que tengan sentimientos políticos intensos, ya que al constituir la mayoría de la población, podrían resultar peligroso si se encabritasen. Viven agrupados en diferentes barrios y su mente no se extiende más allá del trabajo, la cerveza, la lotería y el cuidado del hogar. Aquel que se extiende más, siendo así peligroso para el partido, es eliminado. Además, se permiten las relaciones amorosas y sexuales, las cuáles, para los miembros del partido están prohibidas, a menos que no sean para procrear individuos que permitan la continuidad del partido en el poder.
Todos ellos trabajan para el partido, desempeñando un trabajo asignado por el partido Interior. A cambio, reciben casa, ropa (uniformes del partido) y cupones para la comida, la cuál, es de muy mala calidad. No existen prejuicios raciales entre las filas de partido; sólo se pide un fanatismo acérrimo hacia él. El proletariado, en cambio, goza de una mayor libertad. Éstos, los proletarios, son considerados animales por los miembros del partido. Por consiguiente, no merecen ser vigilados estrictamente, ya que su propia ignorancia les convierte en seres benignos para el partido. No se intenta adoctrinarlos con la ideología del partido. No es deseable que tengan sentimientos políticos intensos, ya que al constituir la mayoría de la población, podrían resultar peligroso si se encabritasen. Viven agrupados en diferentes barrios y su mente no se extiende más allá del trabajo, la cerveza, la lotería y el cuidado del hogar. Aquel que se extiende más, siendo así peligroso para el partido, es eliminado. Además, se permiten las relaciones amorosas y sexuales, las cuáles, para los miembros del partido están prohibidas, a menos que no sean para procrear individuos que permitan la continuidad del partido en el poder.
Personajes : Winston es un hombre de unos 39 años, temeroso, solitario, sin demasiada confianza en si mismo, disconforme con el sistema establecido. Trabaja en el departamento de Registro falsificando el pasado. Sus padres y su hermana pequeña desaparecieron, posiblemente en una purga y esto le ha marcado.
Tiene interés por el pasado, lo que sucedía antes de la revolución, ya que solo se acuerda de pequeños detalles.
Tiene la duda de si siempre el mundo fue así. Si siempre se vivió así de mal o hubo otra época anterior en la que se vivía mejor. Su trabajo de falsificar el pasado le hace desconfiar de que antes, en la época de los capitalistas se viviera peor, ya que esto también pude que se haya inventado. Tiene la esperanza de que el futuro sea mejor, que las cosas cambien, aunque a menudo, pierde esa esperanza.
Julia es una joven de unos 25 años, atractiva, inteligente, ágil, segura de si misma. Trabaja en el departamento de novela y colabora en la liga anti−sex. También está en contra del sistema, pero tiene una manera distinta a la de Winston en estar contra el sistema. Ella dice que hay que aprovecharse de el, intentar vivir lo mejor que se pueda ya que no sabe si se puede cambiar. Aparentemente es una chica ejemplar por su trabajo y su colaboración en la liga anti−sex, pero todo esto la hice para no levantar sospechas ya que su vida no tiene nada de ejemplar, más bien todo lo contrario. No se parece en nada al prototipo de mujer que quiere el estado.
Conoce el mundo del contrabando de mercancias, mantiene relaciones sexuales con hombres, cuando lo que quiere el estado son mujeres castas, etc.
O´Brien es un hombre de unos 50 y tantos años, de carácter fuerte, inteligente, con alto poder de convicción, seguro de sus ideales. Tiene un alto cargo en sistema establecido, pero no muy claro para definir. Al principio parece estar en contra del sistema, tener unos ideales opuestos, pero ocultos bajo su cargo para disimular. Pero resulta ser uno de los importantes dentro del sistema que traiciona a Winston y a Julia,. Conoce a la perfección los pensamientos de Winston después de estudiarlo durante años, y lo tortura de la peor manera, dándole justo en sus puntos débiles como fue el caso de las ratas.
ANÁLISIS
Lo primero que me llama la atención al leer el libro es el problema del individuo contra el sistema, Winston Smith está totalmente en contra de él, en contra del partido y en contra del Gran Hermano, pero si ir en contra del sistema en una sociedad actual ya tiene dificultades en la sociedad de 1984, donde no hay (a primera vista) gente contra el sistema, hace que el individuo se sienta impotente y desamparado, en el caso de Winston incluso se llegaba a creer que estaba loco. Todo esto viene dado por la coacción de libertad que el partido hace a la población. Si analizamos y comparamos con la sociedad actual vemos que la sociedad de 1984 estaba falta de libertades, esto lo sabía Winston, pero, si era el único que así pensaba ¿Cómo iba a luchar contra todo un sistema si ni siquiera sabía si lo que estaba diciendo estaba dentro de la cordura o no? Winston podía recordar algo de su pasado, de una sociedad sin menos restricciones, pero si el partido tenía controlado todos los documentos sobre el pasado, los que no eliminados, modificados, tampoco tenía pruebas objetivas sobre esto.
La libertad es algo que le viene dado a uno por sí mismo, pero en 1984, la libertad venía dada por el partido, por lo menos, pensaba Winston, nunca se podría dar negar lo evidente. La libertad es poder decir que dos y dos son cuatro. Si se concede esto lo demás vendrá dado por si solo escribe Winston en su diario, luego el partido le demostraría que dos y dos también podían ser cinco, pero mediante la tortura y el dolor. Con lo cual nos hace preguntar ¿Se puede realmente eliminar la libertad?…
Winston terminó diciendo que dos y dos eran cinco, pero no porque le torturasen y quisiera librarse del dolor, él lo creía firmemente, a él se le había quitado la libertad desde su punto de vista, pero para el punto de vista del partido se la había dado, porque realmente, ¿Quién nos dice que en verdad 2 y 2 son 4? No es más que un axioma, un concepto que puede ser cambiado si todo el mundo cree firmemente que 2 y 2 son 5. Por lo tanto llegamos a la conclusión de que la libertad como tal no existe por sí sola sino que tiene que venir dada por un factor que la considere o no libertad.
Otro punto del libro que esta muy relacionado con la libertad es la verdad, del mismo modo que la libertad viene dada por el partido, también viene dada la verdad, la única verdad que existía en aquella sociedad era la del Gran Hermano, antes del Gran Hermano no había nada, es más el Gran Hermano había existido siempre, Winston recordaba un pasado diferente, otra verdad, pero todos los documentos de este pasado habían sido destruidos y en su lugar había sido puesta la verdad del Gran Hermano, así le hacían plantearse las mismas preguntas una y otra vez, ¿Tendría él la razón o estaba realmente loco? ¿Era lo que estaba viviendo la única verdad o se podía cambiar?… Winston por mucho que se esforzaba investigando sobre el pasado no conseguía sacar nada en claro y seguía pensando que estaba loco. Curiosamente, la búsqueda de la verdad podría haberla encontrado en su propio trabajo, según el propio Winston una de sus mayores aficiones era el trabajo, pero su trabajo consistía en eliminar la verdad que había antes y cambiarla por la verdad del partido, esta pequeña incongruencia constata el poder mental que tenía el partido sobre todo el mundo.
La diferencia que hay entre esta búsqueda de la libertad y de la verdad es que la verdad sí existe por si sola, vendrá dada por un factor que la alterará o que la convertirá en algo falso, algo que no es verdad. Esto supondría una pequeña debilidad del partido, el partido falsificaba, creaba y destruía documentos para hacer su verdad, pero esa verdad, aunque fuese válida para todo el mundo, no sería la verdad. Por lo tanto podríamos llegar a la conclusión de que la verdad existe, pero permanece en muchos casos oculta por otra pseudo−verdad, es decir, algo que todos creemos pero no constituye la verdad en el amplio sentido de la palabra.
Con esto llegamos a otro punto importante, la dependencia del individuo de un estado mayor, actualmente todas los países tienen un máximo representante, ya sea vitalicio como un dictador o temporal como un presidente de república, esto nos hace tener una cierta dependencia de este poder que se suele considerar superior, así como el poder necesita al pueblo para poder ejercer su mandato. En 1984 esta exagerada con respecto a la sociedad actual, pero no a una posible sociedad futura, esto es lo que Orwell nos quiere hacer ver por medio del libro.
De este modo vemos como el partido ejerce su poder sobre los individuos hasta el punto de que los individuos no pueden vivir sin el partido, aunque el partido les explotase no podían librarse de él porque lo necesitaban para todo. En esto cosiste el gran existo del partido, en conseguir una dependencia tal que el individuo no fuera capaz de revelarse contra el partido, esto lo conseguían también mediante la política de vigilancia de las telepantallas y el terror que ejercían sobre los contrarios al partido, pero en menor proporción ya que una excesiva represión hubiera provocado el descontento del pueblo, la manipulación de datos sí que influye en gran modo en este proceso, siempre haciéndoles creer que su nivel de vida estaba mejorando. Teniendo una situación como esta nos hacemos la pregunta ¿Terminará habiendo una sociedad así?…
La repuesta todo depende de las circunstancias, si seguimos en una política de dependencia de un poder superior no sería de extrañar que algún golpe de estado cambiara el sistema político a uno basado en la igualdad de individuos pero con régimen autoritario, de hecho, la sociedad del Gran Hermano no es más que una crítica a un comunismo evolucionado y mal enfocado y eso se puede percatar uno mediante la lectura de cualquiera de los capítulos. La creación de macroestados es algo de lo que habla el libro y que es mucho más probable que ocurra, a los hechos actuales hay que remitirse para encontrar una continua globalización y unión de estados (tómese el ejemplo de la Europa Unida), así se adelanta a su tiempo y hace también una pequeña crítica sobre lo que puede ser la sociedad en un futuro a corto plazo, crítica a la dependencia de la tecnología, cada vez más y no digo solo en la sociedad descrita en 1984, estamos dependiendo de la técnica y de las nuevas tecnologías, así si seguimos por este camino conseguiremos no poder pasar de las nuevas técnicas y solo haría falta una mente algo privilegiada para aprovecharse de la situación, conseguir el acceso a estas nuevas técnicas y conseguir el poder, se convertiría en el estado y, como he dicho ya antes una dependencia del estado supone el triunfo de este y el triunfo de este supone una sociedad similar a la descrita en el libro. Esto se puede superar intentando no abusar de la técnica, que alguna cosa haga algo por ti es muy útil y mejora tu bienestar pero esto hace que te acostumbres a ella, por lo tanto, se debe hacer algún esfuerzo para no caer en el atontamiento del progreso, que puede dejarnos a merced de ella.
Por un lado tenemos los conceptos éticos de la verdad, la libertad y la dependencia, estos están muy interrelacionados de modo que la búsqueda de la libertad lleva inexorablemente a la anulación de la dependencia de cualquier fuerza superior y la búsqueda de la verdad se hace (por lo menos e esta obra) para conseguir la libertad y anular la dependencia, esta idea se relaciona con la crítica que hace al estado y a nuestra dependencia del mismo y asimismo pone como ejemplo a la crítica del comunismo mal enfocado.
Todo en conjunto formará un análisis del poder hacia los individuos y la dependencia de estos que hará de 1984 una de las novelas más completas y atractivas de mediados de siglo.
Valoración global de la novela
La novela, en general, es una obra maestra, ya que resume magistralmente la vida de aquellas personas sometidas a un poder totalitario disfrazado de democracia. He de comentar especialmente, el espacio en el que se desarrollan las acciones, puesto que, me ha parecido increíble la transformación del mismo. Todo son detalles.
Por otro lado, todo el conjunto de la novela me ha aportado una nueva visión de la sociedad. Quizás ahora, valoro o desprecio ciertos aspectos que antes pasaban desapercibidos, es decir, que conocía su existencia pero que no pensaba en ellas. En consecuencia, me ha ayudado a comprender los peligros que conlleva el ser manipulado constantemente.
Conclusión
1984 es un libro muy pesimista, la lucha que tiene el protagonista contra el sistema durante todo el libro le da al lector un ápice de esperanza de que al final aunque lo fueran a matar, muriera rebelde y odiando al Gran Hermano, pero al final el partido vence y la sociedad iba a seguir igual, es más a cada día que pasase iba a tener más y más fuerza, iba a haber menos rebeldes y el sistema no iba a poder ser cambiado, tal y como eran los sueños de Winston. A pesar de todo es un libro que te hace abrir los ojos y ver en lo que están convirtiendo el mundo y a lo que lo que nos podrían llevar.
Al mismo tiempo es un libro con un final mucho más abierto de lo que parece, un montón de preguntas que inquietan al lector durante todo el tiempo quedan inconclusas al final del libro, con lo cual le hace pensar sobre ellas y que no se olvide del libro durante mucho tiempo, estas son, por ejemplo: ¿Existe realmente el Gran Hermano o es solo otro instrumento del partido para asustar a la población?… ¿Si no existe, quien es entonces el dirigente del partido?… ¿Existía realmente la Hermandad o era otro invento del partido?… ¿Estaría realmente la esperanza e los proles?… ¿Cómo es capaz de meterse O’Brien en la mente de Winston de modo que le puede hablar e sueños?… ¿No estarían realmente experimentando con Winston para saber como tratar a los otros crimentales?…
Estas y otra gran infinidad de preguntas me he hecho y creo que se harán el resto de los lectores que lean este libro. Así lo considero un gran libro no solo en el sentido literario del término sino también en el sentido de que te hace ver muchas verdades que podrían estar pasando a tu alrededor sin darte cuenta, por lo cual recomendaría este libro a cualquier persona que le guste leer porque la considero una gran obra.
“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia” ― Simón Bolívar
1984 de G. Orwell-Novela
1984 de G. Orwell-Película